
Más de 60 galardonados en diversas categorías medioambientales de todo el mundo advirtieron la semana pasada en Alemania, del peligro de disturbios y guerras como consecuencia del cambio climático. Al mismo tiempo Kiribati negociaba la compra de tierra para evacuar a sus 103 mil habitantes ante el temor de que algún día quede eliminada toda su nación insular. Los gobernantes del pequeño estado estudian un plan insólito: mudar a toda su población a Fiji.
La mayor parte de las tierras en estas islas no supera los dos metros sobre el nivel del mar. Un reporte de la ONU de 1989 identificó a Kiribati, uno de los países que podría desaparecer por completo en el siglo XXI al evitarse las medidas pertinentes para combatir el calentamiento global.
El pequeño Estado que está formado por 33 atolones y una isla de coral quiere comprar en 10 millones de dólares una zona de 20 kilómetros cuadrados de extensión donde se ubican un conjunto de iglesias, en la mayor y más montañosa de las islas del archipiélago de Fiji, Viti Levu, y poder alojar allí a los kiribatianos antes de que se cumplan los fatídicos pronósticos de los expertos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC).
Así como Japón a un año de vivir la amarga experiencia del tsunami que dejó 20 mil muertos, examina la posibilidad de erigir en las costas una muralla de ladrillo de al menos cuatro pisos de altura que funcione como protección de las demás construcciones ante el fenómeno natural; Kiribati también sopesa la opción de crear casas sobre plataformas flotantes similares a las que edifican compañías petroleras para albergar a su población si es que Fiji niega la venta.
Los galardonados medioambientales estarán presentes en la Reunión de Río + 20, en Brasil para poner en la mesa de negociaciones, algo que ya no es motivo de negociar, la consideración hacia países vulnerables o del tercer mundo. Tomar medidas más rígidas hacia la emisión gases sobre todo de CO2, que han originado las actividades antropogénicas producto del nivel de consumismo o el planeta tendrá escenarios no solo de refugiados ambientales, sino de guerras por recursos indispensables para sobrevivir como agua o alimentos.
Periodista y Docente de Desarrollo Sustentable
