
*En riesgo, autonomía UV
*Motita, en la antesala
I
En ningún momento se debe a que hoy martes inicia el carnaval jarocho, pero de acuerdo con las versiones, en el sexenio próspero tendrían cuatro candidatos para la rectoría de la Universidad Veracruzana, UV, cuyo segundo periodo del doctor Raúl Arias Lovillo terminará hacia el mes de septiembre:
Uno: Vicente Benítez, economista, con una maestría en la Universidad Católica de Chile (por eso sus amigos le apodan “El chileno”, aunque también “El René Bejarano jarocho”) y académico en la UV.
Pero además, con biografía política, pues de tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación, el hombre del billete y hasta, se afirma, con doble facturación, brincó a subsecretario de Desarrollo Social, con miras a tumbar del trono a Marcelo Montiel Montiel, quien tiene en su proyecto retirarse a su rancho agropecuario en Brasil, una ciudad diáspora de europeos.
Dos: el doctor Flavino Ríos Alvarado, diputado local, también aspirante a la alcaldía de Minatitlán, y quien con una currícula que lo llevaría a la UV, sopesan su lealtad institucional a partir de su pleito con el cacique sureño, Carlos Brito Gómez, y en donde la manzana de la discordia es Lupe Porras, suegra del alcalde de Coatzacoalcos, Marcos Theurel Cotero.
Tres: el maestro Edgar Spinoso, oficial mayor de la Secretaría de Educación, exsubsecretario de SEFIPLAN y secretario particular que fuera del doctor Víctor Arredondo Álvarez, tanto en la UV como en la SEV, y desde donde, la fama pública consigna, financiaba a varios estudiantes, entre ellos, a Erick Lagos, presidente del CDE del PRI.
Y cuatro: el líder del FESAPAUV desde hace 18 años, académico que nunca arrastrara el lápiz frente a un grupo en el salón de clases, Enrique Levet Gorozpe, quien se siente estimulado, además, porque de norte a sur del país hay unos cinco dirigentes sindicales que pasaron a la rectoría de su universidad pública.
El cuarteto, se afirma, está palomeado desde el palacio principal de Xalapa.
II
Habría, no obstante, de recordarse los siguientes puntitos:
1.-El gobernador Patricio Chirinos Calero otorgó la autonomía a la UV, por tanto, hay una Junta de Gobierno integrada por nueve académicos notables, a quienes corresponde, según la ley, pronunciar la última palabra, es decir, el nombre del rector.
2.-Desde Chirinos ningún gobernador ha metido su cuchara en la Junta Académica para nombrar rector y, por tanto, se entendería que en el sexenio próspero habría de prolongarse el respeto institucional a la máxima casa de estudios.
3.-Desde luego nadie
De los prospectos a la UV, el doctor Porfirio Carrillo, secretario académico de la UV, es el único con méritos académicos
descartaría una intromisión política en la Junta de Gobierno. Todo es posible. Pero ¡ay! del Consejo Universitario que escuchara, en tiempo y forma, las propuestas. Y ¡ay! si lo permiten los académicos, pues en automático significaría vulnerar la libertad de la UV.
4.- La Junta de Gobierno está formada por nueve académicos, y ni modo que su nombre, prestigio, honorabilidad, sea puesta bajo duda, a partir de una maiceada porfirista, un cargo público, un tráfico de influencias.
Más aún. Hacia el mes de septiembre, 2013, el presidente de la Junta de Gobierno será el maestro e investigador Alberto Olvera, uno de los pocos, excepcionales, académicos íntegros y verticales; por ningún concepto se prestaría a un trastupije.
5.- Hay en Veracruz demasiados, excesivos problemas, para estar creando más frentes de batalla. Pero, ni hablar, en la locura de gobernar con sentido autoritario y caciquil, el tlatoani, el gurú, el virrey, puede ser tentado por todo.
III
En contraparte, hacia el interior de la UV hay, digamos, mejor dicho ha quedado un solo candidato: el doctor Porfirio Carrillo, a la sazón secretario General Académico de la UV, al lado del rector Raúl Arias.
Su calidad académica está fuera de duda. Y ninguna presentación necesita.
Sin embargo, las malas entrañas describen que está enfermo, a tal grado de andar con bastón.
Bueno, sexenios atrás, Miguel Alemán Velasco lo dijo con claridad, cuando evidenciaban sus años de edad para gobernar Veracruz: “Me elegirán para gobernar, en ningún momento para semental”.
Semanas atrás se hablaba de otro precandidato: Víctor Aguilar Pizarro, secretario de Finanzas de la UV.
Pero el amigo de Arias Lovillo ha sido rebasado en el nombre y el prestigio por el doctor Porfirio Carrillo.
IV
Una corriente política cabildeada el nombre de Víctor Arredondo Álvarez para regresar a la UV.
Pero a su alrededor, y desde hace ratito, los demonios andan sueltos con un proyecto ecoturístico que empuja.
Y si, en efecto, ya permaneció dos periodos como rector, en automático generaría un rechazo de la comunidad académica.
Más fácil sería volver a la Secretaría de Educación, ahora cuando Adolfo Mota pudiera enrocarse en las Lomas del Estadio, como, digamos, un quinto candidato del sexenio próspero.
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