Siete Párrafos: Z falso


Por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

El reciente caso del descubrimiento de un plan para realizar  posible atentado en Estados Unidos contra el embajador de Arabia Saudita en Washington, tiene muchas aristas por los ingredientes que involucran no sólo a la presencia de presuntos terroristas iraníes sino a la asociación o interés, según se manejan, de enemigos del vecino norteamericano por utilizar a miembros de organizaciones delictivas mexicanas, como los “Z”, para llevar a cabo atentados en la unión norteamericana.

Si se hace un análisis de contenido para hallar en principio las palabras clave del suceso, se encontraría uno ante los siguientes términos: «complot irani», «Estados unidos», «complot terrorista», «asesinato embajador». «narcoterroristas Z”, “Territorio de México involucrado”, “conspiración en Latinoamérica” Lo cual constituye un cóctel semántico propiciador de aumentar el ambiente hostil contra México, que están fomentando sus políticos entre la opinión pública norteamericana, tanto del bando repúblicano, como del bando demócrata incrustado en la burocracia de la Casa Blanca.

El Gobierno de Obama, a través de falsedades, vuelve a poner en apuros a nuestro país ante la opinión pública norteamericana

Como muestra un botón, apenas ayer se dio a conocer en diverso cables noticiosos que en la Cámara de Representantes se manifestó que si se confirman los detalles del complot, «eso nos diría que los iraníes están confortablemente nadando en esas aguas» de los carteles mexicanos, dijo Ed Royce, jefe de la subcomisión de Terrorismo de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, que realizó este miércoles una audiencia sobre los nexos entre el terrorismo y el narcotráfico.

Es decir, el asunto es grave, porque el hecho que la DEA haya utilizado a uno de sus agentes para hacerse pasar como un “Z” mexicano y establecer así el contacto con el presunto terrorista iraníes que iba financiarlo para cometer el atentado con explosivos en Washington, da a entender que entre los iraníes ya se tiene confianza para utilizar a los grupos de narcotraficantes como aliados en su guerra con Estados Unidos.

El grado de perversidad política de esta maniobra urdida desde Washington queda entonces a la vista. En un mismo paquete le pegan y ponen a temblar al gobierno iraní por las consecuencias de una represalia a corto o mediano plazo de los norteamericano, y por el otro hacen germinar la idea de que los narcotraficantes en México, en especial los “Z”, son ya un peligro potencial por las políticas de acercamiento de los terroristas internacionales, puesta al descubierto en este complot, sin importar que el participante haya sido un “Z” falso.

El suceso debió haber originado una ríspida y subterránea reacción del gobierno de México, dado que Alejandro Poiré, director del CISEN, tuvo que trasladarse en estos días a Estados Unidos, de manera casi secreta, para conocer los pormenores del evento en el que el último en enterarse fue precisamente fue el gobierno mexicano, conminado a impedir la entrada del terrorista iraníe por cierto ciudadano estadounidense, en el Aeropuerto Internacional en México, a finales de septiembre, para remitirlo a Nueva York, donde sería finalmente detenido.

Esta acción de involucrar a México, aunque sea de mentiras y con participantes de los “Z” falsos, se abona a las operaciones  gringas singularmente erradas de dotar a los cárteles mexicanos de grandes cantidades de armamentos, como sucedió en la operación encubierta “Rápido y Furioso”, en donde el principal afectado resultado precisamente el país nuestro. El daño ha sido tan profundo en estos dos casos, que ahora, para sanar el golpazo mediático contra México, el presidente Barack Obama se apresura a elogiar la gran cooperación de su vecino del sur para detener este complot, mientras en el seno de su gobierno y en sus cámaras de representantes, ya se maneja el gran peligro que significa México por la existencia de bandas delictivas capaces de llamar la atención y colaboración de los enemigos de Estados Unidos. Palo dado, ni Dios lo quita.

(correo del autor: rcalderonvivar@yahoo.com)

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