
La misión de la Iniciativa Carta de la Tierra (ICT) es promover la transición hacia formas sostenibles de vida y una sociedad global basada en un marco ético compartido que incluye el respeto y cuidado de la comunidad de vida, la integridad ecológica, los derechos humanos universales, respeto de la diversidad, economía justa, la democracia y una cultura de paz.
Betty Mcdermott Dobles, del Proyecto Iberoamérica de la Carta de la Tierra, promueve el documento, producto de un diálogo intercultural llevado a cabo durante toda una década a nivel mundial en torno a diversos objetivos en común y valores compartidos. Comenzó siendo idea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero finalizó adoptada por la sociedad civil. En el año 2000, fue dada a conocer públicamente bajo el mensaje de carta de los pueblos.
Uno de los objetivos importantes marcados, es presentarla en 2012 en la reunión de Río +20 para invitar a actores gubernamentales y no gubernamentales a utilizar el escrito como guía, y reconocer su importancia como marco ético hacia la sustentabilidad; en este nuevo intento de la ONU para avanzar en los retos de los grandes cambios en el siglo XXI.
La sede Secretaría de apoyo, de la ICT está ubicada en Costa Rica, país centroamericano, que abolió su ejército en 1948, y combate con una policía civil; los ciudadanos confían en el poder judicial blindado, tienen fiscales y jueces preparados; están ocupados en el cuidado de sus recursos naturales. Por ello, ostenta el tercer lugar en la lista de los 163 países estudiados en cuanto al desempeño ambiental, el trabajo que ejecutan es en serio no fingen ni falsean aparentar que cumplen sus leyes.
La nación, localizada en el istmo de América Central, es una de las primeras en implementar un pago por servicios ambientales. Los bosques producen bienes y servicios que la sociedad demanda y deben pagar por ellos. Por ley reconocen los costarricenses que los bosques dan servicios como absorber gases de efecto invernadero, protegen la biodiversidad (vital para nuevos medicamentos), aseguran los recursos hídricos y proveen belleza escénica, claves para el turismo.
En el país centroamericano está registrada la primera víctima mundial documentada por científicos, a raíz del cambio climático: el sapo dorado, y no dispuestos a seguir recorriendo por este fatal camino de extinción de fauna y flora, mucho menos continuar surcando con miras a la desesperanza, del daño medioambiental. Ellos caminan hacia adelante, van hacia arriba.
Betty, estuvo en Tampico, en busca de firmantes del compromiso, invitada por la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Periodista y Docente de Desarrollo Sustentable
