
Rogelio Sada Zambrano, panista por cerca de cincuenta años, renunció a ese partido, hace poco más de un mes al considerar que el PAN era dirigido actualmente por “un grupo de malandros que se han apoderado del partido”. Independientemente de que su asunto fue minimizado por los dirigentes panistas en función de que arguyeron era una reacción al no ser nominado candidato, detrás de la renuncia estaba el señalamiento de Sada contra Fernando Larrazabal quien, pese a las sospechas de también ser partícipe del soborno en los casinos regiomontanos por el cual fue detenido después su hermano, fue sostenido contra viento y marea en una candidatura panista por las diputaciones de este año electoral.
Pero los señalamientos no eran sobre un solo caso de militantes de dudable ética que eran sostenidos por el grupo de poder que domina el PAN actual, sino también incluían a Adalberto Madero, de evidente tradición familiar derechista, con problemas con la justicia meses antes y sospecha de vínculos familiares con dueños de casinos en problemas, y a Raúl Gracia y Victor Fuentes, todos ellos considerados elegibles para cargos de elección popular por el partido azul, pese a sus historias de vida poco íntegras. Sada Zambrano se atrevió a decirle a Gustavo Madero del PAN que era un solapador de funcionarios de pésima fama pública y que mejor renunciara a la dirigencia del partido.
El caso archivado ya para la dirigencia nacional panista abonó sin embargo un dato más a la percepción de analistas sobre que el actual grupo en el poder que controla el PAN, comandado por el presidente Calderón, parece estar dispuesto a establecer alianzas en más de una ocasión con personajes políticos de dudosa moral e, incluso, con sospechas de tener vínculos con el crimen organizado, tanto de su partido como de otros, en aras de conservar grupos de poder a nivel nacional.
- Hoy negado por la dirigencia nacional del PAN por sus hechos delictivos, Martín Padua aparece aquí en varios momentos con Miguel Angel Yunes Linares, en los mitines de apoyo para la gubernatura y en su propia campaña para alcalde
Además, las mas recientes declaraciones del presidente mexicano, emitidas en una cumbre internacional celebrada en México, provocan inquietud porque parece un mensaje velado de oferta de apertura a acuerdos con las bandas del crimen organizado contra los que dice estar luchando Felipe Calderón, pero de quienes afirma solo tienen el problema de no saber resolver sus diferencias a través de la competencia con base a acuerdos basados en la calidad y los precios:

El mensaje del presidente, leído entre líneas, da a entender que el problema es tan sólo un asunto de mercado que se puede resolver con base al precio y la calidad para regular la competencia, en vez de matarse. Lo cual suena lógico y sensato, pero difiere de la postura presidencial que llevó al país a una guerra que de antemano él sabía, a no ser que su lógica y sensatez en eso no funcionara, sólo llevaría a un excesivo derramamiento de sangre como el que estamos presenciando ahora en el país, sumido en la inseguridad absoluta.
Respecto a esa guerra inútil, o útil solo para un gobierno que así justifica el cuasi estado de sitio habilitado en cualquier momento para hacer intervenir al ejército y la armada, el consultor de la ONU, Eduardo Buscaglia afirmó en entrevista concedida a nuestro colega, Ricardo Ravelo en la revista PROCESO, en enero pasado:
“Quien haga la crónica del gobierno de Felipe Calderón, cuya gestión termina en menos de 11 meses, tendrá que decir que su publicitada guerra contra la delincuencia organizada resultó un fracaso, pues careció de estrategia, causó decenas de miles de muertes y dejó al país inmerso en una orgía de violencia”
Pero, ¿realmente resultó un fracaso? ¿O eran otras las intenciones para mantener ese estado de miedo permanente en la población de nuestro país, sometida a la angustia constante en las principales ciudades de varios estados de la república?
¿No acaso precisamente el mantener el ejército y la armada fuera de sus cuarteles constituye un exagerado aumento del poder del estado, o más del gobierno federal, para sobrepasar incluso los límites de las garantías individuales y, aún más, dejar en segundo término la investigación normal en los ministerios públicos que se requieren para cada crimen ejecutado por el crimen organizado?
¿No es precisamente la amenaza del narcotráfico la que está latente incluso para justificar una invalidación de las próximas elecciones presidenciales, o una campaña de descrédito contra un candidato o partido político, o un asesinato político para eliminar un candidato a puesto de elección popular a conveniencia de una estrategia de cambiar el rumbo de las encuestas?
Si estas preguntas resultaran afirmativas, que esperamos no sea así, entonces estaríamos ante un panorama desolador de una encubierta tendencia narcofascista del grupo político que domina actualmente al PAN, porque combina la exacerbación de la violencia provocada por los grupos de narcotraficantes con la política del miedo e intolerancia que caracterizó a los grupos fascistas europeos del siglo pasado, en específico a los españoles, de cuya ultraderecha actual reciben mucho apoyo en manejo de estrategias de campañas políticos los dirigentes del PAN.
Visto así, el único beneficiario de este clima narcofacista sería el grupo dominador del PAN actual, por que ellos se han arrogado la personalidad de ser precisamente los que están luchando, de frente y sin cuartel, contra el mal de la delincuencia organizada, en tanto que otros la solapan, omitiendo sin embargo que políticos como Madero y Zarrabal, por mencionar solo a dos, ya se les ha involucrado en relaciones sospechosas con esas organizaciones que dice el PAN combatir.
Es más, las recientes detenciones de alcaldes panistas en el Estado de Veracruz, el de Las Minas,Mauricio Herrera Fernández, y el de Chinameca, Martín Padua Zúñiga, por haber sido descubiertos in fraganti en acciones de delincuencia organizada, son una evidencia más de que en materia de colusión con el crimen, una cosa es lo que afirman algunos panistas en público y otra la que hacen en secreto.
La mezcla pues es explosiva ya que los conceptos de narcotráfico y fascismo pueden ser unidas en un solo término si el grupo que domina el PAN actual diseña estrategias basadas en la intolerancia y el pragmatismo para conservar el poder de la presidencia a toda costa.
Sobre su espiritu intolerante ya dieron muestras en la pasada reunión de la mesa de la verdad llevada a cabo en un lugar del estado de México, donde una comisión de priístas y panistas se sentaron a dialogar para aclarar la veracidad de las obras que hizo Enrique Peña Nieto. Un grupo numeroso de ciudadanos con pancartas en contra del PRI hicieron imposible que la reunión continuara.
La trasmisión televisada en vivo por EL UNIVERSAL a través de su canal de internet nos permitió observar que el PAN decidió ponerle un breve toque de fascismo al evento. Los gritos, los insultos y la presión encimosa del grupo antipriista recordaban en mucho el movimiento falangista de la España de 1936 dispuesta a no dejar dialogar sino a insultar y, de ser necesario, a golpear.
Cuando los priistas se marcharon, alegando falta de seguridad, se vió en la grabación televisada a un Gustavo Madero que alzó la voz para calmar los gritos de ese grupo violento, diciéndoles: “Ya, raza, tranquilos, raza. Ya se fueron”
De ese tamaño es la gravedad de pensar que estamos ante la presencia de una tendencia narcofascista del grupo de poder que controla el PAN actual. Entonces, ese si sería un peligro para México, porque no estarían dispuestos a entregar la presidencia. Y el epíteto de Rogelio Sada Zambrano lanzado contra los dirigentes panistas, al calificarlos como malandros que se han apoderado del partido, se redimensionaría como un vaticinio de un trágico final de la democracia en nuestro país.

Me gustó el artículo y los puntos de vista sobre un PAN que no tiene dulce, huevos ni levadura para levantar a este país de la crisis en que lo sumieron los gobiernos del PRI y que los «pitufos» le dieron el estoque final . Y no creamos que Peña Nieto va a sacar «al toro de la barranca», por el contrario, su círculo político vienen por lo que queda de este país empezando por él, Salinas de Gortari, el «Grupo Atlacomulco» y su tío y padrino, Arturo Montiel Rojas. Los bandidos en toda su expresión van a suceder a los ladrones del PAN… Felicidades, Rodolfo Calderón Vivar.
Me gustaMe gusta
Saludos, Ruperto…
Me gustaMe gusta