
* REFORMA LABORAL
NO ES PARA MAESTROS
El apartado al que pertenece el gremio magisterial no queda dentro de la reforma laboral vigente.
El apartado que los incluye como trabajadores reconocidos con todos sus derechos, está intacto, no ha sufrido modificación alguna.
Y por otro lado, hasta un alumno del primer semestre de la carrera de licenciado en derecho, sabe que el recurso de amparo lo interponen ciudadanos de manera personal, y que están siendo objeto de alguna violación a garantías individuales, derechos humanos y, en este caso, derechos laborales.
Algo no encaja que hizo enojar a la maestra Elba Esther Gordillo y que provocó la protesta de quinientos mil docentes –acusa el SNTE–, inconformes con la reforma laboral, siendo que el apartado que tiene relación con el magisterio continúa sin modificación alguna por parte de los señores legisladores federales.
Obviamente, existen los grupos –aunque minoritarios–, que no cayeron en la cuenta de hacer entrega de sus documentación personal y laboral, para verse envueltos en la presentación de un amparo masivo, le dicen, y que a la letra les afecta, porque atentaría con la expectativa de poder heredar las plazas que ostentan a sus hijos.
Sin embargo, el movimiento magisterial levantó una oleada enorme de polvo y ruido sobre suelo azteca, con la descorazonada de los padres de familia y sus hijos, que temen igualmente que en cualquier momento se produzca el estallido de la paralización de clases, lo cual sería de consecuencias fatales a estas alturas en la formación de sus herederos.
El secretario de la SEP, Emilio Chuayffet, ha advertido que la educación no pertenece a un grupo, al afirmar que el estado retomará la rectoría de la educación. Mensaje este último que la clase docente ha entendido como un abierto reto a su lideresa nacional y que en los meses que vendrán podrán testificarse demostraciones de fuerza de una y otra parte.
No hay que olvidar las fricciones y choques verbales que en el pasado mantuvieron el actual cardenal de educación y la vieja lideresa del SNTE, desde otro cuadrilátero del poder central. Hoy, podría asistir el grueso de maestros a un encuentro por el control del renglón y que, seguramente, hay una de las dos fuerzas que está llamada a ganar, y la otra fuerza a perder. Y si no, al tiempo.
* PEDIGÜEÑOS, UN
EJÉRCITO EN XALAPA
El ejército de pedigüeños en nuestras calles y avenidas, es una realidad.
Este otro rostro de la mal llamada Atenas veracruzana o ciudad de las flores, enturbia sin duda la propaganda que se difunde en otras entidades del país, porque el común de visitantes con lo primero que se enfrenta es la fila de pedigüeños a lo largo de las avenidas Lázaro Cárdenas, Américas, Xalapa y 20 de Noviembre, y que prácticamente cometen el asalto de rigor de no permitirles a los limpiaparabrisas realizar su faena.
El hombre apoyado en un bastón, de caminar con dificultad y cubriendo sus enjutas carnes con ropa sucia, pero que se presenta como un inválido. Más allá, la mujer en la silla de ruedas, llevándola hasta la ventanilla del conductor del automóvil, que cansado de un viaje de cuatro horas, trata de encontrar el cuarto de hotel más a la mano para descansarse, pero que apenas se detiene le cae una nube de solicitantes de monedas.
El supuesto vendedor de billetes de la lotería nacional, que al no poder vender ningún pedazo, se atreve a pedir el peso, los dos pesos, porque dice que no ha comido.
Menores, hombres adultos y jóvenes, mujeres y damas, hacen lo mismo. Es la cara que recibe a los visitantes en la ciudad.
Y que al arribar al centro, se multiplican con el cantante, el payasito, el que realiza suertes circenses frente a los automovilistas, y las jovencitas que la hacen de danzantes con velos y sin éstos, haciendo el hula-hula; y los tragafuegos, quienes a costa de sus propios físicos se meten trapos repletos de gasolina y los encienden con el tradicional cerillo, para poder sacar verdaderas bocanadas de fuego.
Espectáculo que se promueve todos los días, y que al caer las primeras horas de la noche se nutre con la presencia de los expendedores –todos niños y niñas– de flores «para la novia», chicléts y las mujeres abandonadas en la calle Enríquez, es la de sus preferencias, envueltas en vestidos que las cubren en su totalidad, el pequeño hijo metido en el rebozo, solicitando la ayuda de los caminantes.
Para el común de los pedigüeños no hay frío que los detenga, ni calor que por sofocante los saque de la calle. Todos se lanzan a la aventura de buscar el recurso que les permita comer hoy a ellos y sus demás familiares.
Hay quienes aseguran que su suma alcanza los tres mil, más los que se dicen representantes de algunas firmas para colectar la ayuda para los niños con cáncer, las madres abandonadas y los desayunadores para los alcohólicos anónimos. De todo, haciendo de este sector un nuevo pero permanente rostro de la ciudad. Empero nadie sabe que haya agrupaciones y siglas institucionales que ven o pueden ver por estos seres en la desgracia. Pero que allí se encuentran.
* RARA GENTE COMIENZA
A LLEGAR AL DF
Rara gente comienza a llegar al Distrito Federal.
Este es un clamor que se generaliza de calle en calle, colonia en colonia, delegación en delegación y a través de las redes sociales.
Marcelo Ebrard, como quiera, mantuvo el orden interior de la ciudad capital del país y por demás la criminalidad se dio pero en porcentajes ínfimos.
Sin embargo, de hace unas cuatro semanas a la fecha, los hechos de violencia ensombrecen un tanto diversos sectores sociales de la capital más poblada del mundo, con ocho millones de habitantes, porque el resto, doce millones, tienen su asentamiento en la zona conurbada con otras localidades.
Dichos personajes viajan en carros de modelos atrasados, visten estilo ranchero, su mayoría de rostro quemado por los rayos del sol, corren a velocidades prohibidas inclusive por la autoridad vial y su arbitrariedad es su signo, carecen de respeto a los demás automovilistas.
El DF –cuentan sus habitantes–, había permanecido al margen de la contaminación que entraña la criminalidad, sin embargo, los 22 ejecutados encontrados apenas hace tres días, erizó los cabellos de miles o millones que inclusive añoran la presencia de Marcelo Ebrard.
El comienzo de Miguel Ángel Mancera como jefe de gobierno, cargo que ganó con el impresionante porcentaje de votos que los defeños jamás habían brindado a un político de ese cargo, se vio afectado con la incursión violenta y bárbara de los anárquicos o anarquistas, que se dio con motivo de la unción presidencial de EPN y que motivara el encarcelamiento y ahora excarcelamiento de poco más de 50 capitalinos, al no encontrarles ningún nexo con los rijosos de esa muestra de fuerza bruta.
Empero, la gesta quedó inscrita en el libro de las dudas.
La desinformación en el último caso, tras de haberse detectado 22 víctimas mortales en distintos puntos de la geografía defeña, abrieron un compás en la tranquilidad que los capitalinos han podido disfrutar desde que asumiera el poder la corriente perredista, con el hijo del tata Lázaro Cárdenas, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.
Empero, los siniestros personajes que aparecen en colonias y fraccionamientos habitacionales, obligan a presumir a los defeños que algo no está caminando como debiera y que hay los adversarios del orden que están alertando a la gestación de eventos que se siguen enfrentando en regiones exprofeso y plenamente identificadas, como los estados de México, Tamaulipas, Sinaloa y Chihuahua, en una primera línea.
La ciudad menos insegura se ha advertido es precisamente la del DF, luego entonces estos nuevos sucesos llaman necesariamente a que la intranquilidad asome de alguna forma en linderos de la ciudad más poblada del mundo, pero la que lleva casi 20 años de tener una convivencia entre sus ciudadanos que la hacen también que sea una de las más asediadas por los visitantes.
Ojalá, lo añoran muchos, sólo sea un aspaviento aislado de virulencia, que pronto pase y se recuerde como un pasaje de la experiencia para el olvido. Esperemos.
