
Del encuentro de autoridades estatales con el secretario de gobernación Francisco Blake, se destaca que la lucha anticrimen arrancará para erradicar los delitos que más afectan a la sociedad civil como son el secuestro, la extorsión y el homicidio.
Al margen de la contienda que tendrán fuerzas armadas y el estado de Veracruz, la tercia de ilícitos más resentida por los veracruzanos, es la que se cita en un primer párrafo de este comentario.
Desde hace varios años, la secuela de ilícitos se ha visto completada con la incidencia en los llamados telefónicos, tanto en domicilios particulares como celulares, provenientes de distintas partes del interior del país, con intenciones de extorsionar a quienes reciben dichos llamados.
Empero, en los meses que corren de este 2011, ha sido mayor el número de presuntas víctimas tanto de secuestradores como extorsionadores, amén del robo de automóviles, sometiendo a las presuntas víctimas en sus centros de trabajo o en la arteria pública, amén del homicidio que registra al momento los 200 asesinatos y desapariciones en lo que va del año en curso.

Es inobjetable que nunca se acabará el consumo de las drogas estupefacientes ni su tráfico.
En este contexto Sandra Ávila, la reina del Pacífico, en entrevista con el periodista Julio Sherer, habría advertido hace cuatro años, que la industria en cuestión, no cesará, porque siempre que falte uno de sus introductores y traficantes, habrá otros y otros más, para sucederlos.
Gobernación pareciera haber dado al clavo, al descubrir que efectivamente la sociedad está harta de la constante de secuestros, desapariciones, extorsiones y matanzas, sin razón que las justifique y que las fiscalías, cada que tienen que enfrentar los interrogatorios de los medios, tengan que advertir que se trata de víctimas mortales, todas ellas, por haber tenido conexiones con la delincuencia organizada.
Se ignora cuando un operativo semejante iniciará, en dónde fijará sus bases y cuántos y quiénes lo ejecutarán, pero el anuncio ya se hizo. La ciudadanía aunque con miedo, lo espera.
* COMERCIANTES
RUIDOSOS EN XALAPA
Antros, expendios de fritangas, plátanos fritos, papas, pollos destazados y distribuidores de cilindros de gas para uso doméstico no tienen llenadera, pero tampoco muestran respeto alguno a la reglamentación que supuestamente aplica el ayuntamiento en todos estos casos.
La contaminación auditiva, visual y de todos los sentidos en el común de los seres humanos, está siendo asaltada o atracada por los tantos agentes que envenenan el entorno citadino, sin que haya la autoridad que detenga, frene o clausure al grueso de estos establecimiento de comercio.
Hay denuncias que se dejan sentir en cascada de vecinos por los constantes escándalos que provocan la música estridente a todo volumen, los ruidos que generan las unidades automotrices que venden gas para consumo doméstico y los hedores, que acompañan la elaboración de fritangas, y otros generadores de humos y tóxicos, en detrimento de la salud humana.
Ahora se soslayan la producción de decibeles, cuyo límite se dice que es el 005, como según lo fija la norma, sin embargo, hoy día los ruidos superan los 60 y70 decibles, pero en otras latitudes del país, donde se castiga a quienes proveen de ruidos al amparo de la impunidad a la población, porque aquí lo mismo da a una oficina burocrática responsable de su inspección o vigilancia, como ocurre con las autoridades del sector salud, o las municipales de esta capital.
Se calcula que ya hay buen número de personas, con problemas en ojos, oídos y todos sus sentidos, como lo hace constar su periódica visita a los nosocomios y clínicas donde son atendidos, a veces con demasiado tiempo de retraso.
Empero, una batida contra los agentes contaminantes, sean ruidos, tóxicos otros, a nadie importan. Las muestras allí están, tanto en calles céntricas como periféricas, a toda hora del día, sin ningún recato ni supervisión sobre su funcionamiento.
* UNIVERSIDADES,
ÚLTIMA ESPERANZA
La última esperanza del pueblo mexicano, para salir de las crisis tiene que ser la educación.
Sin preparación no habrá empleos, ni nada que se le parezca.
Cuando Fidel Castro Ruz, arribó en 1959 a la isla caribeña de Cuba, lo primero que enfrentó ya siendo gobierno fue el analfabetismo de sus cuatro millones de habitantes. Todos, sin excepción, eran parias del imperialismo estadunidense.
La miseria galopaba a gran velocidad, y bajo el régimen de Fulgencio Batista, los cubanos no tendrían ninguna expectativa para cambiar.
Y los cubanos, estaban condenados a morir de inanición irremediablemente.
Castro Ruz, comandante de las fuerzas armadas en aquel entonces, diría que sin educación las sombras del rezago acompañarían toda su vida al país. Así que ordenó confiscar las costosas viviendas que allí gozaban los extranjeros sobre todo y de inmediato ordenó que se abrieran como aulas escolares.
Hacia 1961, Cuba dejaba de ser un país de analfabetas, como lo hace constar la ONU, en cuyo edificio hace ondear la bandera blanca de los países, que gozan de no tener un solo iletrado en sus territorios. Hoy, Cuba es uno de los pueblos, cuyos integrantes ostentan uno, dos y tres títulos universitarios.
En el combate a la ignorancia y la delincuencia, México habla de armas, soldados y policías, pero y la educación ¿cuándo se va a atacar su inoperancia en la formación de cuadros inteligentes? El país lo reclama con una singular emergencia.
Lo cual no puede ocurrir, si se regatean los recursos a nuestras casas de estudios.
Nuestra UNAM ciertamente es una de las 122 mejores universidades del mundo, la quinta en el concierto latinoamericano, pero vea usted, detrás de dos universidades brasileñas y una más de Chile.
La fuga de cerebros, está galopando con fuerza y solo dos de cada cien egresados de nuestras máximas casas de estudio, obtienen su licenciatura.
Pero con estos saldos, la delincuencia se hará más rica en detrimento de una sociedad, que a veces pareciera perder el rumbo y las metas. Nuestros próceres de la nómina legislativa, deben pensarla dos veces, cada que tienen que ventilar el debate sobre presupuestos para la educación. Lo demás es palabrería barata y tirar recursos que invierte el pueblo a la basura. Por favor.
