Claro está que la maestra Adela Robles tiene derecho a emitir sus opiniones con base a la libertad de expresión de que todos gozamos en el estado de Veracruz, pero dadas las características que la definen, ser maestra de escuela, diputada por el Partido Revolucionario Institucional e integrante en la Cámara de diputados de las comisiones de la de Equidad y Genero, Vivienda, Medio Ambiente y Recursos Naturales e Impulso a la Calidad Educativa, debería sustentar sus dichos informándose antes con los datos y hechos suficientes para hablar de un tema tan delicado como el de la mina «Caballo Blanco».

Y viene esto a colación por qué de repente, saltó a los medios de comunicación para realizar  una sospechosa declaración a favor del funcionamiento de dicha mina en nuestro estado, con los mismos argumentos que hábilmente propaló  la minera Golden Group para justificar su funcionamiento cerca de la planta de Laguna Verde, es decir, argumentando que se crearán mas de mil empleos, que la gente de la región tan desvalida en recursos económicos será beneficiada y que los ambientalistas que protestan sobre el funcionamiento de esa mina ni siquiera son del lugar.

Sospechosa es una palabra fuerte, dejemos el juicio de que solo evidencia ignorancia, crasa falla en una representante popular que por lo menos debe estar informada para opinar al respecto, sobretodo porque ignora que el gobierno del estado, basándo sus juicios en dictámenes científicos que recabó  previo a su decisión, ya manifestó que está también en contra del funcionamiento de «Caballo Blanco» por los severos daños ecológicos que causará en la naturaleza circundante de Laguna Verde y Alto Lucero, que serán mucho mayores que los aparentes beneficios que traerá a sus habitantes.

Eso no lo leyó antes Adela Robles ya que pide que se encuentre un punto medio ya que «si el trabajo va a perjudicar a los trabajadores, pues tampoco está de acuerdo» pero hay que mediarlo. O sea que para ella solo es un asunto de riesgo laboral, y el medio ambiente y los recursos naturales que van a ser dañados por el funcionamiento de la mina no merecen ni un razonable comentario de la protegida del diputado, maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, pese a que es integrante de la comisión que aborda esos temas en la cámara de diputados.

Sigamos pensando que es un asunto de ignorancia de la profesora Robles, y no de una transacción bajo la mesa a la que podría ser proclive una empresa transnacional que por la generosidad económica con la que ha tratado a alcaldes de la región, no está alejada también de ser generosa con quien tiene tan valiosa opinión (nadamenos que una diputada integrante de la comisión de medio ambiente y recursos naturales) a su favor.

Adela Robles Morales adolece también de lentitud en sus intervenciones públicas, por que hubo ya hace algunos meses un foro convocado por la SEMARNAT en donde, dado el gran interés que tiene por defender el derecho de los pobladores de la región a tener tan valiosa fuente de trabajo, debió haber intervenido para emitir sus sabias opiniones al respecto del por qué si se debe aprobar el funcionamiento de la mina. No lo hizo, lo hace a destiempo y fingiendo ignorar, o ignorando, lo que no solo los ambientalistas han dicho sobre la mina sino lo que el gobierno de Javier Duarte ya anunció en contra de dicha empresa, hace meses.

Cuando uno esperaba que diputados del PRI, tan vehementes para participar en movimientos populares como el de «Chucho El Roto», hicieran eco de lo que demandan tanto gobierno como  expertos y ciudadanos para que la mina «Caballo Blanco» no opere por las graves consecuencias ya identificadas que traeré consigo su funcionamiento, surge la voz discordante de Adela Robles,  respetable, pero ignorante,  para abonar a la causa de los mineros extranjeros, tan bien tratados por los funcionarios de la SEMARNAT, todos ellos panistas, a los que se suma la protegida de Juan Nicolás Arroyo Calleja, en su calidad de integrante de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados. Nada  más y nada menos.