
* OPERACIÓN GRUA,
QUE SEA PAREJA
Está bien que echen fuera del corazón de la ciudad a los automóviles mal aparcados y sobre todo los de conductores influyentes, que hay en el sector privado como público.
Tránsito estatal, en este contexto todo tiene que ganar y hasta el reconocimiento de los gobernados de esta ciudad.
Sin embargo, tras el anuncio que hizo la dependencia mencionada con objeto de limpiar las calles y avenidas, que son utilizadas como estacionamientos públicos, el común de sus acciones están encaminadas a levantar automóviles propiedad de ciudadanos, que nada tienen que ver con oficinas burocráticas, en cualquiera de sus tres jerarquías.
El resto, es decir, los automotores que corresponden a dependencias gubernamentales, y que son aparcadas en todas horas del día sobre la calle de Enríquez, a un costado del parque Juárez; en la avenida Clavijero, Dr. Lucio y Revolución, ocurre lo mismo.
A sus conductores los operadores de las grúas enviadas por la Dirección de Tránsito del Estado, les rinden no sólo pleitesía sino la cortesía de vigilar que sus vehículos no sufran daño alguno.
Cuando a un uniformado de tránsito estatal, le preguntó quien esto escribe, porqué el operativo no es parejo y las infracciones las levantan a todos los automovilistas, sin distingo alguno, su respuesta, simplemente, elevó y dejó caer hacia atrás sus hombros y frunciendo el seño, como diciendo qué puedo hacer. Pero el silencio se hizo, pues no quiso emitir ni una declaración.
En el terreno hasta donde llevan los automóviles que suben a las grúas, pertenecen a conductores sin influencias y que tampoco son funcionarios de gobierno.
Esta actitud deja mucho qué desear y decir de Tránsito del Estado, de la cual se percata el grueso de la población, amén por supuesto de que no es así como van a resolverse los grandes problemas de vialidad en la ciudad, tan congestionada las 24 horas del días y sin que aparezca la menor expectativa de que vaya a resolverse un problema que huele a viejo y contra el cual la ineficiencia de servidores públicos, no encuentra duda.
* JAROCHOS CONTRA
FIESTAS DE CARNAVAL
Para el común de los vecinos radicados en el puerto de Veracruz, las fiestas del Carnaval no son lo esperado ni expectantes que anuncia Leticia Perlasca, en sus tradicionales boletines de prensa, porque a decir verdad, los medios, difícilmente pueden arrancarle de viva voz una justificación plena, que soporte la realización de los festejos del rey Momo, como le llaman.
Y es que mucho antes que los porteños sepan el elenco artístico que va a actuar durante casi dos semanas de consumo de licores en cantidades industriales y de celebrar un agasajo, que no es tal para las mayorías, los adultos y una fiesta de niñas y niños, los informes rendidos por Leticia, son en el sentido de que la fiesta está garantizada porque la vigilarán centenares de guardias de las fuerzas armadas y marinas.
Y por otro lado, que el sector salud, distribuirá algo así como cien mil condones, lo que llama a suponer entonces, que habrá una fiesta propia de los emperadores romanos, concretamente en las ciudades de Gomorra y Sodoma, según cuentan las crónicas que incluyen dichas manifestaciones en la difusión de lo ocurrido con el desmoronamiento del poderoso imperio de Roma.
Familias enteras, suelen salir inmediatamente después de que se inauguran las tradicionales fiestas, que alguna vez fueron precisamente para deleite de éstas últimas, pero conforme ha trascendido el tiempo, las buenas costumbres, sin mojigaterías de ninguna especie, se transforman en actos de singular barbarie, donde el consumo de cantidades industriales de licores, las drogas hacen sus víctimas a numerosos jóvenes y otros centenares caen en las mazmorras de las agencias del ministerio público, tan sólo porque arremetieron golpeando a otros y el atraco a mitad de la calle y el ataque a la humanidad de cualquiera que se atraviesa al paso de los gandules.
Este desgraciadamente, es el ambiente que muchas veces destaca de los festejos del carnaval, que hace ya buen tiempo, que las mayorías de jarochos, vienen rechazando, y que lo demuestran con su salida de la ciudad y puerto, hacia otros destinos, mientras el llamado carnaval se desarrolla para el disfrute de los miles, dice Perlasca, que vendrán de visitantes, las dos semanas del agasajo de la carne, del culto al dios Baco y la violencia.
Empero, se anuncia la llegada de cientos de miles de visitantes, a los que se les entregarán sendos condones, para evitar que se contagien de sida, porque la cifra de enfermos coloca al puerto en primer lugar en la entidad y es quinto nacionalmente.
* LUIS DONALDO
COLOSIO, EL RECUERDO
En marzo próximo se celebrará un año más del artero asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, sin que a la fecha se sepa oficialmente quiénes lo mandaron ejecutar, menos que el Mario Aburto, que se encuentra en prisión sea realmente el autor material de su exterminio.
Sin embargo, en su nombre y recuerdo hay los socios del viejo sistema, que rememoran tal crimen, sin que a la sazón sientan y ejemplifiquen con sus personales casos, el magnicidio que en su familia, sus hijos y demás hermanos del candidato, nadie les cree ni tampoco confía.
La ejecución se dio burda y terrible.
Luis Donaldo habría suscrito las esperanzas de un pueblo el mexicano, metido en el hartazgo que le provocaron los sexenios de Carlos Salinas, Miguel de la Madrid, más atrás José López Portillo y Luis Echeverría Álvarez. Y por qué no, hasta Ernesto Zedillo Ponce de León, quien habiendo resultado beneficiario con la muerte de Colosio, sería el presidente, que igual, seis años más tarde entregaría el poder a la oposición vestida de azul.
El escenario que avistaba el candidato, no era precisamente el que le entregarían los Salinas de Gortari y sus asesores venidos de Harvard y Oxford.
La pobreza que avistó Colosio en su recorrido por la república le cimbró hasta lo más íntimo de sus entrañas, seguramente y se dolió de la miseria de que se acompañaba la nación y sus mexicanos.
Con una extraordinaria vocación de servir a los demás, un discurso diferente a los dichos en cinco regímenes sexenales anteriores, brillante orador, magnífica dicción que seguramente obtendría de sus años estudiantiles en el Tecnológico de Monterrey, le habrían dado la suficiente catapulta, para poder Colosio llegar a la residencia oficial de los Pinos.
Siguen pendientes de explicarse el por qué de este ataque artero de parte de correligionarios suyos, como consta de las actuaciones seguidas, pero no concluidas que llevara a cabo el sistema judicial y que dejaron en Lomas Taurinas, el sabor amargo de un asesinato inútil, pero con objetivos responsables, los cuales siguen gozando de su libertad, aunque sus conciencias, si las tienen, quién sabe.
Empero, ya su hijo Luis Donaldo Colosio, dictó su sentencia, esperemos a que la pueda contrariar cualquier priista. Bueno sería saberlo.
