
* ARAUCARIAS, EL
PROYECTO FALLIDO
Como un proyecto fallido podría invocarse la construcción de la avenida Araucarias, como parte del importante fraccionamiento habitacional de Indeco-Ánimas, que se fundó en el gobierno de Rafael Hernández Ochoa, pero que estuvo bajo el cuidado y la conseja de un urbanista de lujo, como fue en vida el arquitecto Ricardo Arenas Leetch.
Este sería el primero de una serie de destinos habitacionales que el régimen edificaría para ciudadanos y familias veracruzanas y que además habrían de trascender hacia el porvenir de la ciudad, como un proyecto con todas las de la ley en lo que hace a urbanismo, es decir, que contaría dicho fraccionamiento con los servicios públicos para ofertarlo como un sitio con calidad para quienes allí se fueran a radicar.
Araucarias, su avenida principal, sería conforme al proyecto elaborado en oficinas del Indeco-Veracruz, que ciertamente cuidaba con singular celo el arquitecto Ricardo Arenas Leetch, traído del vecino puerto de Veracruz debido a los numeritos que le favorecían en su trayectoria profesional y como ex funcionario en la materia, que había sido dentro del equipo de gobierno municipal porteño que encabezó como su alcalde el abogado Juan Maldonado Pereda.
Con tan sonados merecimientos conquistados en la batalla laboral, el arquitecto Arenas Leetch, desde la titularidad del organismo paraestatal destinado a la construcción de la vivienda, entre otros proyectos sacó adelante la apertura del fraccionamiento Indeco-Veracruz, precisamente único en el corazón de la ciudad, podría advertirse y con los adelantos que la industria de la cuchara contaba en aquella época.
Entre sus beneficios, un bosque natural en medio de sus viviendas, el que perdura a tambor batiente de sus defensores, su avenida principal de pavimento hidráulico y enclavada en un conjunto de residencias particulares, cero establecimientos comerciales, porque éstos precisamente han cambiado el uso del suelo, el proyecto y la idea de hacer casas-habitación alejadas de las actividades de los comerciantes.
Hace algunos días, el ayuntamiento de la ciudad anunció que iniciaría el reordenamiento de su principal avenida, pero nadie sabe cómo y se preguntan algunos más cuándo arranca, porque la avenida en su casi totalidad se ha convertido en zona comercial de manera indiscriminada, el agua no les alcanza a sus habitantes, la reserva territorial está por convertirse en un simple patio de vecindad y los originales propósitos de fortalecer el habitar de los seres humanos, bajo condiciones de oxigenación natural y otros servicios, igual se derrumbaron.
Es posible que la comuna lo que debiera buscar primero es a los responsables del cambio que hicieron del suelo de un fraccionamiento habitacional a los negocios privados, porque éste, sin duda, tuvo un costo y quienes salieron perdiendo fueron los que soñaron en gozar de un conjunto habitacional de los más exquisitos en la ciudad. Esperemos.
* LOS LAGOS, GRAVE
FOCO DE CONTAMINACIÓN
La construcción de un puente que atraviese los lagos, de frente al edificio de rectoría de la Universidad Veracruzana, se alarga terriblemente y la circulación vial se vuelve densa, peligrosa y con graves riesgos para decenas de caminantes que diariamente transitan por el rumbo de El Dique y la avenida Venustiano Carranza.
El puente Atenas se construyó hace poco menos de cien años, de cara al actual parque de juegos infantiles Rafael Murillo Vidal, pero en aquel entonces, al principio del siglo XX, servía de paso obligado para los obreros que laboraban en la fábrica de hilados y tejidos de El Dique. Entonces el barrio se consideraba alejado del corazón de la ciudad, pero contaba con un escenario bellísimo, como eran los vasos del lago más cercano, por el cual escurrían aguas cristalinas, sin la combinación de los agentes contaminantes.
Hoy sus aguas están repletas de alimañas y han servido igualmente para que algunos decepcionados de esta vida hayan optado por ahogarse y escapar del mundo terreno.
La obra anunciada aparentemente ha sido suspendida, lo que da una mala señal del proyecto también referido, en el sentido de construir un puente que sirva de paso seguro y firme para los centenares de automóviles y camiones del transporte público, que desde hace cien años cuentan con el único acceso, el puente que ya no abastece ni satisface a nadie.
El área boscosa ya no existe, los árboles se derrumban con alguna celeridad, las decenas de gansos nadie sabe adónde los cambiaron, porque en las aguas actuales de El Dique sería imposible que pudieran vivir y nadar, porque simplemente se morirían por contaminación del agua sucia, el aire contaminado y la pestilencia de los matorrales que sobreviven en los vasos repletos de basuras.
Turistas y vecinos se lamentan con dicha obra, que lleva meses sin recibir un sólo martillazo, para hacerlo vomitar las basuras y el agua sucia y maloliente que en días con calores se desatan a lo ancho y largo de los vasos que forman el otrora bello Paseo de los Lagos, ahora metido en la mugre y la desesperanza de sus avecindados, que sólo ven montones de arena metidos allí frente al puente Atenas.
* DESESPERAN EN TODOS
LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Una realidad que resalta a flor de piel es la desesperación que se aprecia en todos los partidos políticos que tienen vida pública en Xalapa y que buscan afanosamente que el electorado se convierta en celoso guardián de los futuros abanderados suyos a la presidencia municipal y la curul local.
Es evidente que no hay candidato seguro, ni favorito de nadie.
Sin embargo, los numeritos finales a nadie convencen, porque la contienda preelectoral se ha adelantado sensiblemente.
Si juega Uriel Flores Aguayo, se constituye en una carta con garantía de poder conquistar nuevamente el voto de sus coterráneos. Sus adversarios aseguran que no tiene posibilidades de ganar, quizá abrogándose el voto anticipadamente de las mayorías de xalapeños.
Vinieron dos consejeros nacionales y hablaron pestes de Uriel, pero el señor abanderado con colores de su partido de siempre, le dieron más de setenta mil sufragios en la elección que lo convirtió en diputado federal.
Los panistas hacen la guerra, pero carecen del gallo que le pueda hacer cosquillas a cualquiera de sus demás contrincantes.
Es cierto que el factor Andrés Manuel López Obrador hará ganar a cualquiera que vaya en su carro, por la ciudad de Xalapa. Así ha sido en numerosas elecciones federales y locales.
El viejo régimen en la capital la tiene muy difícil de conquistar, sobre todo porque 300 colonias dudan de su condición de acarreados tricolores y los académicos y estudiantes universitarios, en forma aplastante, son ajenos a la cosa pública y menos aun simpatizantes del partido de los tres colores nacionales.
La página histórica partidaria así lo confirma. La militancia es mucho menor en estas tierras, en relación al resto de localidades del estado de Veracruz, así que se espera una batida político-electoral donde no faltará ninguno de los ingredientes para degradar, ofender y denostar de las miserias humanas de que se acompaña cualquiera, sobre todo de quienes buscan enlodarse en esta fiesta de partidos, candidatos y actores de la escena político-partidaria.
Empero, la contienda apenas inicia, son los pormenores, con vistas a decidirse las fracciones partidarias por sus abanderados, que hoy por hoy ya realizan precampaña, aunque el IEV de Carolina Viveros García no los ve.
