60 Segundos: * SIGUE CONFLICTO DE CABALLO BLANCO


Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

* SIGUE CONFLICTO
DE CABALLO BLANCO

No aparece quién vaya a poner fin al conflicto que entraña el negocio, que será muy grande y que asegura la explotación de oro y plata de la mina Caballo Blanco, la cual ya es del conocimiento de muchos, pero nadie les ha dicho a sus empresarios que detengan el proyecto.

Las huestes de Greenpeace y otras firmas dedicadas al cuidado del entorno ambiental, insisten en que dicho proyecto constituye un atentado que pone en riesgo la fauna, la flora y hasta la vida de los seres humanos.

La zona costera se ha ido convirtiendo en una pesada calamidad para propios y ajenos, porque cuando no se inundan la planta nuclear es acusada de generar radiaciones nucleares, de las cuales las madres ecologistas han hecho sus denuncias hasta desgañitarse y nada pasa.

Lo suyo ocurre en el municipio de Vega de Alatorre, donde su alcaldesa ha advertido los inminentes peligros que entraña el ambiente enrarecido, al cual responsabiliza la edil de la fila de niños enfermos de cáncer que ahí se encuentran; pero tampoco ninguna instancia, menos el Sector Salud les escucha, ni recibe ninguna de sus advertencias.

Aquí en Xalapa, acaban de celebrar un foro sobre minería tóxica, proyecto al cual califican de ser un «gran negocio para particulares» y advierten que los daños ecológicos serán cuantiosos e irreversibles.

En tanto, la empresa exploradora GoldGroup sólo pagará cien pesos por hectárea bajo la condición de tributación fiscal.

La UV se deslindó de ser partícipe en este negocio, que a todas luces ha iniciado la destrucción de recursos forestales y ambientales, sin que haya la autoridad que ponga remedio a denuncias, señalamientos y dimes y diretes.

Acaso la mina encierra algo más que oro y plata. Por favor.

* LOS MEXICANOS
CONTINÚAN SIN LEER

Sin reparar en mientes, cuatro de cinco docentes, dos de bachilleres y dos de una universidad privada, coincidieron brutalmente en que el común de mexicanos no lee, así de simple.

La OCDE ya lo había advertido, en este país los mexicanos no leen y quien lo hace es porque siendo estudiante en alguna institución educativa oficial o privada, lo hace de un cuarto de libro al año; en tanto, los iguales de éstos en naciones europeas andan en los ocho, nueve, diez y hasta 16 libros al mes, como lo hacen también los chinos y japoneses.

Esta es la terrible comparación, que en este contexto tiene que hacerse, no obstante que las instancias oficiales están aplicando exámenes de certificación a los maestros, pero igual, tendrían las mismas instituciones que superar los viejos rezagos y retrasos que traen consigo, como son sus faltas de materiales didácticos, instalaciones adecuadas, libros para todos los alumnos y que a los académicos, igual, les hagan sentir que pueden ascender y progresar materialmente, obteniendo mejores condiciones laborales.

El atractivo en la difusión del conocimiento, el común de nuestros educandos no lo encuentran. Por el revés, se preguntan para qué «voy a saber» más historia, más matemáticas, «si cuando egreso me encuentro con la cerrazón laboral», y si existiese algún espacio donde desempeñarse es mal pagado, así de simple.

a competición en el aula, por alcanzar un amplio saber de las cosas, no existe. Y los distractores también empiezan a cansar a las legiones de estudiantes, y engañando a sus progenitores. Porque en la escuela, las mayorías, vienen de hogares desechos.

* INCONSCIENCIA
DE CIUDADANOS

Por vez primera, la responsable del área de recolección de basuras dice algo importante en el sentido de que la inconsciencia de la ciudadanía mantiene a la ciudad con montones de basura por doquiera.

En la sociedad civil, es difícil encontrar la responsabilidad en este problema, que es cotidiano y a toda hora.
Los xalapeños hace tiempo que leen –los que lo hacen-, que la recolección se lleva a cabo puntual y ordenada, pero en la realidad no es así. No hay horarios fijos y la señalética o avisos no existen, pues en algunas esquinas de las calles siguen los mismos letreros que mandaron colocar dos administraciones municipales anteriores.

Asegura la titular del renglón alusivo, que la gente no respeta horarios ni es consciente en lo que hace a la separación de basura; menos aún, de lo que entraña el cuidado y preservación del entorno ecológico.
Y lo mismo es en temporada de fríos como en de calores, la ciudad sigue luciendo patética, sin algo que le permita cambiar su imagen de ser una capital un tanto rezagada en lo que se refiere a los servicios públicos más elementales.

Uno de los agentes que más envenenan el escenario natural, es precisamente la cantidad de desechos que se esparcen en el grueso de nuestras calles y avenidas, sin reparar en las consecuencias que sobre todo inciden en la salud pública, lo cual, a estas alturas alarma sobremanera y no aparecen a la vista las alternativas de solución, a menos que autoridades y ciudadanos, en serio, coadyuven a la búsqueda de expectativas para limpiar Xalapa de porquerías.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.