60 Segundos: El movimiento #132 desinfló todo


Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

* #YO SOY 132
DESINFLÓ TODO

Finalmente, el movimiento estudiantil que encabeza la sigla #yosoy132 cumplió su objetivo de desinflar el proceso electoral y que la unción de Enrique Peña Nieto, como presidente electo de México no haya trascendido como todas las ceremonias semejantes, con el boato propio del viejo sistema.
Los jóvenes han jugado papel muy significativo y determinante en esta hora de descrédito de todo, incluidas las instituciones y la credibilidad de los hombres públicos.
Desde 1968, habían permanecido en el silencio discrecional o absoluto más inimaginable, porque en los últimos dos o hasta cuatro sexenios, las nuevas generaciones han sido relegadas y sometidas a un rezago excepcional.
En la academia, sin duda se tiene el espacio más trascendente en lo que hace a la expectativa de manifestar las ideas, hacer política imparcial y abiertamente. Y en ese contexto, los muchachos han podido agruparse y poner de manifiesto su forma de pensar. Lo ocurrido en la universidad Iberoamericana, tenía que cobrar sus consecuencias, les dieron la oportunidad de hablar y hablaron, cuestionaron, criticaron, mostraron su tedio, abulia y rechazo.
Sólo quien no sea o no fue joven y haya ido a las aulas universitarias dejaría de entender a los jóvenes integrantes del movimiento #yosoy132… Así lo hicieron en 1968 y la cerrazón de los políticos llevó a la matanza que no se olvida y que tiene pendientes como es hacer la justicia condenando a los vivos y los muertos, pero actores principales, intelectuales y materiales de la matanza de estudiantes.
En esta ocasión el desacuerdo provocó su indignación, por la que consideran la imposición más purulenta que enfrenta el sistema político a la mexicana. Y como no existe nadie que los pueda convencer de lo contrario -justamente como debe ocurrir con las fuerzas auténticas y vocacionalmente de oposición- deben continuar hasta lo que ellos, pero igual acompañados de sus maestros, padres de familia y muchos grupos de mexicanos, consideran que es el argumento mayúsculo para mantener viva su protesta.
Traidores, sin duda, si antes capitularan -al pueblo de México- que todavía confía en que algún día se hará la justicia, razón de su lucha.

* LAS VIGAS EN
EL OLVIDO

Las Vigas de Ramírez, es un pueblo que gozaba de un extraordinario clima frio, que en los inviernos hasta nieve caía y en donde las frutas, los gansos, la alegría de sus moradores se confundía con la práctica llanera de los deportes tradicionales del beisbol, el futbol y basquetbol.
El grueso de los 50 mil habitantes de hasta hace veinte años, no tenían necesidad de salir a buscar ninguna chamba, porque allí cultivando ciruela, pera y manzana la hacían para no morir de hambre los trabajadores del campo y sus familias. El frijol, la papa y una amplia producción de lácteos hacían de los niños y las familias completas una delicia.
Todavía en esas tierras se acuerdan cómo consumían la nata, que por kilos se generaba de los litros de leche en abundancia, la cual, combinada con los frijoles negros hacían una de las delicias de las familias completas. Entonces, su abasto alimentario lo realizaban totalmente en su municipalidad, la cual lleva el nombre de Rafael Ramírez, un ejemplar docente de la escuela primaria rural, nativo de ese lugar.
La estatua colocada en el centro del parque y kiosco de Las Vigas, por aquello de los ricos recursos maderables que contaba la región, fue ordenada por el entonces gobernador Rafael Hernández Ochoa. Y desde entonces, los estudiantes de la primaria, la secundaria y el bachillerato le rinden homenaje póstumo.
Las Vigas, fue un pueblo feliz y que vivió conforme a su naturaleza, repleta de árboles, pinos, oyameles, toda una extensa variedad de plantas y de animalitos domésticos y aves como el ganso. Y de la tala que hizo en grande de sus maderas, se edificaron decenas de viviendas, que resguardaban muy bien del frio, la humedad y la nieve.
El comercio de vender, que los abarroteros realizaban todos los días y sobre todo los sábados y domingos, suscribieron históricas páginas en la vida cotidiana de los vigueños, anfitriones en el año l900 de Augusto César Sandino, el legendario guerrillero, que con su lucha le dio independencia al país sudamericano de Nicaragua.
Las Vigas, donde había madera y sólo se avistaba el verde del campo, hoy sin grandes expectativas, comienza a temer, debido a la infiltración de la delincuencia en sus cuatro costados. Eso dicen algunos, quién sabe. Conocidos apellidos que radican en Xalapa, han sido convocados para ir al rescate de su tierra originaria. ¿Usted les cree?

* AUTOBUSEROS NO
SE VAN DE PÍPILA

Los autobuseros asentados con su propia terminal y más de 50 autobuses como parque vehicular han dicho que no se irán de esta zona, pese a quien le pese, porque finalmente están sirviendo a miles de usuarios y se niegan a aceptar que con sus unidades hayan destrozado el asfalto o pavimento de la arteria.
Con el anuncio del ayuntamiento municipal, en el sentido de que los vendedores ambulantes, los poderosos mayoristas y los camioneros de la línea del autotransporte de pasajeros, que realizan recorridos hacia las ciudades de Banderilla, Jilotepec, Naolinco y otras más aledañas a la región de Coatepec, la gallera se alertó e inmediatamente iniciaron sus lamentos y reclamos por anticipado.
El licenciado Edgar Salazar Portilla, jefe de reglamentos municipales, acaba de subrayar que la comuna municipal, entre sus propósitos para recuperar espacios abiertos, se encuentra la calle de Pípila en los tramos comprendidos entre las avenidas de poeta Jesús Díaz y 20 de noviembre.
Sin embargo, mayoristas, comerciantes, ambulantes y camioneros del autotransporte niegan haber recibido alguna notificación en ese sentido, y que si alguno sabe algo, se debe a que lo han publicitado en algunas informaciones como es la que se está rindiendo en este espacio, menos no.
Empero, en algunos de los actores involucrados en este proyecto, de inmediato han puesto el grito en el cielo, como son los ambulantes, que mantienen bajo su control la arteria pública, con sus locales dedicados a la venta de comida chatarra. Ellos dicen que no se irán, que han tenido muchos conflictos para poder asegurar un espacio en esa calle, y que de otra suerte, los dejarían sin percibir los recursos que les permiten alimentar a sus familias.
Los mayoristas, en su oportunidad le habían hecho la guerra a la línea de autobuses de transporte humano, pero a la postre le han redituado una excelente oportunidad para hacer negocio pues muchos de sus usuarios, se convirtieron en clientes de sus productos comestibles y otros artículos de consumo generalizado.
Cuestionados los autobuseros, sobre su permanencia en el lugar, amagan con quedarse, pues a decir suyo, el entonces gobernador Agustín Acosta Lagunes, les autorizó a establecerse primeramente en un predio mucho más amplio sobre la avenida Lázaro Cárdenas, empero, el empresario que figuraba en la negociación, a la hora de cerrar el trato elevó considerablemente su precio, al que los camioneros, no podían alcanzar, entonces, les otorgó los permisos para fijar su terminal en la calle de Pípila.
Obviamente, los únicos perjudicados de todo esto, son los vecinos de la arteria pública en cuestión, los cuales jamás han podido mantener en condiciones óptimas las fachadas de sus viviendas, y tampoco es posible, que gocen de una estancia confortable y amable, debido a la constante de humos, tóxicos , ruidos y leperadas que suelen soltar cotidianamente comerciantes y choferes, a los cuales nadie ha podido siquiera reprender y sancionar, porque la autoridad municipal (entiéndase inspectores de comercio) han sido sus mejores aliados, para actuar con absoluta impunidad.
No obstante que la calle es un mugrero, que se ubica a quince minutos caminando del centro de la ciudad y del domicilio oficial de los palacios de gobierno estatal y municipal de Xalapa.

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