60 Segundos: Temor a que vuelva el estado represor


Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

* TEMOR A QUE VUELVA
EL ESTADO REPRESOR

Imágenes como ésta, donde la policía reprimió a las protestas estudiantiles en 1968 no deberían repetirse en el México actual, bajo ningún pretexto ni justificación institucional

Hay miedo a que vuelva el estado represor. Es la expresión que se registra en linderos donde la gente común y corriente se desenvuelve.
Si bien es cierto que con el panismo, la tortura por caso, aumentó en un sesenta por ciento en comparación a la que se practicó durante el viejo régimen, con el retorno del PRI a la residencia oficial de Los Pinos, hay la opinión sobre todo en los mexicanos de poco más de la mitad del siglo XX, que desconfía gravemente en lo que se diga acerca de que desaparece la secretaría de seguridad pública, para concentrar nuevamente las atribuciones que ejerció sobre todo el aparato político-policiaco, de la secretaría de gobernación.
Los mexicanos que nacieron en fecha posterior al 68, ignoran realmente la cuantía de cuanto se asegura del viejo régimen en la materia.
El control de la prensa y los poderes fácticos, fue casi absoluto por parte del poder central. Y la persecución, encarcelamiento, tortura, desaparición y matanza de disidentes dieron muestra en los grandes movimientos de médicos, luego de ferrocarrileros, con los cuales el régimen integraría el capítulo en la historia contemporánea de tener en la cárcel a reos políticos.
La debacle sobrevino con la masacre cometida por los granaderos en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco; pero igual, antes de esa fecha con la detención arbitraria de estudiantes, maestros, obreros y campesinos y encerrados en las mazmorras de Lecumberri, muchos de los cuales fueron asesinados, desaparecidos y burlados en su dignidad personal y corporal.
En ese entonces, el régimen acusó de comunistas, subversivos y terroristas a los disidentes. Hoy ese miedo que campea en el territorio nacional, pero más entre los mexicanos que han vivido los primeros setenta años, refieren que la represión volverá, que ese es el signo del antiguo sistema tricolor.
Aunque surgió una voz discordante, que en la calle y el cafetín, no creen, pero en el aula universitaria, si la escuchan confiable, la del presidente de la Fundación para el estudio de la seguridad y gobernanza, en el país, Mayolo Medina, quien declaró al periódico la Jornada, que es «tonto y poco serio» afirmar que volverá la represión.
Las condiciones son distintas, los tiempos son otros, el común sabe de instancias nacionales y las internacionales, a las cuales puede acudir para denunciar violaciones de derechos humanos y fundamentales. No es fácil masacrar por masacrar. Ojalá sólo sea el fantasma de la violencia, la que amague con volver el régimen, por el cual las inmensas mayorías de jóvenes, sin memoria alguna, sufragaron en ánforas por su retorno a ocupar el timón de mando político de este país. Esperemos.

* MARTÍ BATRES,
SIN DUDAS

El primer titular de Morena, se llama Martí Batres.
Químicamente puro, es el diputado federal, con licencia, elegido por voluntad de la asamblea, consejo o militantes del Movimiento de Regeneración Nacional, al cual Andrés Manuel López Obrador ha pedido una conducción del movimiento sin tache, limpia, honesta y sí, en cambio, presto para combatir la corrupción en todas sus manifestaciones.
Martí Batres siempre ha militado en las agrupaciones de izquierda. Desde su condición de estudiante universitario en la UNAM, como en su ejercicio como político profesional.
Con la conducción del Movimiento en cuestión, se alista el camino para conseguir la aprobación de los órganos electorales y convertirlo en partido político.
Martí Batres fue secretario de Desarrollo Social, con el jefe de gobierno Marcelo Ebrard, pero antes, trabajó al lado de Cuauhtémoc Cárdenas, López Obrador y Rosario Robles, cuando ésta última militaba en las izquierdas.
La ronda de sesiones de Morena, concluyeron con la elección de Martí Batres, sin duda congruente dicho personaje con la filosofía que hace posible el surgimiento de la organización y su encuentro con la sociedad civil azteca y el resto de agrupaciones políticas, con asiento en la república.
Mucho de su papel protagónico en los días subsiguientes, tendrá que ver con las medidas y conductas públicas, que vayan a asumir los partidos de la izquierda PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
Batres, jamás ha militado en un partido de derecha, ni mucho de la ultraderecha y ala conservadora que juega igualmente posiciones públicas en este país. Y con su elección, despeja igualmente las dudas, que habían arrancado sobre todo en conductores televisivos con recalcitrante sometimiento al poder que manda, en el sentido de que López Obrador, fuera el elegido para dirigir Morena.
Aval o consejero o guía, bajo la cual surge el Movimiento de Regeneración Nacional, AMLO habrá de recorrer nuevamente el país, con vistas a llevar el nuevo mensaje alusivo a la creación del membrete, que se propondrá culminar con su fundación como partido político.
De momento, con Martí Batres van en la directiva de Morena, hombres y mujeres de ideología independiente y liberal como son entre otros Ricardo Monreal, José Agustín Ortiz Pinchetti, Claudia Sheibaum, Bernardo Bátiz, Paco Ignacio Taibo II y otros más. Ofrece Martín Batres, trabajar de la mano con Andrés Manuel López Obrador.
Un espacio y oxígeno, para las izquierdas en un país, donde son necesarias todas las formas de pensar y actuar políticamente, sin duda. Al tiempo.

* HAY HEROES, PERO
POCOS LOS CONOCEN

Se festejó un año más del aniversario con que se recuerda la gesta histórica de 1910, pero el grueso de los mexicanos ignora a ciencia cierta qué hicieron de mal los llamados héroes de la Revolución Mexicana, porque a 102 años, las condiciones del grueso de los mexicanos siguen siendo iguales o peores.
La pobreza extrema, el desempleo, el analfabetismo y la falta de credibilidad en los políticos y las leyes que este crea, porque su aplicación generalmente afecta a los menos protegidos y beneficia a los privilegiados.
El desfile tradicional de los 20 de noviembre de cada año, huelga advertirlo, se hace con vistas a recordar a todos los mexicanos que ofrendaron sus vidas en el choque armado y que presumiblemente, le habría de dar a la sociedad azteca independencia, solidez económica y los bienes y beneficios, que el estado, por obligación constitucional, tiene reservados para el total de la población civil.
Cuestionados muchos de los desfilantes, todos alumnos de las escuelas que participaron en esta muestra a la pregunta, si sabían en qué consistía el arranque de la lucha armada del año 1910 y quienes eran sus principales luchadores y directivos. El arranque fue armado y los propios actores de la contienda, muchas veces cuestionados por los periodistas de aquella época respondían que se iban a la «bola», pero no más.
Los dos artífices más importantes de la revolución Pancho Villa y Emiliano Zapata, siguen siendo muy cuestionados, o tanto, que los mexicanos del México posrevolucionario, nunca en sus luchas han invocado los nombres de aquellos, como tampoco lo hicieron los estudiantes por caso de la gesta de 1968, quienes prefirieron celebrar su lucha bajo las banderas ideológicas de Ernesto «Che» Guevara y la revolución socialista de Rusia y Cuba.
El mexicano, lamentablemente es un pueblo, que por mayoría olvidó o ignora quién es Benito Juárez, en el periodo de la Reforma, menos Cuauhtémoc del mundo prehispánico, así que la ausencia de héroes creíbles y confiables para las inmensas mayorías, han formado compatriotas ayunos de una ideología ostensible y de la cual, puedan sentirse orgullosos.
Empero, la fiesta del 20 de noviembre ha sido desde entonces una constante, de la cual, los desfilantes cumplen con su cuota, pero a la postre siguen reflexionando sobre qué hicieron los llamados héroes, que este país, parafraseando a Elenita Poniatowska, sigue igual que hace cien años. Luego entonces, realmente ¿qué festejan los mexicanos? Por favor.

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