Crónica del suicidio anunciado


Por María Guadalupe Rico Martínez, egresada de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Tal vez lo que quiso fue atraer la atención para que volteáramos nuestros ojos a las partes más altas de la Sierra Madre Occidental y vaya que lo logró Ramón Gardea  integrante del Frente Organizado de Campesinos Indígenas al asegurar que  para muchos tarahumaras  la única forma de ganarle al hambre, era el suicidio y que hasta el 10 de diciembre de 2011, unas 50 personas habían optado por esa salida ante la falta de alimentos. De inmediato el video en las redes sociales comenzó a circular despertando la furia y para muchos el asombro de lo que estaba sucediendo, contrastando hechos con el dispendio de la Estela de Luz o el sueldo de los políticos.

De ahí que la diputada Leticia Quezada, propuso que cada uno de los legisladores aportara un día de dieta, como donativo; estudiantes de Chihuahua, Monterrey y el Distrito Federal hicieran colecta para la creación de «Iniciativa Tarahumara»; los senadores precisaron que concretarán la propuesta para donar un día de lo que se conoce como » dieta». En varios estados y el Distrito Federal ciudadanos organizados se movilizaron para iniciar una campaña de ayuda humanitaria.

Ante la indignación de la sociedad Javier Ávila, integrante de la ONG Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos salió a decir que La Sierra Tarahumara sí vive uno de los peores años de sequía, pero no hay ningún caso documentado de suicidios por hambre,  «La sequía de este año en la Sierra es atípica, porque no hubo lluvia y ahora en este invierno no hubo nieve, lo cual ha deteriorado mucho la zona. De la cosecha tienen muy poco y calculamos que en un mes aproximadamente se les terminará el alimento».

El gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, al negar los suicidios, aseguró que en la Sierra Tarahumara hay hambruna pero que a pesar de eso los indígenas no quieren dejar sus tierras porque así son felices, los habitantes de la Sierra desean vivir en su entorno, pese a las inclementes condiciones climáticas, “en esa felicidad que se envidia al conocer su ambiente y cultura”.

El Presidente Calderón dijo que el problema no se soluciona con provisiones, sino con medidas estructurales. ¿Cuáles son esas medidas?, ¿Por qué no las ponen en práctica?

Entonces, en la Sierra Tarahumara, pasa casi lo mismo que cada año, enfermedades como neumonía, parasitosis, hambre, frío, por lo que no hay que alarmarse; deben esperar las medidas estructurales y si el gobernador asegura que así son felices, pues entonces para que tanta movilización. Al fin todavía hay cerca de 120 mil rarámuris, suficientes para presumirlos como ultramaratonistas, exhibirlos en los informes de gobierno, mítines de candidatos o para que Adidas siga investigándolos para crear el calzado ideal para correr.

Esta es la sensibilidad de nuestras autoridades en pleno siglo XXI

Periodista y Docente de Desarrollo Sustentable

http://www.verde-claro.org

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