
La pérdida de valores como sociedad ha conducido al ser humano a extraviar su dignidad humana; el padre Teódulo Guzmán, de la orden de los jesuitas y párroco de la Iglesia de los Corazones, reflexiona sobre los derechos humanos y el desconocimiento de éstos entre la grey católica; explica que el aparato burocrático y la falta de organizaciones de base que pudieran respaldar el respeto a los derechos humanos desaniman a aquellos que, si bien pueden estar conscientes de que sus garantías personales, sociales o políticas, pudiesen estar siendo violentadas, no saben cómo hacer valer los derechos que tienen por el simple hecho de existir.
Transición.- ¿Cómo ve la Iglesia la cuestión de los derechos humanos, en el sentido de cómo participa para tratar de que la gente sepa cuáles son sus derechos y que éstos sean respetados? ¿Cuál es el trabajo que ustedes hacen al respecto?

S.J. Teódulo Guzmán.- Lo que nosotros hemos hecho desde la pastoral social, en cursos, reuniones o algunos eventos de reflexión cristiana, es dar información pues desgraciadamente a muy pocas personas se les ha dado; más bien se le ha dado a gente de la pastoral. Esto que ahora le estoy entregando es parte de un curso que dimos a gente de pastoral social.
En realidad se conocen poco los derechos humanos entre los católicos y los cristianos, a pesar de que como usted verá, en este escrito hay abundante fundamentación bíblica, teológica, del Concilio, de los Papas, etcétera. Serían trece los derechos laborales hasta Juan Pablo II. Entonces, hay fundamentación suficiente, pero hay muy poco conocimiento de lo que son los derechos humanos entre la grey.
Transición.- En ese sentido, ¿la ignorancia que tenemos todos de lo que son los derechos humanos, es lo que nos hace susceptibles de que se violenten frecuentemente?
S.J. Teódulo Guzmán.- Yo creo que sí, porque no se maneja como la parte jurídico legal que esto implica. Por ejemplo: aun cuando alguien pudiera estar consciente de que se están violando sus derechos humanos, desde la violencia familiar hasta los derechos laborales, e incluso los derechos más amplios como son los derechos a reunirse, al empleo, a la educación, a la salud; como se enfrenta solo a la burocracia del sistema y como no hay organizaciones de base que puedan avalar la demanda de los derechos humanos, todo eso lo desanima.
Transición.- A veces pensamos que se violentan los derechos humanos cuando que una autoridad aprehenda o golpee ilegalmente a alguien, y Usted hace un momento señalaba que la dignidad humana implica los derechos políticos, ¿pero la dignidad humana cómo está?
S.J. Teódulo Guzmán.- Bueno, la dignidad humana está por los suelos en muchos casos. Precisamente la semana pasada me han llegado dos casos de violencia intrafamiliar, ¡claro!, de presos que son víctimas de gente corrupta… todo esto de lo que ya conocemos, pero ¿qué se puede hacer?
Hay casos que nos dicen que nosotros no tenemos la capacidad jurídica ni tampoco la capacidad de proyectar una agencia, una comisión de sistemas de derechos humanos, porque esto implica muchos recursos, mucho tiempo. La más autónoma del Estado, que existe aquí en Xalapa, no creo que tenga muchas posibilidades. Entonces, ¿qué queda de la corrupción, cómo se defiende la gente?
No basta con dar información ni con que concienticemos un poco a la sociedad; lo que nos hace falta es organización entre las comunidades, sobre todo campesinos, indígenas, para la defensa de sus derechos y, en general, de la dignidad humana.
Transición.-¿Por qué como sociedad -y estoy hablando en conjunto- violentamos los Derechos Humanos hablando en este concepto amplio de la dignidad humana? ¿Es una falta de los valores propios de los seres humanos? ¿Qué es lo que pasa, por qué se ha ido perdiendo la dignidad humana?
S.J. Teódulo Guzmán.- Yo digo que es multicausal. Desde luego, hay una base en la integración y desintegración familiar, comenzando por tener el derecho a la educación, a tener un hogar, a ser tratados dignamente.
Esto es un círculo vicioso porque si los padres de familia no tuvieron esta formación, pues tampoco van a proceder de esta manera. Nos encontramos con niños de la calle, niños trabajadores y explotados, la prostitución infantil, tantos casos de niños abandonados, huérfanos, etcétera. Ahí se están violentando los derechos de los niños de los que tanto se han hablado, y ¿qué podemos hacer ante este problema?
Otra causa es desde luego es la falta de formación cristiana: si no hay respeto a la persona humana por ser hijo de Dios, por todo lo que implica la relación por el prójimo desde el punto de vista cristiano, pues tampoco puede haber respeto a los Derechos humanos.
La Biblia habla mucho, y en todos lados, sobre salarios justos, el respeto al derecho del otro. Como ve en el documento los mandamientos no son más que un catálogo de derechos humanitarios, el derecho a la verdad, a la propiedad, a la fidelidad en el matrimonio; y sin embargo, ¿por qué se atropellan? Porque el corazón humano es perverso también, como dice el Salmo: «Desde la juventud es rebelde el corazón humano».
Transición.-¿El materialismo que hoy se vive en nuestra sociedad, y en un país como el nuestro, inmerso en una crisis económica muy grande desde hace muchos años, eso hace también que se pierdan los valores humanos?
S.J. Teódulo Guzmán.- Hablando de los valores, lo cual tiene cierta relación con los derechos humanos, pues yo creo que si hay una desorganización de la misma persona, de la misma familia. de la comunidad misma. Hay un tremendo individualismo, un apego fundamental a lo económico, a lo material; y se descuida mucho lo otro, que son los llamados valores espirituales o los valores sociales, incluso los valores mismos de la educación, pues han sido muy socavados por los mismos medios de comunicación.
Transición.-¿La dignidad humana, en este caso, tiene que comenzarse a forjar como cultura desde la familia?
S.J. Teódulo Guzmán.- Desde la familia, ya que desde la Iglesia no nos damos abasto para formar esto, pero la escuela también es otra formadora de las personas. Todos los agentes educativos institucionales, formales o no formales, intervienen sobre todo en la ciudad, donde todo mundo es bombardeado por la influencia de tantas personas e instituciones.
Transición.- La misma circunstancia actual ¿ha hecho que la Iglesia Católica, que es una de las encargadas de difundir el amor al prójimo y la dignidad humana, también influya en la desvalorización de la sociedad?
S.J. Teódulo Guzmán.- Pues yo creo que sí. No es que la Iglesia no haya querido, sino que no ha podido encontrar los medios suficientes para responder al problema de una evangelización masiva, si no estamos usando los medios de comunicación. Realmente llega al público muchísimo más una pelea de box, un juego de Chivas-América, ¡qué se yo! ¿Cuánta gente podemos abarcar los domingos en la misa, en las pláticas pre bautismales o pre sacramentales? La gente a veces va un poco a fuerzas, sólo lo hace por llenar un requisito burocrático. Es decir, ante el crecimiento de la población no podemos responder a lo que demanda la evangelización.
Sólo calculemos la proporción: en Xalapa, aunque el numero de gente que se dice católica es muy grande, por muchas misas rápidas que se digan durante las 24 horas, esa gente no va a cambiar.
Transición.- Los jesuitas han sido uno de los grupos eclesiásticos más combativos en cuanto a la defensa de los derechos sociales, de los derechos humanos, incluso de los derechos políticos de los más necesitados. La teología de la liberación, que surgió hace algunos años y que se ha ido perdiendo como expresión, también se ha ido asentando sobre todo en las comunidades indígenas. En este momento, México vive una situación muy difícil al respecto en el estado de Chiapas, pero los indígenas no son sólo del estado de Chiapas, ni su marginación es privativa del estado de Chiapas; en Veracruz también se presentan estas circunstancias. ¿Ustedes los jesuitas cómo ven esta circunstancia y cómo tratan de ayudar a esta gente?
S.J. Teódulo Guzmán.- Esta pregunta es muy difícil, porque nosotros no tenemos presencia más que en tres lugares que, creo yo, son estratégicos: Huayacocotla, Xalapa y en el Sur de Veracruz. En Chiapas y en el sureste.
Yo creo, que nuestra conducta ha sido más que nada ir creando una actitud de los derechos humanos, lo cual no quiere decir que las cosas se vayan solucionando. Sin embargo, el Centro de Derechos Humanos, en comunión o relación con el Centro de San Cristóbal de las Casas, el Centro de los Dominicos, y otros centros, creo que han hecho una muy buena labor.
Transición.-¿Qué pediría la iglesia a los católicos en este momento?
S.J. Teódulo Guzmán.- Que trataran de informarse, pero también de ir creando esta red de pequeñas comunidades de base, para intercambio de información y de apoyo en cuanto a la exigencia de su situación y sus posibilidades. Que se siga fortaleciendo el perfil social, pero con esta línea, además de conservar, proteger y transformar la vida.
Anexo de referencias:
Los Derechos Humanos según la Iglesia *
I. Fundamentación bíblica
A. En el Antiguo Testamento
- Hombre y mujer son creados a imagen y semejanza de Dios. Ahí se halla el fundamento de LA DIGNIDAD HUMANA. El ser humano es PERSONA no cosa ni planta ni sólo animal. (Génesis 1:26-27).Dios hace al ser humano dueño de todo lo creado. Por ello, además de ser persona, lo constituye como un ser esencialmente superior a toda la creación. Y por ser persona es igual a cualquier otra persona, con la misma vocación a dominar la tierra mediante el trabajo y la transformación de la creación, para tener vida y vida en abundancia, como hijo de Dios.
- En el Decálogo (los 10 mandamientos: Éxodo 20:1-21) lo que Dios le prescribe a su pueblo es fundamentalmente el respeto a los derechos fundamentales de la persona humana. Así tenemos el derecho a la vida, el derecho a la buena reputación, el derecho a la propiedad y a la unidad familiar. Además, el derecho a dar culto a Dios. (De hecho, las plagas de Egipto y el castigo al Faraón están en relación directa con el derecho del pueblo de Israel a dar culto a Dios, en el desierto, en libertad).Este es el derecho de la justicia, de la verdad, de la paz y de la convivencia humana.
- En los profetas (Isaías 58:6-10): El profeta denuncia el pecado del pueblo como un atentado contra el derecho que tiene el trabajador a un salario justo, a la alimentación y al vestido. Ver también Amós 8:4-17; Miqueas 2:1-3,8-10 y 3:1-4.
- Toda persona humana merece respeto, por la sóla razón de que Jesucristo, el Hijo de Dios, asumió nuestra naturaleza humana al hacerse hombre, y por ello dignificó a todo hombre y mujer, sin que importe ya para nada la clase social, la raza o el sexo.
- Toda persona humana merece ser amada y comprendida por el sólo hecho de haber sido redimida por la pasión y muerte de Jesús. Ver II Cor., 5:16-19; Efesios 1:3-14.
- Todo el Evangelio de Marcos en una defensa de la dignidad y la primicia de la persona humana sobre la ley, las instituciones y las normas de la tradición. Vale más curar al enfermo, alimentar al hambriento, dar vista a los ciegos y restaurar la felicidad que el solo culto ritual a Dios.El Evangelio de Mateo nos dice tan claramente que la justicia del Reino de Dios está más allá de la mera justicia humana. Ver Mt. 5:20-47 y Lc. 6:27-38.
B. En el Nuevo Testamento
II. En el Magisterio de la Iglesia
1. Concilio Vaticano II: El hombre (y la mujer) tienen derechos inviolables, los cuales deben ser respetados y defendidos por todos los cristianos.
Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual: Nos. 13, 15, 17, 21, 26, 27, 29, 31, 41, 60, 61.
Declaración sobre la libertad religiosa.
Declaración sobre la educación cristiana: El derecho a la educación de los hijos según la propia conciencia. Ver No. 6.
2. Encíclicas Papales
- «Paz en la Tierra» (Juan XXIII): El derecho a la libertad religiosa. Y el derecho a la propiedad privada de los medios de producción.
- «El Progreso de los Pueblos» (Pablo VI): El derecho a los mínimos de bienestar social para un desarrollo integral de la familia y de la comunidad.
- «Octogésima Adveniens» (Pablo VI): En esta carta de 1971, con motivo de los 80 años de la primaria encíclica social, la famosa «Rerum Novarum» de León XIII, Pablo VI insiste en la defensa de los derechos de los trabajadores frente al abuso del capitalismo que solo busca el lucro.Insiste también en el derecho de los ciudadanos a construir su propio proyecto de desarrollo social y político.
- «Laborem Exercens» (Juan Pablo II) y «Sollicituto Rei Socialis» del mismo Juan Pablo II, tienen como objetivo central el análisis y el compromiso cristiano por el desarrollo integral de los pueblos.
* Queda como tarea de los principiante buscar en los documentos de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, sobre todo Puebla y Santo Domingo, las afirmaciones y recomendaciones sobre los derechos humanos.
Publicado originalmente en el número 12 de la Revista Transición del Centro de Estudios para la Transición Democrática A.C. en Febrero de 2008
