El quehacer científico en México debe elevarse a política pública: René Drucker


Por Jesús Alberto Rubio Salazar, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

La actividad científica será fundamental en la vida y desarrollo económico y social de México si se sostiene en una vigorosa y eficiente política pública, declaró el investigador de la UNAM, René Drucker Colín, en el reciente XVII Encuentro Hispanoamericano “Horas de Junio” organizado por la Universidad de Sonora.

Al abordar el tema “Desarrollo y políticas científicas en México”, estableció la necesidad de que en nuestro país se eleve la presencia de la ciencia en la política pública del Estado mexicano y que para ello es imprescindible la creación de una Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Los retos, destacó, es ir hacia la soberanía energética (energía solar), la alimentaria, modernizando con ciencia al campo mexicano para incentivar su productividad, además de la de salud y producción de medicamentos apoyando el desarrollo de las empresas farmacéuticas y laboratorios mexicanos.

El especialista en Fisiología, Neurobiología y gran difusor de la ciencia, quien reiteró que el camino para México es impulsar el desarrollo de un nuevo sistema científico.

Necesitamos, reiteró, una política científica para que México aproveche la ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación, con oportunidades adecuadas para los mexicanos y así convertirnos en un país soberano, sin dependencia del extranjero.
El investigador mexicano sostuvo que ya no se debe seguir comprando tecnología al extranjero, advirtiendo que existen muchas oportunidades para producir automóviles híbridos y eléctricos, energía solar, impulsar la nanotecnología, entre otros desarrollos e innovaciones tecnológicas.

René Drucker sostuvo que “si no se invierte en ciencia, no hay futuro”, reconociendo que, en efecto, esto resultará muy costoso, pero que lo será mucho más no hacerlo toda vez las graves consecuencia de convertiremos en un país poco competitivo e incapaz de ofrecer trabajos a nivel de la tercera revolución industrial, tecnológica y del conocimiento.

Aceptó que este proceso es lento, pero expresó su confianza en que un periodo de diez años “podemos darle la vuelta a la tortilla”, con visión de futuro a mediano y largo plazo y con miras a mejorar las condiciones de competitividad del país.

“Tenemos la referencia de países que hoy dominan las economías del mundo tras sufrir guerras y destruida casi la mitad de su población; sin embargo se han levantado e invertido con decisión a la ciencia y la tecnología”, aseveró ante un auditorio a toda su capacidad.

Dijo que con todo y que en México se tiene una comunidad científica sólida y calificada como la mejor del mundo, sin embargo no cuenta con las condiciones para poder enfrentar los retos actuales del desarrollo de la ciencia ya que, además de ser pocos, a los investigadores no se le dan los adecuados recursos que se requieren para estar realmente en la frontera tecnológica y científica.

Exigencia del 1% del PIB

Por ello, planteó la urgencia de que se destine el uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a este rubro, lo que advirtió representan 110 mil millones de pesos adicionales a los 30 mil millones que hoy se aplican.

Adelantó que la idea es que, en el próximo gobierno federal, en el primer trienio se llegue al 75% y al final del sexenio al 1% del PIB, dejando “planchado” el camino para en el 2024 logremos el 2 por ciento, que es lo mínimo que requieren los países para avanzar en esta área tan importante.

Asimismo, señaló que debe ampliarse el sistema científico mexicano con 50 mil investigadores ya que los 18 mil científicos incorporados al Sistema Nacional de Investigadores (SIN) para un país de 110 millones de habitantes es una cantidad irrisoriamente baja.

Precisó que mientras México produce tres mil doctores al año, en el mismo periodo, Brasil forma a once mil y Estados Unidos entre 45 mil y 50 mil de manera anual; además, habló del proyecto de repatriar del extranjero a científicos mexicanos que después de haber sido formados en nuestro país emigraron al no tener oportunidades de un trabajo digno.

Asimismo, proyectó que la secretaría en mención impulsará centros públicos de investigación por año orientados a las necesidades locales; “México tiene diez mil kilómetros de costa y no hay uno que aborde el área de biotecnología marina”, apuntó.

Drucker Colín habló de la importancia de que en México haya consejos y redes estatales redes científicas públicas más efectivas, así como entender la trascendencia de fortalecer a las universidades haciéndolas más grandes y con mayores recursos.

Respaldo financiero a la pequeña y mediana industria

René Drucker puntualizó que se debe impulsar el conocimiento haciendo que la ciencia básica se fortalezca y, al mismo tiempo, tener proyectos estratégicos para la nación, dando el ejemplo de cómo se puede desarrollar las medianas y pequeñas empresas apoyadas por una agencia de financiamiento gubernamental que genere recursos a la velocidad que la ciencia lo requiere.

Se necesita, reiteró, impulsar la innovación, fortaleciendo al sistema productivo nacional para ser un país competitivo, además de apoyarlo para que genere valor agregado a través de capitales de riesgo por parte del gobierno.

Precisó que el estado mexicano tiene que apoyar decididamente al sector productivo, y en particular a las pequeñas y medianas empresas, las que aseguró el 95 por ciento de ellas generan entre el 75 y 80 por ciento del empleo formal, pero que desafortunadamente no tienen capacidad competitiva.

Por ello, planteó que su proyecto es detectar al menos cien empresas mexicanas, saludables desde el punto de vista económico y que produzcan algo, “a las que acercaremos a los universitarios para hacerlas de la II Revolución Industrial al producir valor agregado”.

De esas cien empresas, añadió, la secretaría les daría capital de riesgo para impulsarlas; el 100% en su inicio y el 50% en el tercero porque luego ya podrían caminar solas, además, fortalecidas al incorporar doctores en ciencias, con sueldo proporcionado los dos primeros años por la propia secretaría, con la sola exigencia de que los retengan.

“El capital de riesgo en México no existe y es un grave error. Hay que hacer que las pequeñas y medianas empresas sean exitosas y el Estado tiene la obligación de generarle las mejores condiciones para su desarrollo”, concluyó.

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