60 Segundos


Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

* Con lujo de violencia,
5 «Halcones» (de la sucursal
de los basquetbolistas
también del equipo «Halcones»)
ingresaron a un salón de
la facultad de derecho y
golpearon a uno de sus
alumnos, lo que a no pocos
hizo considerar que el porrismo
amaga de nuevo. ¿Será?

* SIN DEFENSAS
FRENTE AL CÁNCER

A ciencia cierta, los nosocomios del Sector Salud quedan de una pieza, porque no saben cómo justificar la constante de pacientes enfermos de cáncer.
Las cifras quizá sean lo menos importante que atacar, porque éstas suben y

Priístas que denuncian al presidente Calderón sólo están mostrando intransigencia contra la libertad de expresión

bajan según los registros que burócratas bien pagados llevan a cabo cotidianamente.
Lo verdaderamente preocupante, es que los funcionarios dedicados a la salud pública hablan de números como si se tratara de ganar una carrera en la pista de la Magdalena Michuca; pero, definitivamente, la muerte constante de mujeres inclusive jóvenes, es una hoja que se dobla en la agenda que la historia diaria incluye en Veracruz y quizá el resto del país.
La reflexión debiera hacer o invocarse profunda.
Ciertamente, hay un engaño sobre aquello de que la prevención ha de salvar vidas, y que probado está que un día antes no hay enferma, y 24 horas después, aparece el pequeño tumor maligno en uno o los dos senos.
De allí en adelante, inicia un largo viacrucis de exámenes en laboratorios y con el «imaginólogo». Ningún oncólogo, ningún ginecólogo, puede vaticinar nada, sólo han de concretarse al tratamiento de la quimioterapia y la radioterapia o ambas aplicaciones en forma simultánea.
El tratamiento es demasiado caro, seguramente en este país, pocos pueden pagárselo y las instituciones médicas y dependientes del estado restringen los medicamentos, que no aparecen en cualquiera establecimiento farmacéutico, ni los hay en todas nuestras ciudades. Con certeza el seguro popular no paga un tratamiento semejante, por principio de cuentas.
Por otro lado, la burocracia se apodera del Sector Salud y se niega a ventilar el asunto que es de extrema preocupación social, como es el caso de las autoridades veracruzanas en el ramo, que se niegan a reconocer que el mayor número de estos pacientes, se registra en las áreas aledañas a la Planta Nuclear de Laguna Verde.
Niños, adolescentes y jóvenes mujeres, han sucumbido a los alcances de este mal que en el siglo XXI, ha arreciado afectando la integridad física de miles, y que es el ejemplo impuesto por la entidad veracruzana.
Los alcaldes de Vega Alatorre, ciudad Cardel, Tecolutla y Nautla, han coincidido en que la muerte ronda por cáncer a los pobladores, que van quedando, ya que en mayoría huyeron de hambre a los Estados Unidos de Norteamérica. Alguien tiene que hacer caso de este penoso asunto de salud pública.

* LAS SECUELAS
DEL SECUESTRO

Poco las autoridades de salud pública reparan en la recuperación emocional y siquiátrica de las víctimas del secuestro, cuando este ilícito cobra singular impacto en este país o como en Veracruz ocurre que casi hay una treintena de casos registrados en solo un año.
Toda víctima de este delito queda expuesta a su retorno a casa, si es que lo consiguió, a sufrir los sueños y las angustias, la zozobra y los miedos, que difícilmente en el resto de sus existencias será factible que puedan superar.
O por lo menos, en un país como éste, donde la ayuda médica no existe, hay la certidumbre de que por nuestras calles deambulan centenares de personas vacías por dentro y distantes de la realidad que les rodea.
Esta es una de las víctimas del secuestro, en una ciudad petrolera del sur del estado veracruzano, que tras de seis días de haber sido interceptada, cuando conducía su automóvil en una de las calles de su tierra natal, tres sujetos la obligarían a ser sometida y conducida a una casa –les llaman de seguridad- en las afueras del poblado.
El infierno que experimentó no le permitió saber cuántos días de cautiverio enfrentó.
Sin embargo, recuerda que allí estaban otras seis personas cuando menos recluidas como ella, y todas sin poder mirar al rostro de los malandrines y quienes despotricaban mentadas de madre, ofensas e insultos en cascada y luego vendrían los golpes en todo el cuerpo con puños, manotazos y patadas.
El infierno le hacía reflexionar con alguna certidumbre, de que no saldría de allí viva.
Por fortuna, en medio de la desgracia, sus familiares habían contactado con las fuerzas de la Marina y éstas ,encabezaron una operación de rescate, pagando el monto de las exigencias del comando secuestrador, lo que también les sirvió para fijar la estrategia de cuatro días más para detenerlo y confinarlo en mazmorras de las fuerzas armadas.
Sin embargo, el dolor físico pasa, pero el emocional no.
Cabe preguntar, acaso el estado ha preparado alguna medida, que sirva para atender a estas víctimas, que son también gobernadas de un sistema injusto, como el que ostenta este país, porque hay sin duda un ejército de mexicanos, caminando como zombis, cuando no todo es material ni cuestión de dinero, carreteras y puentes. La emoción es vertebral, para que realmente haya ciudadanos felices y tranquilos.

* PRIISTAS CONTRA LA
LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Acaso ya olvidaron los priistas, que el viejo sistema ejerció brutal represión contra los periodistas y los medios en que servían, que ahora se unjan en jueces intolerantes al pedir que el IFE sancione al presidente Felipe Calderón, quien a decir verdad, no dijo nada que no se sepa en el sentido de que los funcionarios salidos del ex partidazo quieren negociar con el narcotráfico.
El enojo de socios del viejo sistema no encuentra paralelo porque ahora se sienten ofendidos, cuando en los sexenios del membrete en mención, si alguien sufrió los estragos de ese estrangulamiento de las libertades de escribir y pensar, fueron los gobernantes del PRI.
Gustavo Díaz Ordaz, reprimió toda expectativa de libertades echando fuera del país a periodistas y sacando de sus redacciones periodísticas a otros tantos.
Luis Echeverría, canceló la circulación del periódico más influyente en América Latina, bajo la dirección de Julio Sherer, asestándole el golpe a su administración, cancelando a 200 reporteros su ocupación laboral y entregando el diario a un grupo asiduo a su gobierno.
José López Portillo, famoso con su patética declaración de «te pago para que me pegues» y enseguida su dirección de comunicación social, anunciaría que la publicidad sería retirada a todos los medios «enemigos», es decir, aquellos, que hicieran la crítica a cometidos de su ejercicio presidencial.
Y en la provincia azteca, no se cantaron mal las rancheras, en lo que hace a restricciones severas al trabajo periodístico. La persecución, encarcelamiento, destrucción entonces de talleres tipográficos y el acoso en redacciones de periódicos y revistas, era una constante, sometiendo a no pocos, con la publicación íntegra de boletines oficiosos, que nadie en el pasado y el presente lee ni cree.
Ahora, en el colmo del cinismo, los priistas se muestran indignados, porque el presidente Calderón, haciendo uso de su derecho de crítica, que no censura, exhibe que hay muchos priistas que quisieran negociar con el narcotráfico, en alusión primeramente a las declaraciones hechas por el e x gobernador de Nuevo León Sócrates Rizo, en ese sentido.
Calderón diría textualmente: «Hay muchos en el PRI que están de acuerdo con la política que yo tengo, o al menos lo dicen en secreto, mientras que en público pudieran decir otra cosa. Hay muchos en el PRI que dicen que los arreglos del pasado podrían funcionar ahora».
Enseguida los voceros del viejo sistema encendieron los focos rojos y respondieron a los que consideraron injustos ataques contra la familia tricolor, tanto, que acudieron al IFE para presentar una queja contra el presidente, y contra quien piden una sanción.
Saben bien los socios priistas, si es que han leído el texto constitucional, que su queja no procederá. Al presidente, si acaso, solo se le podría juzgar de traición a la patria.
Una crítica, tan solo confirma el estado de derecho, al que aspira de siempre el común de mexicanos, amén de que es precisamente a raíz de que el panismo se convirtiera en gobierno, que los marcos de la libertad de expresión, no solo se han conseguido, sino ampliado y en muchos casos, han hecho escarnio los críticos, todos socios priistas hasta de la propia institución presidencial.

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