Si Enrique Peña Nieto fuera un aspirante a candidatura alguna en un país como Estados Unidos, sus declaraciones del domingo, concedidas a EL UNIVERSAL, con la periodista Katia D´Artigues, irían acompañadas del anuncio de su renuncia a cualquier candidatura, al reconocer que la infidelidad y los hijos fuera de matrimonio que tuvo en su momento, cuando era casado, y que corrían como rumores entre diversos sectores sociales, eran absolutamente ciertos.
Sin embargo, no estamos en Estados Unidos, sino en México, donde una declaración de ese tamaño debe corresponder a una estrategia medida con calma en el búnker del candidato mexiquense, ante el conocimiento de alguna intención de sus enemigos, que ya son muchos, por explotar el asunto en los medios. La noticia fue tan inesperada, que los más sorprendidos han sido medios y adversarios, los cuales han guardado significativo silencio, al menos inmediato.
No solo eso, Peña Nieto también se defendió del rumor mantenido de que el fallecimiento de Mónica Pretelini tuvo una siniestra causa, ubicada incluso en los terrenos del crimen, como públicamente “sugirió” la diputada panista María Elena Pérez de Tejeda, en plena sesión de la cámara de diputados, lo que provocó un escándalo entre los legisladores prístas que pidieron una reconvención a la diputada, quien retiró su acusación pero resaltando que no era versión sino de muchos medios que así lo difundían ya, desde que murió la esposa del ex mandatario mexiquense. Dijo Peña Nieto, en su defensa, que le parecía impensable y abominabla que alguien se atreviera a hacer una acusación de esa naturaleza.
El potencial candidato del PRI a la presidencia de la república, calificó lo dicho por la diputada panista como leyendas y acusaciones efímeras y vanas deseando que no le suceda algo semejante a ella en su vida. Pero lo que si no calificó como leyendas fue la existencia de una relación con otra mujer cuando aún estaba casado con la señora Pretelini, aunque lo justificó por desavenencias pasajeras con su esposa. De esa relación hubo un hijo, del cual fueron enterados tanto la fallecida esposa como sus hijos dentro del matrimonio.
Además habló de otro hijo producto de otra relación, que falleció a corta edad. Nada más. Por lo que se entiende que la confesión de parte constituye un recurso de Relaciones Públicas para quitar presión sobre el manejo posible de esos hechos durante las campañas presidenciales próxima a iniciar, pero reaviva los rumores de los nombres de Maritza Díaz Hernández y Jessica de la Madrid, como las mujeres relacionadas al ex gobernante mexiquense, tal y como ha venido comentándose en diversos sitios de la red en internet, más como el publicado por Naim Libien Kaui Karina A Rocha Priego, en Uno mas Uno. A ello se aunan otras informaciones sensacionalistas que mencionan otros amoríos con Galilea Montijo, Rebeca Solano, Patricia Manterola y Nora Campa Soto González. Todos rumores. Nada confirmado en cuanto a los nombres.
El plan de medios y de imagen se hace en el marco de una bonanza en la estadística de preferencias electorales que sitúan a Peña Nieto muy por encima de sus potenciales rivales. Además, aunado a su alto índice de preferencia entre electores, está el respaldo, también producto de las recientes encuestas, que en preferencias se está llevando el PRI como organización partidaria, hasta ahora, entre los potenciales electores del proceso que se avecina en julio. El grupo de Peña Nieto se está cerrando en cuanto a los posicionamientos de los generales que llevarán el control de la próxima guerra electoral, entrando ya en confrontación con otras fuerzas políticas para imponer sus propias reglas y asumir el control político del priísmo, como es la reciente ruptura con el Partido Nueva Alianza de Elba Esther Gordillo y la separación notoria con algunos virreyes estatales.
Con este episodio en la trayectoria de Enrique Peña Nieto se abre a la opinión pública los lados oscuros que pudieran existir sobre su vida pública y privada. Ya no es secreto y se adelanta a cualquier campaña negativa que tratara de mostrar deshonestidad en el manejo de su biografía. Existe si, la infidelidad como agravante en sus relaciones familiares, pero el ponerlo ahora en la ventilación pública es una acción para bajar la presión al asunto y medir la reacción contraria de los adversarios, asi como medir en puntos cualquier descenso en la popularidad, ahora respaldada no sólo por su propio carisma sino también en algo que no han advertido los enemigos, la popularidad que de nueva cuenta está tomando el Partido Revolucionario Institucional, según las encuestas, en una mayoría de la población. Bajo esas premisas, el grupo de Peña Nieto comienza a adelantar los golpes mediáticos en los prolegómenos de las campañas electorales para la presidencia del 2012
EfACICO 