
La moda los de jeans desgastados cobra muertes en varias partes del mundo, sobre todo en Turquía donde en los últimos meses registraron 45 decesos y más de 5 mil afectados. La técnica conocida como “chorro de arena” aplicada en telas vaqueras provoca la silicosis entre los trabajadores del rubro. Si bien esta práctica fue prohibida en los años ’60 en Europa, aún las grandes empresas se las ingenian para continuar con la tendencia.
Las firmas de jeans norteamericanas optaron por evadir dichas normas vigentes en el viejo continente y mudar ese mercado además a países como Bangladesh, Pakistán, India y Argentina. “La silicosis es una enfermedad profesional ocasionada por la sílice de la arena, dificulta el proceso respiratorio, produce tos, debilidad y pérdida de peso, además de ser incurable y, en su fase más severa, la muerte.
El negocio de las grandes internacionales va más allá del respeto al medio ambiente y a los derechos de los ciudadanos, llegan a países en desarrollo se instalan corrompen a las autoridades y de ahí tiene el camino abierto para hacer de la zona todo lo que a oportunistas empresarios les plazca: pago de bajos salarios, el abuzo en los turnos laborales, igualmente de originar afecciones e incluso la pérdida de vidas humanas, flora y fauna. Hay ejemplos trágicos en casi cualquier parte del planeta.
En 1984 Bhopal, India, produjo la fuga del gas venenoso metil-isocianato en la fábrica perteneciente a la multinacional estadounidense Union Carbide Corporation, El fluido mató de inmediato a 8 mil personas. Total de víctimas 20 mil y continúan los daños por los impactos que dejó el desastre. La capacidad de seguridad del personal fue ínfima, ignoraban las precauciones en relación con el peligroso almacenamiento de sustancias químicas.
Una sociedad civilizada no debe tolerar, la pérdida innecesaria de vidas. Los países industrializados, atesoran más información y conciencia del estropicio que producen las sustancias químicas industriales. Tienen la precaución de dictar leyes acordes para el buen desarrollo físico y mental de sus ciudadanos e inclusive firman acuerdos internacionales. ¿Por qué entonces insistir en dañar tierras ajenas? Porque, es público, lo que enferma a un habitante de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, etc. lesiona de igual manera a los habitantes de otros países.
Periodista y Docente de Desarrollo Sustentable
