
Viajando en el tren rumbo hacia la Biblioteca, pienso en la maravillosa magia de tomar un libro entre mis manos y transportarme a un mundo fantástico y sorprendente, recuerdo haber leído en mi niñez, un sin número de cuentos estupendos, mi papá nos compro a mi hermano y a mí un par de enciclopedias; ese fue el primer contacto que tuve con los libros, repaso en mi memoria las largas horas sumergidas entre cientos de historias que posteriormente recreaba en mi mente, a partir de ahí surgió en mi este hábito por leer, el cual comparto hoy orgullosamente con mis hijos.
Estoy completamente convencida que el entorno familiar tiene una extrema influencia en este rubro, el cual por supuesto debe ser reforzado por la escuela; actualmente el mundo entero se enfrenta a una crisis lectora, los gobiernos y asociaciones hablan de las estadísticas actuales y el declive de este habito.
En Suecia los profesores llevan regularmente a sus alumnos a las bibliotecas desde los primeros años escolares, también existe una gran afluencia de padres con sus hijos pequeños en las salas de lectura de las mismas. Según datos del Eurobarómetro de la Unión Europea los países nórdicos encabezan la lista de lectores asiduos, Suecia ocupan el primer lugar con el 80%, seguidos por los finlandeses con un 75%, aunque es importante aclarar que de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Finlandia ocupa el primer lugar en comprensión lectora. Sin embargo el primer lugar en hábito de lectura según la UNESCO es Japón, ya que el 92% de su población lee regularmente.
Mucho se dice que el frío y largo invierno de Escandinavia, ha sido un gran fomentador de la lectura, ya que durante estas fechas, las personas habitualmente se quedan en casa y uno de los pasatiempos favoritos es leer, aunque hoy en día existe una competencia con los medios electrónicos y videojuegos.
A pesar de los excelentes resultados en Suecia, los últimos estudios oficiales informan de una disminución en la cantidad de libros leídos y su comprensión, por lo que desde hace algunos años se está llevando una importante labor de fomento a la lectura en todos los rincones de éste país.
Son las Bibliotecas públicas las que están realizando una fuerte tarea en el fomento a la lectura, con distintos programas que buscan reforzar este hábito; las bibliotecas cuentan con libros en diferentes idiomas, salas de lectura para niños y jóvenes, espacios de computo, cafeterías en muchas de ellas, y sobre todo diferentes actividades como por ejemplo: círculos de lectores, lecturas en voz alta en diferentes lenguas, representaciones teatrales y musicales, charlas con escritores, exposiciones, apoyos de aprendizaje, grupos de conversación. En algunos lugares se cuenta con el servicio de autobuses-biblioteca y de un peculiar programa alrededor de las guarderías y jardines de niños, donde se dejan bolsas con libros para que los padres puedan leerles a los niños pequeños, existe un gran interés por el gobierno y también por diferentes asociaciones de continuar trabajando en este renglón.
También las escuelas están tomando un rol importante, se cuenta dentro del programa de educación básica con una materia de lectura, donde los niños además de leer, tienen que exponer lo que han comprendido, a través de la explicación verbal, de un dibujo, de un poema o canción sobre lo que leyeron o bien de una obra de teatro. Esto se realiza con el asesoramiento de profesores asignados.
La lectura en voz alta es decisiva en el desarrollo del gusto por la misma, de ahí que se busque reforzar este hábito en las casas. Debido a que los últimos datos oficiales arrojaron un mayor número de lectores entre las niñas, existe un programa innovador que invita a los padres a leerles en voz alta a los hijos varones, con la idea de que ellos puedan aprender que la lectura es una actividad tan masculina como realizar deportes. También hay un programa de lecturas con el apoyo de jubilados, quienes visitan las guarderías y jardines de niños para leerles a los pequeños historias en sus lenguas maternas.
Me sorprendió mucho la extraordinaria idea de cómo se puede fomentar la habilidad lectora con creatividad como la que fue implementada por las profesoras de educación básica Birgitta Alleklev y Lisbeth Lindvall, en un suburbio de Stockholm al inicio del ciclo escolar. Ellas fueron asignadas a un grupo de primer año formado por 24 niños que hablaban doce diferentes idiomas. Las maestras ante esto decidieron adquirir libros de cuentos, en lugar de libros de texto, los cuales se utilizaron desde el primer momento para buscar letras, dibujar, platicar sobre los contenidos, realizar obras de teatro, contar y aprender a leer; seis meses después los 24 alumnos sabían leer, pero sobre todo desarrollaron un increíble gusto por la lectura.
Estos niños continuaron con el programa y después de tres años tenían una gran capacidad de comprensión lectora, contaban con un amplio vocabulario, podían expresarse correctamente de forma oral y escrita, poseían una gran autoestima, eran muy creativos y capaces. Ganaron el primer lugar en las pruebas de sueco y matemáticas y cada niño había leído casi 400 libros. Definitivamente el entusiasmo de los adultos tiene un efecto crucial en los niños, el acceso a los libros también es trascendental.
En Suecia todas las personas pueden realizar préstamos de libros en cualquier biblioteca del país, solamente con una credencial, la cual no lleva más de diez minutos en solicitarse y otorgarse de forma gratuita.
La decisión de leer es personal, pero enseñar a leer a nuestros niños es nuestra obligación como sociedad, busquemos el momento idóneo para desarrollar en los pequeños el maravilloso gusto por leer.
