Sorprendentemente, quién más pasarela política tiene en este sexenio del Gobernador Javier Duarte y Ochoa, es Gerardo Buganza Salmerón, su paisano y Secretario de Gobierno, quien lejos de evidenciar un bajo perfil en su tarea al frente de ese puesto, como lo vaticinaban quienes creían que iba a ser un personaje de figurin, es el que más aparece, más dice y más hace en su actividad pública gubernamental.
No sólo va y propone medidas de solución drásticas como la de la ya mencionada un no circula para taxis, sino se placea en los mismo terrenos del Comité Directivo Estatal del PRI para dar su diezmo, perdón, su cooperacha en calidad de simpatizante del partido, aclarando que lo hace porque labora en un gobierno priísta, y enfatizando que no es limosma (nadie lo pensó, solo él) sino una contribución obligada por su actual labor gubernamental.
Inmediatamente filtra en los medios su famosa carta de renuncia a su partido como principal razón para explicar que no tiene ninguna aspiración política de por medio en función de aspirar a un cargo de elección popular, siendo un casi suigéneris de político, que habla como político, actúa como político, toma decisiones políticas y ejerce un cargo gracias a la política, pero que niega aspiraciones políticas, mas allá de servir en el encargo que ahora cubre.
En sus filtraciones a periodistas y a medios, resalta el valor de la congruencia como atributo principal que guía sus pasos en la política mexicana, aunque en realidad sea una incongruencia que ahora se declare simpatizante de un partido al que denostó en su momento y lejos de cooperar para que su partido de origen levante del estado criticable en que ahora se encuentra, defecto que le encontró cuando no fue él el elegido como candidato del PAN a la gubernatura, se declara a favor del partido que le da de comer (así se entendió eso de que coopera porque ahí trabaja)
¿Cuál será el interés de darle juego en los medios a Gerardo Buganza Salmerón, sobretodo apareciendo casi a diario en los principales periódicos veracruzanos, incluso, a veces, con una misma foto repetida de su imagen retocada, que nada tiene que ver con lo dice o hace en su acción gubernamental?
Eso de que no tiene aspiraciones políticas es también una incongruencia. Si su labor es la de un político, necesariamente lo mueve la ambición política, razón fundamental por la que se unió al carro del candidato Javier Duarte y Ochoa, y así legitimó la victora de Fidel Herrera Beltrán, a quien en su momento también denostó y señaló como un gobernador cuasi ilegal, por razones que él muy bien conoce pero nunca se atrevió a difundir, esperando que el PAN lo apoyara para ser el candidato a la gubernatura, Hecho que no sucedió y provocó su renuncia al partido que lo cobijó siempre. Ese fue el factor de su salida del PAN. No los ideales, ni su creencia en los fundadores del partido azul. Así de fácil.
EfACICO 