60 Segundos: * LOS ACARREOS EN EL PRI Y EL PAN


Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

* SOBRE ALUMNOS
DE BACHILLERES

El problema es más agudo de lo que contempla el documental «De Panzazo».
Escuelas urbanas, porque se localizan en nuestras ciudades más comunicadas, como es la cadena de planteles que operan en la vecina ciudad de Coatepec, también son parte de instituciones con serios problemas, de ubicación de parte de sus estudiantes.
El sistema abierto es una bendición, si así lo quiere ver usted.
Se trata de no dejar a nadie fuera del bachillerato, estando en edad de recibir sus clases, pero vea usted que una mayoría aplastante de quienes acuden a los cursos sabatinos, son muchachos cuyas edades rebasan los 20 años, carecen hasta de lo elemental en sus desintegrados hogares, tienen que vérselas con alguna chamba de «lo que caiga», si quieren ir a la escuela y gustan de beber licores, fumar mariguana, según su dicho y en el salón de clases tratan de ser protagónicos, importándoles un centavo si los correctivos se los aplican.
Empero, cuestionados siete de diez jovencitos, que acuden puntualmente los sábados a sus clases, sobre las razones que les mueven a participar de clases con otros iguales que aquellos, indican que estudian el bachillerato porque la chamba que usted quiera les pide un mínimo de escolaridad y el bachillerato es la «tablita» de salvación.
El actual titular de la SEP se ha distinguido por la remoción que realiza a edificios escolares, pero lo preocupante comienza cuando alguien se pregunta si realmente el personaje sabe que el común de los bachilleres ignora dos cosas: ¿cuál es la carrera que va a estudiar en la universidad o si es cierto, que el bachillerato, lo cursa, porque no hay empleo, que no lo exija, pero de eso a hacerlo con vocación, realmente cuántos estudiantes lo están haciendo?

* LOS ACARREOS EN
EL PRI Y EL PAN

Muchos automovilistas se quejan de que siguen las gasolineras robando litros a los combustibles que venden en sus negocios, sin que la PROFECO cumpla su función de vigilar tal atropello a la economía de los mexicanos

Para el caso es lo mismo.
El acarreo de militantes y simpatizantes en camiones de carga y autobuses urbanos y de pasajeros, es o responde a una vieja práctica de los candidatos priistas, y ahora de los panistas, que con el pago, si se puede decir así al dotarlos de tortas y refrescos, están comprometidos a aceptar hasta las vergonzantes notas que dieron los albiazules que dirigen la campaña de Josefina Vázquez Mota, a la cual dejaron sola en el escenario donde se ungió en abanderada presidencial del partido azul y blanco.
De siempre, el viejo sistema tricolor se condujo bajo las banderas del acarreo de socios y militantes del ex partidazo a los mítines y protestas y manifestaciones de respaldo a candidatos, cuando llegaban los procesos electorales.
La fiesta se acompañaba de la música estridente de los mariachis y los grupos de música norteña, las porras, vivas y todo cuanto olía a festín de priistas entonces, cuando el triunfo les sonreía a oscuras, porque prácticamente era un solo partido en esa lucha, y de allí a Los Pinos y con el presidente, los diputados de su elección, para contar con el coro a la medida de los padres conscriptos, en sus diferentes épocas de gloria, poderío y el mundillo asqueroso de las perversiones políticas.
Sin embargo, la clase política del momento no cambia. Lo ocurrido el último domingo a Josefina Vázquez Mota, era de esperarse. Nadie, ni aún los abyectos y solidarios simpatizantes y manifestantes, están para esperar dos horas, y que el festejo inicie. Los enojos salen sobrando y la candidata seguramente no deberá ni chistar, ni mostrar rechazo alguno.
Simplemente sus coordinadores de campaña le dijeron que la gente aguantaría la espera del siglo, pero no tenían nada para poder confirmarlo, así que la salida del estado, donde tuvo lugar la unción de Vázquez Mota, tenía que ser consecuente, con el aburrimiento, hambruna y desesperación de los albiazules, quienes en mentideros de la tarea pública insistieron en señalar que así ocurría en el PRI y no querían parecer a aquellos.
Por esto, su graciosa pero fatídica huida, porque dejaron a su candidata hablando en un estadio para ella sola.
Una determinación honesta, la del coordinador de su campaña, quien inmediatamente le presentó su renuncia, la que no le aceptó la dama, pero que sienta un precedente. Nadie en este país, está obligado, y menos por la torta, el refresco y las ayudas en cemento, cal y tabiques a ver perder su dignidad, esperando horas, para que se desarrolle un miserable mitin. Por favor.

* LA PROFECO DEBE
VIGILAR GASOLINERAS

Uno de los negocios más jugosos sin duda, son los establecimientos gasolineros, por más que sus regenteadores aseguren que no es así.
La Profeco, lo sabe pero ya pasaron cuando menos 25 años de no hacerles una inspección a sus bombas, siendo que éstas les sirven para explotar su producto con el placer de que hay consumidores cautivos, con los que cuenta cualquiera de las estaciones gasolineras.
Hace poco menos de un cuarto de siglo, o concretamente en el sexenio del extinto gobernador Agustín Acosta Lagunes, la Profeco, llevó a cabo una inspección a las bombas de los establecimientos gasolineros, y encontró que expendían litros de novecientos gramos, lo que les llevó a sus titulares a clausurar temporalmente prácticamente todas las gasolinerías de esta capital.
Obviamente el escándalo sobrevino, porque numerosos de quienes explotan esos establecimientos, son los mismos que operan dichas bombas actualmente, y se alzaron en su momento contra la determinación de autoridades federales, las cuales aplicaron las sanciones de rigor y obligaron a que dichos gasolineros hicieran funcionar sus bombas, con honestidad y vendiendo los litros completos de sus carburantes.
Hoy, muchos conductores de vehículos automotores vuelven a quejarse de que los litros no son completos y algo más, que alarma sobremanera a sus usuarios, en el sentido de que los gasolineros expenden sus gasolinas, pero nunca tienen en sus locales personal para hacer entrega de sus facturas. O de plano, los operarios le refieren al común de sus clientes que allí no hay ningún facturaje.
O como es el caso del expendio que se localiza en el crucero de 20 de Noviembre y Xalapeños Ilustres, donde una constante es que no se emitan facturas, porque su personal administrativo siempre está ausente. Fue a comer, salió al hospital, no hay nadie, venga a las 20 horas, que esté el contador.
Empero, es esta es una táctica tantas veces repetida, que el grueso de automovilistas han venido a esta mesa de trabajo, para hacer del público y autoridades hacendarias y de la Profeco, lo que allí está pasando, y de cuya conducta de empleados menores, los concesionarios de la estación gasolinera, no lo sepan e ignoren cuánto daño están causando a este negocio, sin duda, uno de los más nobles en el servicio al público.

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