Mover a Veracruz


Por Irene Arceo, egresada de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Irene Arceo Muñiz, egresada de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Hay que reconocer a Javier Duarte su prudencia y serenidad, su timing político ( o sentido de oportunidad)

No es que quiera jugar con las palabras, pero mueve a reflexionar en esta etapa que está por vivir el Estado de Veracruz en su vida pública al iniciarse el proceso electoral para renovar el congreso local y las presidencias municipales, por tanto, para hacer este ejercicio cabe muy bien utilizar ese verbo que es el paradigma de la conducta política del presidente priista Enrique Peña Nieto: Mover a México y ¿porqué no entonces?: Mover a Veracruz.
Lo anterior se sustenta en varias directrices o líneas que hemos observado dentro de la estructura gubernamental y del partido tricolor del Estado , con los reacomodos estratégicos de funcionarios y políticos hacia diferentes áreas que están eslabonados a otras anunciadas salidas de “cuadros”, tendientes a buscar posiciones de elección popular que irán cobijadas con la capa tejida de confiabilidad y protección necesarias para lograr victorias electorales sin contratiempos , ni pugnas que afecten la imagen de la entidad en el ámbito nacional.
Como nunca en lo que va de este sexenio, el gobernador Javier Duarte está haciendo política- política, de esa, que se refiere mi maestro y amigo el Dr. Luis Aguilar F.Villanueva: “…Se hace política para llegar al poder y cuando se llega al poder, se gobierna…” Y así sucesivamente, poder y gobierno se convierten en una formula inexorable en las políticas públicas. Hay que reconocer a Javier Duarte su prudencia y serenidad, su timing político ( o sentido de oportunidad); su disponibilidad para el cambio ante nuevas y difíciles circunstancias y su capacidad para tomar decisiones por muy radicales y riesgosas que estas sean, como lo es su paso trascendental para la unificación y profesionalización de la policía, a fin de proporcionar mayor seguridad pública en el estado.
A veces es más fácil no mover nada, ni apostar ante lo nuevo y pasar por el camino como un gobernante normal que no quiere problemas, pero los tiempos que vive México y por ende el Estado de Veracruz, exigen cambios de actitud en lo político, para servir mejor a la sociedad y esto implica mover los añejos esquemas institucionales para un funcionamiento público de calidad, adecuado a la realidad actual.
Lo si vemos que difícilmente cambiaría en la entidad, es la repartición de cuotas políticas y parcelas de poder para la gente del dinero y sus recomendados, que de manera fortuita acceden al poder sin siquiera despeinarse y lo más grave, sin nada de experiencia en gobierno. Sólo basta la fabulosa suerte de ser hijos, hijas, yernos, cuñados, esposas o amantes de los billetudos de la entidad que emboscan sus reales cacicazgos locales muy estilosos en los exclusivos eventos sociales, pero eso no les quita que son igualitos a la hoy interna Elba Esther : dan y para cobrar luego.
Creo que este es tiempo de los políticos y la política, las instituciones han invertido mucho dinero y tiempo en preparar a la gente que tiene como vocación prioritaria e l servicio público y ahí está la verdadera cantera de prospectos para integrar un congreso fortalecido, actuante, que litigue en tribuna y que exponga con claridad y conocimiento los motivos de las reformas y nuevas leyes en bien del pueblo Veracruzano.
Ya basta de poner en las diputaciones o en las alcaldías a señoras que quieren jugar a ser políticas, o de hombres presuntuosos y codiciosos que buscan posiciones para proteger negocios familiares o de grupo. Ya basta de la mediocridad de “Mas vale malo por conocido….” Hoy que recupera espacios mediáticos la Iglesia, el clero católico veracruzano recomienda al electorado que antes de votar hay que revisar trayectorias y curriculum vitaes de los candidatos a 212 alcaldías de Veracruz y las 50 curules de diputaciones locales , al tiempo que exhorta a los candidatos de los distintos partidos a conducirse con prudencia y no abusar, al usar eventos eclesiásticos como foros para exhibirse, ni e l poder para enriquecerse. La política es ética y la moral no es un árbol de moras.»

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.