El reporte del cóndor: La ejecución política de la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo


Por  Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Aunque el procedimiento fue legal y debidamente sustentado por la Procuraduría General de la República, comandada por el abogado Jesús Murillo Karam, la detención de Elba Esther y su posterior encarcelamiento no es más que una ejecución política, la primera, del actual régimen del presidente Enrique Peña Nieto.

No se trata, como muchos predican, de una transformación de acciones de gobierno para frenar la corrupción lacerante que vive desde hace años en el país. No es el comienzo de un nuevo estilo. Es el regreso al estilo. Y un episodio digno de ser observado por las singulares manifestaciones de varios actores que giran, o giraron, en torno a la chiapaneca que llegó al cargo,hace muchos años, por decisión, también, de un presidente de la república, Carlos Salinas de Gortari.

Con esta acción se comienza a corroborar que quienes deciden los destinos del país están integrados por un  grupo implacable. Enrique Peña Nieto, sin duda, es un presidente que quiere pasar a la historia, tan solo si cumple gran parte de lo que constituye su gran plan de desarrollo nacional, en donde, indiscutiblemente está ya avisando que va con todo, principalmente, contra los que, por usos y costumbres, creen que su poder supera al del estado.

A Elba Esther le vino encima la frase bíblica aquella de que «quien esté libre de culpa que arroje la primera piedra», y que suele entenderse de que nadie puede arrogarse el derecho a culpar y a castigar, sin tomar en cuenta que moralmente no tiene autoridad para ello, pues sus culpas pueden ser mayores. Elba Esther ya había lanzado no la primera, sino dos o tres, y se aprestaba a lanzar la más grande esta semana en Guadalajara, donde todos sus líderes se aprestaban para defender la educación básica como pública, ante lo que consideraban un intento de privatización por parte del gobierno federal.

Sorpresivamente, la causa magisterial  perdió fuerza una vez detenida la comiteca, en el aeropuerto de Toluca, y hoy festinan muchos, que incluso directa o indirectamente fueron beneficiados de las bondades de la corrupción que la acompañó, que la maestra Gordillo haya sido detenida. La maestra verá ahora como antiguos aliados, en cierto modo habrán de traicionarla al criticarla acremente y despreciarla públicamente.

Caso concreto, Jorge Castañeda, quien junto con otros notables y la maestra integaron el famoso grupo «San Angel», cuna de un movimiento democratizador del país formado por intelectuales que pugnó por la transición política en México, que se vió materializada con la llegada de Vicente Fox al poder, logrando Castañeda incluso a ser Secretario de Relaciones Exteriores en el nuevo régimen. Hoy el junior intelectual de la familia Castañeda celebra la detención de la maestra, afirmando:

«Quien tiene que demostrar que es culpable Elba Esther es el gobierno, ella no, pero si así fuera, lo que ha hecho el gobierno es perfectamente lógico, consecuente, no tenemos más que congratularnos en el entendido de que está actuando y lo pueda demostrar, probar ante un tribunal»

El mismo Jorge Castañeda, hace años reconocía que Elba Esther era excepcionalmente leal como amiga, pero si tal cualidad acompañaba a la maestra en su proceder con los amigos y cercanos, debe ser desmoronador que aquellos a quienes demostró lealtad, amistad e incluso afecto, o amor, en estos días la nieguen, la critiquen y, por lo menos, la ignoren. Esa es la cara más triste de la ejecución política a que fue sometida.

Castañeda, reconoce  gozó de los privilegios de la amistad y, tal vez del derroche de Elba Esther, como bien lo menciona en el artículo «Elba Esther: Amores y Desamores», traducido en gastos exquisitos, que de vez en cuando hacía con echar mano de las cuotas del sindicato pero siempre vigilada por Haciena. En contraparte, Castañeda justifica a la maestra porque su función como líder era: «obtener lo máximo a cambio de lo mínimo, con un solo interés en mente: el bienestar de los representados: los maestros de México. Con toda razón y con todo éxito.»

Hoy, Jorge Castañeda no repite tal elogio para su labor como lideresa que pugnó por el bienestar de su gremio. Por el contrario, se congratula de que, debidamente acreditado en lo penal, se llegue a probar su culpabilidad.

El otro drama de la traición y la ingratitud gira en torno a familares, algunos muy cercanos, es la de la senadora  Mónica Arriola, lideresa de peso en el PANAL, partido que creó Elba Esther, quién pide no se politice el asunto, es decir que no se diga que fue una acción política y que ella misma no hará declaratoria alguna sobre el caso puesto que «es un asunto de índole familiar». Solo que soslaya que lo familiar ya se volvió público y que, en todo caso, lo que evidencia es la defensa de una membresía antes que la defensa de su propia madre, al negarse a ventilar que el trasfondo de todo realmente es político.

Peor aún es la actitud de los líderes del SNTE, justo a un paso del inicio de su gran lucha nacional en pro de la contrarreforma educativa, causa que se abonaba en argumentos éticos, nacionalistas y visionarios, y que los dirigía a un gran paro nacional para mostrar el músculo del «sindicato más grande y poderoso de América Latina», ahora se reunieron si, a puerta cerrada, pero para nombrar al sucesor de la profesora Elba Esther.. Es decir, la gran asamblea convocada para movilizar a todos los profesores del pais en pro de una lucha patriótica, se convirtió en un conciábulo para elegir al sucesor de la lideresa, profesor Juan Díaz de la Torre.

Eso sí, hay que aplaudirles que mientras cambiaban el orden del día para agregar como un punto principal, el cambio de dirigencia nacional, se dieron su tiempo para poner en las grandes pantallas del recinto donde llevaban a cabo su asamblea, la trasmisión en vivo de las declaraciones tras las rejas de su lideresa. Nadie aplaudió . Si acaso los gritos de «unidad, unidad, unidad» ya no eran pensando en quien dijo alguna vez que tanto los amaba, sino en función de unidad para protegerse a si mismos ante la fuerza ejercida por el gobierno federal contra la lideresa.

¿Dónde están los líderes magisteriales que hasta presagiaban una revolución social en México por la imposición de la nueva reforma educativa? ¿Que manifiestan en estos momentos los líderes sempiternos del SNTE que llegaron a sus cargos no por méritos propios sino por la decisión de la ahora ex líder caída en desgracia? ¿Donde están los políticos que se vieron beneficiados no solo por su amistad sino por los recursos millonarios que la chiapaneca les inyectó a sus campañas políticas y a uno que otro proyecto de gobierno o personal? ¿Dónde aquellos que directa o indirectamente obtuvieron un beneficio que los benefició económica o laboralmente y les hizo cambiar sus vidas personales?

¿Quién fue el interpuso la denuncia del 2 de diciembre de 2012 sobre la cual giró la vertiginosa investigación que sepultó a Elba Esther en vida? ¿Era uno de sus allegados? ¿Era uno de sus enemigos? ¿Quien fue?

Sin duda alguna, el gobierno de Enrique Peña Nieto ejecutó un golpe maestro en contra de la lideresa chiapaneca, como lo reconoce el periódico EL PAIS de España y se quita de enfrente a una mujer que perdió la dimensión de las cosas, al creer que su poder era absoluto, con una gran base social detrás de ella y con una inteligencia estratégica que rebasaría al muy joven, y según ella, inexperto presidente de la república.

Hoy, Elba Esther Gordillo, está a punto de presenciar la mayor traición que nunca pudo imaginarse en su vida. La de Elba Esther contra la propia Elba Esther, esa guerrera de toda la vida que muy posiblemente no va a morir luchando, como se jactaba en los últimos meses. La otra Elba Esther, la política y la «guera consentida» como le decía intimamente el profesor Carlos Jonguitud, va a traicionar a la guerrera, con tal de salir de la cárcel lo más pronto posible.

Es decir, si realmente Elba Esther es una guerrera como presumía, se defendería como gata boca abajo y empezaría a abrir la caja de pandora de adonde se fueron muchos millones de pesos de las arcas magisteriales, para beneficio de que políticos encumbrados, para que presidentes y gobernadores del país, hacia que movilizaciones políticas del propio gobierno federal. Esa sería una prueba de los tamaños reales que presumía.

Pero no lo hará. Implicaría graves riesgos para ella y su familia. Por eso lo más seguro es que la «güera» se impondrá a la guerrera y si acaso, en algún momento, en un círculo muy cerrado al que se enfrentará en las próximas horas, dirá con voz sumisa y cautelosa, con el mismo tono con el que le hablaba a Carlos Jonguitud y a Carlos Salinas de Gortari en sus años mozos, casi trémula:

«Ya entendí, señor»

Otros, los demás líderes y políticos del México actual, que siguen disfrutando de sus canonjías y derroches financieros, habrán de decir lo mismo, para sus adentros.

e-mail: rcalderonvivar@yahoo.com

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