
Quién advirtió desde hace dos años la posibilidad del comienzo de una guerra nuclear y en donde fue Fidel Castro, al escribir un texto en julio de 2010 planteando el escenario de esa guerra en territorio iraní. La posibilidad de ese enfrentamiento, según algunos analistas, en este segundo semestre o principios del próximo año está precisamente centrada en la posibilidad de que Israel despliegue un ataque sorpresa de guerra preventiva contra Irán, antes de que este país tenga la capacidad de tener el armamento nuclear suficiente para cambiar equilibrios de poder en la región, hoy controlada en gran parte por la potencia judía.
Los más recientes acontecimientos en el medio oriente muestran el resurgimiento de los grupos más extremistas en acciones políticas que desbordan el control de sus gobiernos, bajo un símbolo de unidad religioso: el islamismo, y que están propiciando precisamente en la focalización de un estado líder, proclive al islamismo, como lo pudiera ser Irán en lo que parece ser el inicio de una guerra santa. Hoy más que nunca, desde el gobierno de Washington, se deben estar analizando considerandos terribles respecto al haber contribuido al derrumbamiento a los sàtrapas que mantenían a raya a los grupos extremistas y que eran Gadafhi, Hussein y Mubarak.
Solo la mano de los tiranos manterìa a raya a grupos radicales en esos países que hoy, sometidos a la dizque bondades de la democracia, estàn viendo surgir a todos los grupos extremistas que, ya sin mano dura de por medio, empiezan a recuperar su presencia política a un grado tal que, a estas alturas, ya costó la vida a un representante del impertio, su embajador en Libia.
Fidel Castro Ruz advertía desde el año 2010, que la resistencia de Irán a cualquier proceso de revisión de sus programas nucleares y la constante presión norteamericana e israelí para que desistiera en sus experimentos atómicos, habìan tensionado de manera tal las relaciones entre esos países que la posibilidad del uso de las armas radiactivas era cada vez màs inminente como acciòn a seguir por cualquiera de los paìses involucrados.
Lejos de amedrentarse por la presión norteamericana, advirtió Castro, el comandante de la Armada del cuerpo de élite de los Guardianes de la Revolución Islámica, el general Ali Fadavi, manifestó en 2010 «si Estados Unidos y sus aliados inspeccionan a los barcos iraníes en aguas internacionales, recibirán una respuesta en el golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz».
Esta guerra nuclear tiene el ambiente màs propicio en estos meses, en el marco de la indefinición de quien será el nuevo presidente de Estados Unidos, aunque todo parece indicar que asumirá el cargo nuevamente Barak Obama, por lo que debe sopesarse en su exacta dimensión lo manifestado por el premier israelì, Simon Peres, quien en julio de este año declaró: “No tenemos una iniciativa de terror. No lo hacemos. Pero la defensa propia es derecho y obligación de todas las personas”. Dijo que la política israelí es de “prevención” más que de “respuesta”, en clara alusión a que se considera actuar en contra de Irán antes de que este paìs utilice una bomba nuclear contra ellos.
El presidente israelí enfatizó que Irán está en una guerra abierta contra los israelìes, subrayando que ante la posibilidad de que Irán esté en vías de usar su propia bomba atòmica, es preciso actuar antes de que esto suceda ya que “si se cuenta con suficiente información de cierta persona la cual es posible que pueda detonar una bomba que pueda poner en peligro la vida civil, es claro que se tiene que prevenir y actuar con esa persona” Se referìa a la operación israelì que culminò con la muerte del màs importante fìsico nuclear iraní. Pero tambièn debe entenderse como una amenaza velada contra su país enemigo.
Para Fidel Castro el problema, una vez que se inicie la confrontación entre Israel e Irán, en donde necesariamente se utilizarían las primeras bombas nucleares en una guerra del nuevo siglo, es la repercusiòn y enfrentamiento casi inmediato que se daría entre los aliados de ambos paìses, Estados Unidos y Francia, apoyando a los judíos, y Rusia, actuando inmediatamente a favor de los iranìes. Entonces el riesgo de màs ataques nucleares subiría de tono.
A raíz de los serios problemas de control de grupos extremistas que han sucedido después de la caida de los sàtrapas Gadafhi, Mubarak y Hussein, Estados Unidos disminuyó ya la presión sobre Siria, sometida ahora por otro tirano igual o peor que aquellos, que está masacrando a la oposiciòn de manera inmisericorde. Este hecho se ha soslayado, para no abrir otro frente de inestabilidad extremista como lo que han surgido en Libia, Egipto e Irak.
El verdadero enemigo es pues Irán, y quien debe dar el primer paso en la guerra que viene debe ser Israel. El problema es que sus acciones guerreras no serían con armas convencionales, sino con ojivas nucleares de impacto focalizado. Esto abrirìa la puerta a una situación que pondría en riesgo a toda la humanidad, advirtiò Fidel Castro en un mensaje televisado desde Cuba, meses mas tarde.
Sin embargo, los cálculos de los estrategas israelíes no son tan pesimistas. Afirman que la guerra contra Irán durarìa solo un mes y no provocaría màs allá de 5oo muertos israelíes, según declaró en agosto, el ministro de Defensa Civil de Israel, Matan Vilnai, en declaraciones publicadas por el diario local Maariv.
De generarse un conflicto en Medio Oriente, Enrique Peña Nieto será un interlocutor vital para Estados Unidos
Ante esa posibilidad del recrudecimiento de la tensión en el medio oriente con los grupos extremistas desatados y la creciente posibilidad de un ataque israelì a Irán, el papel de Mèxico, con su fuente petrolera tan cercana al paìs seguramente involucrado y afectado por la nueva guerra en aquellas regiones, sería relevante.
Enrique Peña Nieto, en su entronizaciòn como nuevo presidente de Mèxico, estarìa ante un panorama de asumir un papel de interlocutor importante en su negociación con el gobierno norteamericano para respaldar el suministro de petróleo al poderoso país del norte mientras perviva el conflicto armado en el medio oriente.
Esto podrìa beneficiar a un paìs que, como el mexicano, no ha tenido todo el apoyo suficiente de Estados Unidos en los ùltimos años, pese al sometimiento demostrado por los dos últimos presidentes panistas, Vicente Fox y Felipe Calderón, pero todo depende de que Enrique Peña Nieto muestre ahora si el papel de estadista que puede jugar un presidente mexicano ante el gobierno norteamericano. Es decir, que sepa negociar su petroleo de una manera que el país se vea beneficiado en su desarrollo económico y no a cambio de unos cuantos cacahuates, como se acostumbró a hacerlo el actual gobierno panista en su relación con los norteamericanos.
El parecer de los generales ante el futuro de los almirantes
Dado que en algunos medios se comenta la posibilidad de que el almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, oriundo del puerto de Veracruz, asuma la titularidad de la Seguridad en el Estado de Vercruz, sería interesante considerar el parecer de los generales que regresan nuevamente a su sitio de costumbre en el sexenio del nuevo presidente Enrique Peña Nieto. ¿Usted que creen que opinen, en vista de la experiencia vivida de las relaciones singulares que compartieron el ejército y la armada, durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa?
