60 Segundos: * CASO ERNESTO ZEDILLO, LASTIMA A MEXICANOS


Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

* CASO ERNESTO ZEDILLO,
LASTIMA A MEXICANOS

Según varios especialistas en Derecho Internacional, fue indebido que a Ernesto Zedillo Ponce de León, el gobierno de Felipe Calderón le haya gestionado inmunidad diplomática ante el proceso que se le sigue en Estados Unidos por el caso de la matanza de Acteal.

Más que provocar indignación, el caso Ernesto Zedillo lastima a los mexicanos porque les recuerda que el país sigue siendo de mexicanos de primera y los de segunda.
El congreso acaba de pulverizar justamente la inmunidad de que gozaban los funcionarios producto de una elección popular, y qué bueno, porque ante la ley –dicen los políticos– todos son iguales, o la frase un tanto trillada de que por encima de la ley, nadie.
Sin embargo, el ex presidente Zedillo goza de inmunidad diplomática, en contra de una denuncia de indígenas, familiares de los 45 familiares suyos masacrados vilmente por fuerzas de seguridad pública, cuando se aprestaban a hacer un viaje desde su estado natal de Chiapas al DF, para elevar precisamente una protesta y reclamar con ella un trato con dignidad, por parte de autoridades federales.
Los indígenas le reclaman el pago de una indemnización que alcanza los 50 millones de dólares, para lo cual presentaron una demanda en un tribunal de Connecticut, estado donde reside y trabaja el ex presidente prácticamente desde que abandonó el país, hace doce años.
En un primer round, los jueces le dieron la razón al ex presidente, en el sentido de que dicho acto ocurrió hace ya muchos años, sin embargo los defensores de los indígenas consiguieron que un tribunal internacional escuchara su demanda y ahora gozan del amparo de la justicia federal los familiares de las víctimas mortales de aquel ataque.
Empero, especialistas en normas de derecho internacional penal, han destacado que es inconstitucional que la justicia mexicana le otorgue una ampliación de la inmunidad que ostentó el ex presidente durante su encargo público, porque una vez que concluyó su gestión político-administrativa, vuelve a ser un ciudadano como cualquiera otro en este país.
Inclusive contrariaría la expresión recientemente rendida por el presidente Peña Nieto, en el sentido de que nadie está por encima de la ley. Y en ese tenor, no hay porqué brindarle a Ernesto Zedillo ninguna inmunidad, como tampoco la demanda de indígenas está fuera de tiempo, ya que se trata de un delito la violación de derechos humanos universales, los cuales no prescriben, allí están.

* LA BASURA, TALÓN
DE AQUILES

De plano el talón de Aquiles es la basura en nuestras calles y avenidas, congregaciones y colonias céntricas y periféricas.
Cierto es que la comuna municipal tiene que ver con la seguridad pública, la hambruna, el desempleo y el analfabetismo, pero apenas se registraron dos días de intenso calor y la ciudad olía a mugre, pestilencia, abandono.
La ciudad padece de un crecimiento poblacional desmesurado. La falta de un plano regulador hace cuando menos 50 años, heredó a los xalapeños la capital anárquica y con un caos tremendista en lo que hace a sus vialidades, su gentío, el abarrotamiento en su periferia a los cuatro costados.
Empero, la basura sigue siendo el problema. No se dan abasto los camiones recolectores y una política pública que incluya a todos los ciudadanos jamás se ha brindado a la población. Los anuncios o avisos preventivos que aparecen impresos en algunas zonas estratégicas corresponden a tres administraciones municipales anteriores.
Las medidas de prevención y coacción o de aplicar sanciones en contra de malos ciudadanos, que además de no respetar ningún orden, coadyuvan a desparramar basura por doquiera, no se ven por ningún lado. En tanto el crecimiento de las montañas de basuras está a la orden del día y los rumbos menos creíbles.
Cuando cae una llovizna o llueve fuerte, las polvaredas se aplacan y permiten respirar a la población un aire menos sucio. Dos días bastaron en la semana anterior, para percatarse el grueso de habitantes que la ciudad estaba repleta de basuras. El cochinero se da lo mismo en zonas marginadas que en las residenciales.
Y los desechos por toneladas van a parar precisamente al grueso de atarjeas y los drenajes que cruzan la ciudad, taponeando y ensuciando las aguas que vienen del río Pixquiac, que igualmente comienza a sufrir los estertores en su falta de líquido vital en su caudal, que en el pasado no muy lejano todavía dejaba ver y disfrutar con cierta abundancia.
Van por los tres años de gestiones y el problema que representa la basura continúa. Propios y ajenos lo externan como puntos de vista con los lamentos de rigor, porque la ciudad no lo merece. Eso dicen.

* UN PRI, PARA LA
TRANSFORMACIÓN

Don Jesús Reyes Heroles habría demandado en los años setentas que el PRI dejaría de ser lo que hasta entonces había sido, porque en ese contexto no podría durar más en el ánimo de los mexicanos.
Renovarse o morir, fue su llamado a los priistas veracruzanos, la mayoría muy jóvenes o recién egresados de las aulas universitarias, y que desoyeron evidentemente.
Eran tiempos en que la maquinaria tricolor operaba de manera absolutista.
Rafael Hernández Ochoa gobernaba Veracruz y su gabinete lo integraron una mayoría de jóvenes, quizá siguiendo la línea marcada por el presidente Luis Echeverría, quien de alguna manera, para congraciarse con los jóvenes tras sufrir el país la matanza del 68, enlistó en su gobierno a buen número de universitarios recién desempacados de las aulas universitarias.
Obviamente, el viejo sistema se resistía a fenecer.
Un sabio de la política asumía las riendas del partido tricolor, quien seguramente había avistado el desmoronamiento lento, pero cierto, del partido que fundó don Plutarco Elías Calles.
La maquinaria tricolor enfrentaba una feroz batalla por conservar su hegemonía, cuando el sistema de pluralidad realmente no lo había. El PAN, a pesar de su larga permanencia nacionalmente, se reducía a una plataforma donde había puros cuates, quienes se identificaban por el dinero y la empresa. Y el partido comunista murió cuando concluyó el movimiento estudiantil del 68, amén del resto de membretes que surgieron con una corta existencia.
Don Jesús, el de Tuxpan de Rodríguez Cano, lo sabía, su experiencia, talento y vocación lo habrían llevado por toda la administración pública nacional, así que cuando ostentó el cargo de presidente del PRI, se presumió, así lo hicieron ver los politólogos que ya eran de ese momento Porfirio Muñoz Ledo, Demetrio Ruiz Malerva, que el partido tricolor corría el riesgo de desaparecer.
El PRI se renueva o muere, sentenció Reyes Heroles, porque sin duda vaticinaba el desplome de la maquinaria de los tres colores en la entidad y el resto del país. No le hicieron caso muchos de quienes todavía utilizan en su provecho chambas políticas. Pero desde entonces, el sistema se pluralizó sobre tierras veracruzanas y más tarde, como fue avistado hace doce años en que perdió el mandato nacional.
Se habla de transformar, no administrar al país, con un gobierno de estreno, cabría entonces preguntar con cuál partido, cuando la mayoría de sus cuadros de dirección política siguen siendo, en mucho, los que le hicieron dar el traspiés que podría haber borrado al membrete tricolor, por quién sabe cuánto tiempo más. Es decir, que Reyes Heroles no falló en sus apreciaciones, pero el viejo sistema amaga con volver a la práctica del dedazo, o que difunda cómo emprenderá la transformación de estas tierras y el resto de la nación azteca. Esperemos.

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