
* PRESUME LO QUE
NI ES NI TIENE

También los evangélicos, por voz de su pastor al hacer un balance del trabajo que desarrollaron los secretarios del gabinete estatal, en un primer año de actividades públicas coincidieron en que hay que reflexionar sobre el trabajo que promueve el sector salud, puesto en la duda y sobre todo la presunción de que sus fallas por cometerlas por humanos, han de analizarse para no repetirlas en este 2012.
El sector salud que dirige el doctor Pablo Anaya Rivera, es de las instancias del poder público estatal, que más ha mentido a la población civil.
En su ejercicio, cuenta con dinero público venido de la Federación y los apoyos que en materia de salud pública, le rinde el gobierno estatal, solo que la vanagloria en que suele incurrir el cardenalato del mencionado sector luce lo que no es ni se tiene.
Si el fin del sector salud es atacar los males que afectan la buena marcha de una población cargada de problemas y pobrezas endémicas y ancestrales, en la realidad resulta puro rollo. El cometido de la dependencia no es precisamente su atención a la sociedad veracruzana en su conjunto.
Los hospitales y clínicas y centros de salud de nuestras ciudades, adolecen de los elementales insumos, infraestructura tecnológica y los galenos suficientes en las más diversas especialidades, de allí que en el concierto nacional, Veracruz, sea el estado, que mayor número de pacientes chicos y grandes hace llegar a los nosocomios de especialidades de la ciudad de México.
Sin embargo, los pregoneros y funcionarios que acompañan a Pablo Anaya Rivera, en su aventura de explotar fama y dinero con la sigla del sector salud, muestran la cara amable de una institución, que primeramente tiene el deber de atender la salud pública de los veracruzanos, pero igual, de abatir los rezagos burocráticos pagándole sus justas percepciones salariales a sus enfermeras y médicos especialistas.
Lo contrario, es prestarse a las lástimas de un sector pútrido por dentro y falso hacia sus exteriores, con todos los veracruzanos. Por favor.
* MANO CONCILIADORA
PERO FIRME EN EL PRI
Si Francisco Mora es el nuevo dirigente estatal del PRI, pueden augurarse momentos para una transición conciliadora, pero con firmeza.
Es momento de reivindicar al ex partidazo con las mejores causas de la sociedad.
La memoria popular a veces olvida lo que fue el partido que fundara don Plutarco Elías Calles. Por lo menos cuatro o cinco generaciones supieron de las excentricidades, carácter dictatorial y a veces criminal del partido que pudo haber durado cien años, sin tropiezos.
En la directiva estatal del partido tricolor, ha habido líderes de todos los colores y sabores. Desde un ortodoxo como fuera Edmundo Martínez Zaleta, hasta un vendedor de alcaldías como se hizo de fama el maestro Manuel Ramos Gurrión.
Empero, a todos los ha movido la idea de afianzar un partido que enliste a las mayorías, que en sus orígenes a nadie preocupó porque incluía en sus nóminas a los llamados sectores sociales. El popular, campesino y obrero -días de gozo y luna de miel permanente-, ya que a las mayorías populares, la política les importó un cacahuate.
El viejo partido, hizo posible que se asentara por decenios la «dictadura perfecta», como calificó Mario Vargas Llosa al régimen de la represión y los caciques regionales, como fuera el partido de los tres colores.
De éste, los jóvenes no se acuerdan ni preguntan cómo fue. Sin embargo, siguen siendo en este un sector de importancia letal para la alternancia en el poder o el resto de membretes partidarios, que siguen sin coadyuvar realmente al cambio en un país metido en la miseria de las mayorías.
Veracruz ha tenido que experimentar todas estas etapas, así que el arribo de un dirigente que sirva de parteaguas entre lo que fue el viejo sistema, y lo que aspira a ser en un reencuentro con los tiempos que rigen la existencia de los ciudadanos particularmente, es lo deseable. Y en ese contexto, un elemento con oportunidades para conseguirlo es entre otros, igualmente, el abogado Francisco Mora Domínguez.
Su nombre resulta de un consenso levantado entre políticos y gente sencilla del pueblo. Y por supuesto de la carrera bastante larga que acompaña á Pancho Mora el ex de tantas carteras como tiene el sistema de gobierno estatal y partidario.
Conciliador, atento a la problemática social y partidaria de la entidad, carácter, afabilidad y mano firme, pueden encontrarse en el precandidato a la dirigencia estatal del ex partido aplanadora, perdedor como ha sido de las mayorías ciudadanas, cuando menos en los últimos veinte años.
* DESAPARICIONES,
COMO SI NO PASARAN
Aquí en Xalapa, Orizaba, Córdoba, Veracruz, Minatitlán, Coatzacoalcos y Poza Rica, y quizá en todo el resto del estado, se sabe de la constante de desapariciones de jovencitas, de académicos, médicos, profesionales diversos que sin ser ricos o al menos esa es la fama han desaparecido, pero nadie dice algo, todos lo saben, pero se calla el problema.
La convivencia con la ola violenta se alarga visiblemente.
La gente guarda silencio, en el taxi poco se aborda el tema, aunque en todos se encuentra el tema o por lo menos lo tienen en la punta de la lengua. Se sabe que existe, porque aunque a cuentagotas, el grueso de la sociedad lo sabe, lo escucha, no lo digiere, pero se ha ido acostumbrando a que la inseguridad pública gane páginas en los periódicos, aunque difundidas con alguna discreción y sin mucho abundamiento.
El miedo recorre la humanidad de cualquiera. El hilillo de sudor frio baja de la nuca y recorre la espino dorsal, cada que se habla de choques armados, secuestros, extorsiones y balaceras.
Familias en la zona residencial de Las Animas, coincidieron en una tirotiza a la medianoche del último domingo, sin que se hayan escuchado que sonaran las sirenas de patrullas policiacas y que llegaran al lugar donde seguramente se disparaban pistolas o rifles automáticos.
Sin embargo, a últimas fechas, la cifra de desapariciones, se ignora si fueron secuestrados y si tales o presuntas víctimas o extorsionados, o se fueron los jóvenes con sus novias, pero el caso es que nadie informa nada sobre lo que está sucediendo en las calles y avenidas y tramos carreteros estratégicos.
Esto es lo verdaderamente preocupante, ya que la autoridad policiaca calla sospechosamente y no existe el flujo que se había anunciado informativamente, para mantener la alerta en el resto de la población, atenta, como está en el silencio y metida en el miedo, pánico y hasta terror.
Porque todos saben lo que está ocurriendo, pero quienes tienen que decirnos que se está haciendo para resolver este feo conflicto, se concretan a poner de relieve un entorno territorial y geográfico diferente, sin afrontar los retos que entraña la inseguridad y la violencia.
