Lo cotidiano: El ecocidio en Alameda de Veracruz


Por Jesús Alberto Rubio Salazar, egresado de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicaciòn de la Universidad Veracruzana

Durante mi reciente estancia en la ciudad y puerto de Veracruz vi con tristeza –además de calificarlo como un grave atentado al entorno ambiental– cómo la emblemática e histórica Alameda “Salvador Díaz Mirón” estaba siendo objeto de un terrible ecocidio con la tala indiscriminada de más de 280 de sus árboles.

La Alameda, ubicada entre el Parque Zamora a la avenida Simón Bolívar, representa uno de los paseos más representativos y antiguos del primer puerto de México, por lo que los habitantes veracruzanos se lamentan y protestan contra la Comuna porteña sobremanera por la decisión de destruir sus árboles centenarios.
Precisamente ahí me enteré que un grupo de activistas se plantaron en el Zócalo de Veracruz en señal de protesta ante lo que califican un crimen, incluso relevándose entre ellos durante un ayuno de tres días.
También, la doctora en Letras, Ida Rodríguez Prampolini –miembro de la Academias de Artes y la de Historia de México, de la Real Academia Española de la Historia de Madrid, entre otros cargos y reconocimientos nacionales e internacionales–, convocó a ambientalistas sociales y encabezó (en silla de ruedas) el domingo 6 de noviembre pasado una marcha ciudadana en contra de la deforestación de esa área verde, saliendo del Parque Zamora al Zócalo de la ciudad.
La investigadora emérita por la UNAM, además de directora fundadora del Instituto Veracruzano de Cultura, se lamentó que se trate de aniquilar árboles y palmeras de la Alameda, exigiendo el respeto a la preservación de esa área verde y que la alcaldesa Carolina Gudiño detuviera la tala de los árboles que busca reducir en casi unos tres metros –por ambos lados– a la Alameda a fin de aumentar el área vehicular y las banquetas de los comercios del lugar.
José Filemón Robles Rodríguez
Precisamente, preocupado por esa situación, me entrevisté con José Filemón Robles Rodríguez, presidente de la Asociación Civil “Justicia y Consciencia Ciudadana” de Veracruz, quien me informó haber interpuesto una demanda de amparo y protección federal ante la tala de árboles en la Alameda.
La obra de destrucción, advirtió, está por fortuna detenida
En su demanda, dijo, notificó a los trece regidores del Ayuntamiento, a la alcaldesa Gudiño Corro; al síndico Antonio Sierra, así como a Enrique Baños Illana y Jaime Valderrábano Sánchez, directores de Obras y Servicios Públicos y la de Obra Pública, respectivamente.
Dijo que espera una intervención sobre esta situación por parte de la legisladora local Ainara Rementería Coello, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente en el Congreso del Estado.
José Filemón Robles aseguró que lucharán hasta las últimas consecuencias en su movimiento con el respaldo de más de cinco mil 700 firmas de ciudadanos que exigen haya otra alternativa de modernización de esa área urbana sin que se lesione su historia, ecología y cultura.
Señaló que incluso no conocen el proyecto de obra –a pesar de solicitarlo hasta en dos ocasiones en mayo y octubre de 2011– y que la licitación de la compañía encargada de los trabajos es “un hechizo” traducida como presta nombre.
“La Alameda es uno de los últimos pulmones que nos queda y por lo tanto, no es posible que se destruya como una de las contadas áreas verdes de la ciudad”, concluyó.[]

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