* TURISMO A LA BAJA,
POR INSEGURIDAD
Prevé gobierno federal que México caerá del lugar diez al número doce que ostenta mundialmente, como sede o destino turístico debido a que el rubro de la inseguridad lastima enormidades a cada trozo de territorio azteca.
Esto lo confirma la actual secretaria de turismo, Claudia Ruiz Massieu, en el arranque del tianguis Puebla 2013, con objeto de presentar a los ojos del grueso de mexicanos y del extranjero las bellezas y atractivos que la angelópolis ofrece a los viajeros y visitantes de otras latitudes.
En efecto, lo que más asedia al país es su inseguridad.
Y es que por más que se promocionen los espacios pletóricos de sol, agua y vegetación, en los países de Europa Occidental comienza a cobrar fuerza de verdad sin tache, la existencia de puertos y ciudades con marcados rasgos de inseguridad.
Lo ocurrido en Guerrero, con la violación sexual de seis mujeres españolas, ha acarreado al país una imagen de país inseguro, de constante riesgo y muchos peligros. Inclusive se asegura en España, por voz de su presidente Mariano Rajoy, que México es un país violento, que deben dejar de visitar los españoles. Y particularmente, especificó que son doce los estados del interior de la república, los de mayor riesgo.
Entre esa docena de entidades provincianas, Rajoy citó al estado de Veracruz, donde se mata por cacahuates y la constante de la violencia amaga a la vuelta de la esquina a cualquiera de los mexicanos, nomás por quítame estas pajas, amén por supuesto, de que la pobreza está alcanzando o haciendo trizas la economía doméstica de los hogares veracruzanos y del resto de México.
Lo anterior, no obstante la puesta en marcha de los operativos de vigilancia policiaca, naval y militar, auxiliados todos por las oficinas de protección civil, los alcaldes y los diputados, quienes seguramente deben estar atentos del acontecer diario de sus comunidades, pero sobre todo aquellas que por sus condiciones naturales sirven como un atractivo natural para acrecentar el acervo de visitantes de aventura y los que buscan el confort, entrar en contacto con la naturaleza y los monumentos eminentemente históricos y arqueológicos.
Empero, una lástima que no llegue la seguridad a plantearse como un proyecto con larga permanencia.
* MIL 600 TAXIS FUERA,
NO SON NADA
Como la canción, cien años no son nada, igual mil seiscientos taxis fuera de la circulación en nuestras congestionadas calles y avenidas, tampoco salvan el escollo ni nada que se le parezca a la salvación de la capital del estado de Veracruz.
El calor es sofocante, la mañana repleta de automóviles y autobuseros insolentes, robando cancha en las calles de la ciudad y los agentes de tránsito, pito en la boca y el sol bañándoles de sudor el rostro y las espaldas, no son suficientes para agilizar el paso de vehículos ni en la avenida Lázaro Cárdenas ni en las arterias públicas laterales, tampoco en las rúas periféricas.
El infierno amenaza con quedarse por muchos meses del año. Las enormes polvaredas se levantan oscureciendo la antigua panorámica de un escenario cruel e insensible y haciendo que los peatones y conductores vehiculares traguen aire sucio y en algunas zonas pestilente.
Quien diga que la celeridad se aplica en las avenidas, miente o se lo dijeron telefónicamente subalternos a sus timoneles y jefes.
La ciudad continúa implacable creciendo demográficamente.
Su tamaño sigue siendo físicamente el mismo que hace doscientos años, pero las penurias que enfrenta el ciudadano del común o el automovilista harto del calor, la tierra metiéndosele por todos los poros de su piel, los claxonazos innecesarios del automovilista arbitrario; el policía vial, que no se impone a nadie y los convoyes cargados de policías, corriendo sus unidades en nuestras calles, algunos elementos prepotentes, que violan la luz roja de los semáforos donde los hay, haciendo del día una carga que provoca el estrés y la proclividad a la enfermedad.
Es posible que esto no lo vean los titulares de seguridad pública y tránsito del estado, porque ellos viajan en convoyes de camionetas blancas, climas artificiales y cristales polarizados y los uniformados viales se encargan que la luz verde sea siempre a su paso, empero, el otro sentir, el de quienes habitan y recorren estas tierras, a las cuales en el discurso la alcaldesa califica de ser Atenas y ciudad de las flores y los propagandistas de la Sectur en Puebla promocionan con la invitación para que los turistas vengan a conocer Xalapa y la región.
En una sociedad como la que se vive y por los tiempos de pluralidad que se experimentan, es menester que el lenguaje que expresan los políticos sea uno, totalmente distante o diferente del que aplica y utiliza el grueso de ciudadanos, sobre todo los xalapeños que conocieron una capital de gozo y tranquilidad no muy añejas, frente a la actual, complicada, turbulenta, violenta, crítica, triste y desconfiable en sus cuatro costados.
* REFORMA LABORAL,
CON DESCRÉDITO
Qué hacer en un país en donde los políticos dicen lo que quieren y comprometen lo que creen que pueda ser la salvación de los muchos temas que tienen que ver con el habitar cotidiano de los mexicanos y los sectores hacia los cuales van encaminados los programas del orden que usted quiera y los rechazan, no confían, menos les creen.
En los últimos seis meses, dos mil maestros del sistema de enseñanza primaria han hecho el anuncio de su jubilación porque no creen en las bondades de la reforma laboral, recién puesta en marcha nacionalmente.
Tampoco confían en la reforma educativa, en el sentido de que no los correrán si reprueban la evaluación a partir de la cual, los maestros igual, se les garantiza que podrán recibir nuevos beneficios, que evidentemente tienen que ver con sus prestaciones laborales.
Juan Nicolás Callejas Roldán ha pedido la solidaridad de su gremio, afiliado al SNTE, con vistas a ver por su porvenir inmediato en la materia que domina, y que en este caso es la educativa. Los maestros no tienen temor a las evaluaciones, el problema es que sobrevengan las acciones con intenciones de afectarlos en su ejercicio.
Los gobiernos de la república, a través de Emilio Chuayffet Chemor, y el del estado de Veracruz, les han asegurado a los mentores que sus plazas y operaciones desde el aula están plenamente garantizados.
Sin embargo, los maestros no les creen, suponen que les mienten y en tanto se los permita el gremio, el sindicato y la administración educativa verán entonces por su inmediata posición de pensionistas.
Obviamente, un éxodo de jubilados provoca igualmente a suponer que algo no encaja entre el discurso político, porque no es posible que se vayan dos mil académicos de sus tareas escolares y los regímenes federal y estatal les garanticen que no pasará a mayores una reforma educativa y laboral.
A nadie se le obligará a hacer nada que contradiga la esencia de la ley, que por ningún concepto les podrá ser aplicada de forma retroactiva en perjuicio.
Sin embargo, la cuestión es de credibilidad y confianza. Ambas actitudes o conductas, los maestros no se la creen a sus líderes ni a los gobernantes. Por eso buscan irse y la secuela es de orden nacional.
Se creyó que el encarcelamiento de Elba Esther Gordillo acabaría con las imposiciones y las dudas gremiales, pero no es así, el caos amenaza con menguar las fuerzas de un sindicato, pero igual, que los maestros por incrédulos prefieran irse jubilados, mucho antes que constituirse en la parte central de los contenidos de una reforma laboral y educativa, en la cual no confían precisamente los maestros.
Este país, lamentablemente, ha fincado su existencia entre lo que los políticos dicen de una forma y que los supuestos beneficiarios de sus acciones tendrían que confiar a pie juntillas, lo que no es así, porque los gobernados, y en este sentido no importan tirios ni troyanos, hace mucho que sufragan en ánforas, pero poco confían en sus funcionarios elegidos, por más increíble que parezca.
EfACICO 