
* ¿Y LAS VICTIMAS
DE LA VIOLENCIA?
Doña Lucha es una modesta señora, que para sobrevivir y poder sostener a sus siete hijos, porque quedó viuda en plenitud de su existencia, ha tenido que sortear mil vicisitudes, pero por desgracia el día en que se dio una tremenda balacera, en cercanías de su casa, el ruido, la gritería y los balazos, la pusieron tiesa, en shock y es la hora en que aún no se recupera.
Para las víctimas colaterales, que nada tienen que ver con ningún grupo delincuencial y que a los cuerpos policiacos los ve con temor y desconfianza, simplemente el estado las olvida, siendo que una de las razones de estado, seguramente es ver por sus gobernados, en las malas y las buenas, y quizá más en las peores.
Doña Lucha, una mujer esforzada como ha sido toda su vida, se encontraba en su domicilio particular, allá por el rumbo de San Bruno, en colindancia con la entrada a San Andrés Tlalnelhuayocan, cuando se desató en las horas de la tarde-noche una tremenda balacera entre «buenos y «malos».
El ulular de las sirenas de las patrullas policiacas y algunas más de las fuerzas armadas, «nos pusieron sordos». Los gritos y mentadas de madre, junto con otros insultos que proferían a los presuntos delincuentes que tenían acorralados en una casita del rumbo, se escuchaban claramente cuatro calles a la redonda.
El miedo recorre todo el cuerpo, los disparos se escuchan cerca. La piel se humedece y un hilillo de frio sudor recorre desde la nuca, la espalda y baja hasta la cintura. El terror paraliza los sentidos y la chiquillería llora, los adultos se tiran al suelo, como queriendo así protegerse y las señoras, se abrazan a sus hijos en tono de defensa a lo desconocido.
Fueron seguramente largos minutos de cruce de balazos, hasta que el fuego terminó. Pero doña Lucha quedó en shock, de pie, y sin poder caminar ni moverse, los brazos y piernas sueltos, flojitos, dice ella, la cargaron sus hijos y la llevaron al CEM y nada pudieron hacerle para que reaccionara, luego al Seguro Social, nada pudieron hacer para que vuelva a la normalidad. Como estatua se encuentra, esta también víctima de la violencia en Xalapa, y ya pasaron varias semanas sin poder curarse. Sostiene su hija mayor.
* LA INAMOVILIDAD
CREA INTERESES
Varios prominentes juristas, que ya fueron alguna vez magistrados del tribunal superior de justicia ven con ojos de pistola que la inamovilidad haya llegado a sus respectivas salas, lo cual a la distancia y con el paso del tiempo deja secuelas de intereses, maña vicios, conductas que llaman a la duda sobre el quehacer de funcionarios judiciales.
Ni los ministros, porque estos son relevados cubierta una trayectoria en tiempo y espacio.
Esto viene a colación, porque un choque contra el estado, como el que encarnó Concepción Flores Saviaga, igual deja un amargo sabor de boca en mentideros de lo que la sociedad ha podido concebir como justicia, derecho, ley.
Viejos expertos en la materia, y que saben de los magistrados, que más que reconocimiento se han ganado la desconfianza y el rechazo en la sociedad, abre igualmente el parte-aguas, para suponer, sugieren los estudiosos de la ciencia del derecho, que se trata de apoderarse de las instituciones quienes al final del día, se asemejan a cualquiera de las bandas de la delincuencia organizada o común existentes en este país.
No hay en su plantilla de los magistrados del TSJ, más que hombres de carne y hueso y en un estado, donde la profesión de abogado en la práctica cotidiana también cuenta celebridades por su cometido honesto y a favor de la ciudadanía, muchos de los cuales, bien podrían hacer un excelente papel en la trinchera del poder judicial, donde los actuales, en mayoría, envejecidos por la burocratización con que asumen sus tareas, han podido ganarse el rechazo de la población civil.
Si la honestidad, fuera su sino, seguramente la sociedad demandaría que allí sigan. Pero en ejemplos archiconocidos se trata de personajes con grandes negocios personales desde sus despachos oficiales, los cuales combinan con la chamba de postulantes en sus oficinas privadas, en la academia, donde cobran de tiempo completo, como investigadores y además utilizan su injerencia en los juzgados, para redondear sus percepciones, que son bastante abultadas.
Una revisión a sus personales patrimonios , en los que además se hiciera una auditoría por parte de autoridades hacendarias, van a dar cuenta seguramente de que los veracruzanos, en el caso local, se trata de magistrados para la eternidad, pero salpicados con lo pútrido de las instituciones, que un estado en decadencia incluye igualmente, lo cual , resulta en extremo de alto riesgo y peligro, porque se trata entonces de la confiabilidad y permanencia de un poder, erosionado por la carroña y los intereses creados.
* TRES APORTACIONES DE
DON JESÚS REYES HEROLES
La reforma que permitió a los partidos políticos la inclusión de los diputados plurinominales, la suma del derecho a la información en la ley máxima que rige en el país y que la paraestatal de Petróleos Mexicanos, dejara de ser un centro de explotación que solo beneficiara a un sector del país, son tres de las grandes propuestas que hizo don Jesús Reyes Heroles para transformar el sistema político nacional.
Con motivo del 27 aniversario de su desaparición, don Jesús ha sido objeto de un póstumo homenaje, llevado a cabo sobre todo por un puñado de hombres que lo conocieron personalmente y que varios de ellos colaboraron con el politólogo, que sirvió desde diferentes áreas del quehacer público federal.
Lamentable que solo se festeje a los hombres que trascendieron por su obra, cuando han fallecido y pocos a ciencia cierta, son los que mantienen viva la imagen de aquellos que sirvieron con magnífica visión al propio destino de este país.
Empero, en una época de grave caída de valores y de mitos, es bueno que algunos memoricen quien fue don Jesús, originario de Tuxpan de Rodríguez Cano, de padre alemán y madre mexicana, lo que le obstaculizó su arribo a la presidencia de la república, gracias al odioso malinchismo que hiciera presa suya al estado mexicano por largos años.
Lo lamentable, que las generaciones nuevas, sobre todo de los políticos priistas, ignoren precisamente todo sobre la trayectoria y de quien hizo del viejo priismo, un motivo candente para que la actividad política en su tiempo alcanzara los niveles de competitividad y atractivo, que el ex partidazo, honor a la verdad, no ha tenido, sino todo lo contrario, la nota de rechazo a lo que hace está latente.
Otto Granados, Porfirio Muñoz Ledo, Rodolfo Duarte, forman apenas una parte del numeroso grupo que pudo disfrutar de la compañía y guía partidaria y política del personaje que cuando ostentó el cargo de secretario de gobernación, seguramente sintió el celo de un presidente, elevado al escalón cercano al cielo, el cual, populista y por ende sintiéndose mitad dios y mitad hombre, por ningún concepto permitía siquiera que en su gabinete hubiera alguien con la brillantez y el talento, que gozó un Jesús Reyes Heroles.
