Javier Duarte
Aqui yace Javier Duarte
fugaz gobernador extinto;
quiso a Loret maicearse
y éste le gano en el brinco.
No logró fama ni gloria
por desfalco tan pesado
que Fidel chupó al estado
y que él borró de la historia.
Ni una corona enviaron
Calderón ni los panistas
y menos los beltronistas
que de traidor lo tacharon.
pues apostó a los peñistas,
su futuro, renegando
su vocación fidelista.
Gerardo Buganza Salmerón
De principios fue panista
el difunto que aqui yace
fue después trapecista
politico al cambiarse
a una ideología confusa
sin color y sin bandera
con tal de mandar a Rusia
a estudiar, a su pequeña.
Derechista sin tapujo
efectivo o casi casi
se dió el insano lujo
de crear un «hoy sin taxi»
Murió, aunque no lo crea,
apoltronado en su silla
rodeado de periodistas
dictando una verborrea.
Amadeo Flores Espinoza
Sabio, sereno y taciturno
político al estilo antiguo
murió de golpe nocturno
que le arrearon por ladino.
Fingía ser inteligente
con una actitud callada
que a la vez la adornaba
con un cariz obediente.
Por no decir nunca no
dejó la diputación
sin ninguna condición
para ser procurador.
Al asumir el encargo
la balacera arreciaba
y dicen, pues que gritaba
¡que regresen al Reynaldo!
Elizabeth Morales
En esta tumba olvidada
duerme tan profundo sueño
aquella que llevó por sello
ser la alcadesa enamorada.
Pescada en el picorete
que la muerte le plantara
se mostró tan indignada
al limpiarse su cachete.
Que te pasa, Elizabeth
dijo la calaca altiva
yo ni te dejé saliva
asi que déjate querer.
Héctor Yunes Landa
Ni muerto lo disimula
aquel que dijo sonriente
que él de sus parientes
no reniega como mula.
En Veracruz hizo su fiesta
al ser del PRI el apóstol
que convirtió en negocio
los candidatos de encuesta.
No lo quería el Carvallo
ni mucho menos Uscanga
quienes en una pachanga
acordaron el quitarlo.
Y tuvieron tanta suerte
sus enemigos eternos
que antes de llegar invierno
se lo llevó ya la muerte.
Trompudo y bueno pal chupe
tan miope y tan testarudo
la muerte le jugó rudo
al matarlo con un tope.
Ahi en el hoyo postrero
vinieron a echarle tierra
el Chapo y La Matancera
enmedio de un aguacero.
No lo quiso ni San Pedro
mucho menos Satanás,
ahora le da por penar
en la casa de Cordero.
Dicen que le han oido
decir que él no se arrepiente
pues el murió Presidente
«haiga sido como haiga sido».
Murió inmensamente rico
aquel que vilipendiado
fue de todos tan odiado
por pasarse de listo.
En su mausoleo de oro
ver pasar triste las horas
aquel a quien la memoria
se le va volviendo moho.
Dejó endeudado al estado,
y fue acusado de todo
más no regresó el tesoro
que se llevó del estado.
Ya le lloran las féminas
que le dieron a él su gozo
ahora que está en el pozo.
embaucando a las ánimas.
EfACICO 