
* ¿PARA QUÉ SIRVE UN DIPUTADO?
La pregunta de los 64 mil pesos, que siempre ha cobrado algún impacto en las mentalidades aún más avezadas, se la hacen en el sentido de saber a ciencia cierta para qué sirve un diputado. Respondiendo a la pregunta y quizá haciendo el recuerdo de la historia de las ideas políticas y las formas de gobierno, emanadas de Thomas Hobbes, pero antes Nicolás Maquiavelo y más atrás Montesquieu, se diría que el poder legislativo, se inventó para hacer contrapeso al poder ejecutivo, representado entonces por reyes, quienes en la Edad Media eran jueces y partes a la vez sin ningún recato. Hoy día, el común de ciudadanos ignora qué hace un diputado, pero más, suele interrogarse porque en días preelectorales los partidos políticos abanderan a un personaje, lo difunden como su candidato, porque de otra suerte, no puede integrarse un Congreso y a ese abanderado, los gobernados tienen que escuchar y así saber elegir en la fecha de celebrarse comicios electorales. De estos succionadores del erario público, la gente interroga a las mayorías de aquellos sobre su cometido y les responden que su tarea se da en dos vertientes, una que es la gestión social, es decir, buscar los beneficios materiales a los ciudadanos que habitan en su distrito electoral y la otra que es la de legislar, consistente en crear nuevas leyes, hacer reformas y derogaciones de las propias legislaciones. Sin embargo, la fiesta no es tal para el grueso de la gente. Los únicos alegres, son los candidatos cuando ganan una elección y se convierten en representantes legislativos, pero una vez que ganaron curules, se olvidan de todo absolutamente, hasta de que deben constituirse en representantes de quienes los llevaron con su voto a la cámara baja al congreso de la unión. Ni la gestión, menos la legislación, van a ser los compromisos que vayan a cumplir los llamados también padres conscriptos. E igualmente, hay quien reta a saber quién como diputado ha subido a la tribuna, para hacer la defensa de un derecho de ciudadanos o de los electores cuando menos del distrito electoral al que dicen representar.
* HASTA LOS REYES PIDEN PERDÓN
Una lección, sobre todo para los políticos de extracción azteca, sin duda, ha sido la solicitud que hizo el rey Juan Carlos a todos los españoles, en el sentido de que lo perdonen y que nunca más va a repetirse. El poderío del rey español se derrumbó de manera contundente. El rey Juan Carlos, todavía dolido de la fractura de cadera que sufriera en predios selváticos del África. Y como la noticia de su viaje a toda discreción a la región más selvática del continente africano, corrió como reguero de pólvora, igual, lo de su fractura en la cadera, provocó que el rey Juan Carlos saliera al paso y explicara brevemente que todo se debió a un accidente, por lo que el monarca solicitó el perdón de sus «vasallos», diciendo a la vez mitad apesadumbrado y sorprendido que no volverá a suceder. Y demandó el perdón de los españoles, porque fue al safari sin anunciarlo a ninguna autoridad hispana y tampoco dijo quienes iban con él y cuánto gastaría en esta presunta cacería de paquidermos, según se dijo, y que alarmó e indignó sobremanera a la población española. Cuántos políticos, sin ser reyes en este país, viajan con recursos públicos a las playas caras del país y el extranjero y regresan tostados por los rayos de sol que recibieron en sus regordetas osamentas y a nadie que se sepa rinden cuentas, menos al IVAI y el IFAI, según sea el caso, ni a oficinas destinadas a ver la claridad de los recursos monetarios, que no siendo de sus bolsillos, los invierten en viajes de recreo con sus amigas, secretarias e íntimas. Puesto al descubierto miles de españoles, se apostaron en las puertas del hospital donde el rey Juan Carlos se repone de las heridas que sufrió al perseguir a un elefante, con intenciones de cazarlo, empero, con humildad y el asombro en sus ojos, el rey Juan Carlos salió a la calle y pidió perdón, así como también, que como pepito, el de los cuentos, advertir que ya no lo volverá a hacer. El monarca sonó convincente y allí concluyó la protesta de miles contra los gastos exorbitantes que invierten de sus impuestos para mantener al monarca y sus herederos y demás séquito.
* CANDIDATURAS INDEPENDIENTES
Temas como la reelección de diputados y alcaldes quedó para otra ocasión. El congreso manejándose más por intereses de camarillas, grupos mafiosos y grupos de poder económico, decidió cancelar la sola expectativa de contar con ediles reelectos y curules también. Enhorabuena, a decir de los mexicanos conscientes, porque al menos en tierras veracruzanas, está probado que un alcalde de tres años suele cansar al más templado y tranquilo de los ciudadanos, o más bien, hay muchos pillines en las nóminas municipales, entre quienes destacan los alcaldes delincuentes, asaltantes y quienes una vez que están por terminar sus trienios, igual que el asaltante de Chinameca, demandan préstamos millonarios, que jamás pagarían. Un alcalde reelecto, sería igual, que ver suspendido en el aire el desarrollo de numerosas municipalidades, que arrastran rezagos y olvidos de ex ediles de decenas de años. Un diputado, suele jugar como trapecista político cada vez que aparece una nueva chamba. Resulta difícil encontrar a un diputado que concluya impecable su tarea de tres años, que haya legislado nuevos ordenamientos jurídicos y legales y lo más importante, que haya atendido alguna disposición o exigencia ciudadana. No lo hay fácilmente en el escenario de los congresos locales y federal. Sin embargo, los congresistas federales no incluyeron la revocación del mandato , que no está en la ley y que en Veracruz acaba de invocar el diputado Flavino Río, para sacar de la alcaldía de Chinameca a su presidente municipal, acusado de antemano de prestar servicios a la delincuencia organizada, o ser parte de ésta. Aunque después del linchamiento mediático, el alcalde en cuestión quedaría fuera de la nómina en automático. Además de que en la escena nacional, hay los ediles que difícilmente saben leer y escribir, y que poco entienden de lo que es la administración pública. Dos centenares cuando menos en Veracruz, se encuentran contra la pared desde hace seis y tres años, pero siguen sin rendir cuentas claras, y lo peor, que no lo harán, porque ignoran qué hacer con la gobernabilidad municipal, a la que hoy les restarán la expectativa siquiera de jugársela en comicios para una reelección. Qué bueno.
