¿Qué está pasando?: Homicidio de Colosio, impune; 19 años después


Por Gonzalo López Barradas, egresado de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Gonzalo López Barradas, egresado de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

El pasado 23 de marzo,  los priistas llevaron a cabo un acto para conmemorar el 19 aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio quien fuera candidato presidencial de ese partido.

César Camacho Quiroz e Ivonne Ortega Pacheco, presidente y secretaria respectivamente del PRI  comenzaron el recordatorio haciendo una guardia de honor frente al busto del sonorense acribillado hace 19 años en la colonia Lomas Taurinas, en Tijuana, BC.

¿Pero qué importancia tiene recordar esa fecha? ¿Quién de los nuevos funcionarios o aspirantes priistas a alcaldes y diputados que en su afán de aparecer en los periódicos fueron a montar guardia de honor ese día ante los monumentos erigidos en memoria de Colosio conocen su ideario, su pensamiento?

Muchos de ellos todavía eran unos chavos, o no les interesaba  y menos que hubieran matado a un político.

Hay, sin embargo, en cada entidad una Fundación Colosio que la verdad sea dicha, no se sabe para qué sirve o qué hace. Aquí en Veracruz está a cargo de Fernando Sánchez quien sin pena ni gloria se la pasa haciendo actos cívicos o conmemorando a veracruzanos ilustres y nada más.

El crimen de estado que sacudió a la nación

 

El siglo pasado y durante los gobiernos priistas destaca sobremanera el del presidente Carlos Salinas de Gortari, porque fue en ese sexenio en donde hubo más crímenes de estado (el obispo Posadas, en Guadalajara, Colosio y Ruiz Massieu) que desde el asesinato de Álvaro Obregón no se habían dado esas circunstancias, después de ello el homicidio político más importante, indudablemente fue el  de Luis Donaldo Colosio Murrieta.

En la gráfica, José Córdoba Montoya, quien junto con Carlos Salinas de Gortari fueron los directores de escritorio, con recursos logísticos, tácticos, financieros y humanos para propiciar el crimen de Luis Donaldo Colosio

Este asesinato, según se dijo hace 19 años, fue planeado, instrumentado, vigilado y supervisado desde las más altas esferas del poder. Carlos Salinas y José Córdoba fueron los directores de escritorio, con recursos logísticos, tácticos, financieros y humanos; el mayor Héctor Eustolio Morán, la mente logística; y Domiro García Reyes, la mente operativa, detrás de Fernando de la Sota.

El investigador  privado Humberto López Mejía aseguró y acusó a Morán de haber sido un gran estratega militar, un planeador nato y un formador de cuerpos de élite, que hizo los planos del crimen y la ingeniería de detalle, con un ensayo previo en Michoacán. Se comprobó eso cuando quince empleados que tenía lo acusaron en las declaraciones ministeriales.

La información que tenía López Mejía implicaba a políticos importantes porque sabían, igual que Colosio, que lo iban a matar. Tanto Patricio Chirinos, gobernador de Veracruz, como Otto Granados Roldán, de Aguascalientes, le pidieron a Colosio su renuncia. Inclusive el propio coordinador de campaña, Ernesto Zedillo, unas horas después de su discurso le envió una carta en la cual se decía: “Luis, para tu conocimiento, y a reserva de contar con el informe definitivo, me permito remitirte la selección de los párrafos más positivos y los menos favorables del discurso, según grupos de enfoque con pulsómetro. Esto se ha ya utilizado para integrar el material de la televisión. Nótese que la parte dedicada al Partido no atrae la atención del público general (o aún no es creíble).

Considero que con su éxito, el discurso ha establecido expectativas y abierto preguntas que deberán abordarse en los próximos días. Las dos tareas son aclarar dudas y reiterar los mensajes favorables. Felicidades de nuevo”. (Rúbrica de Zedillo).

En un principio se creía que fue por el discurso que Colosio pronunció en el Monumento a la Revolución el día 6 de marzo de l994 para conmemorar el LXV aniversario del PRI y del cual transcribimos la parte que pudo haber enardecido a ambos personajes:

“…Yo veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso; de comunidades indígenas que tienen la gran fortaleza de su cohesión, de su cultura y de que están dispuestas a creer, a participar, a construir nuevos horizontes.

Yo veo un México de campesinos que aún no tienen las respuestas que merecen. He visto un campo empobrecido, endeudado, pero también he visto un campo con capacidad de reaccionar, de rendir frutos si se establecen y se arraigan los incentivos adecuados.

Veo un cambio en el campo; un campo con una gran vocación productiva; un campo que está llamado a jugar un papel decisivo en la nueva etapa de progreso para nuestro país.

Yo veo un México de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan; pero también veo un México de trabajadores que se han sumado decididamente al esfuerzo productivo, y a los que hay que responderles con puestos de trabajo, con adiestramiento, con capacitación y con mejores salarios.

Yo veo un México de jóvenes que enfrentan todos los días la difícil realidad de la falta de empleo, que no siempre tienen a su alcance las oportunidades de educación y de preparación. Jóvenes que muchas veces se ven orillados a la delincuencia, a la drogadicción; pero también veo jóvenes que cuando cuentan con los apoyos, que cuando cuentan con las oportunidades que demandan, participan con su energía de manera decisiva en el progreso de la Nación.

Yo veo un México de mujeres que aún no cuentan con las oportunidades que les pertenecen; mujeres con una gran capacidad, una gran capacidad para enriquecer nuestra vida económica, política y social. Mujeres en suma que reclaman una participación más plena, más justa, en el México de nuestros días.

Yo veo un México de empresarios, de la pequeña y la mediana empresa, a veces desalentados por el burocratismo, por el mar de trámites, por la discrecionalidad en las autoridades. Son gente creativa y entregada, dispuesta al trabajo, dispuesta a arriesgar, que quieren oportunidades y que demandan una economía que les ofrezca condiciones más favorables.

Yo veo un México de profesionistas que no encuentran los empleos que los ayuden a desarrollar sus aptitudes y sus destrezas.

Un México de maestras y de maestros, de universitarios, de investigadores, que piden reconocimiento a su vida profesional, que piden la elevación de sus ingresos y condiciones más favorables para el rendimiento de sus frutos académicos; técnicos que buscan las oportunidades para aportar su mejor esfuerzo.

Todos ellos son las mujeres y los hombres que mucho han contribuido a la construcción del país en que vivimos y a quienes habremos de responderles.

Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.

Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso.

Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones. Los problemas que enfrentamos los podemos superar.

Yo me propongo encabezar un gobierno para responderle a todos los mexicanos. El cambio con rumbo y con responsabilidad no puede esperar…”

El otro motivo

Según Humberto López Mejía, Colosio propuso al expresidente Salinas de Gortari diversos cambios en el PRI y el gobierno con el objetivo de retirar a José Córdoba Montoya de la Oficina de la Presidencia de la República:

“Se presenta la necesidad de realizar algunas adecuaciones de nombramientos en el Partido y algunos cambios en el Gobierno.

a).- Cambio en el Partido: secretario general, se propone que el actual secretario general ocupe la Presidencia de la Gran Comisión de la Cámara de senadores y en su lugar se nombre a: Emilio Gamboa Patrón, Manlio Fabio Beltrones o Santiago Oñate Laborde. Secretario de información y propaganda a Rafael Reséndiz  Contreras, en lugar de Liébano Sáenz. En la secretaría de Asuntos internacionales a Silvia Hernández. Como tesorero del CEN del PRI a Santiago Gutiérrez.

b).- Propuesta de cambios en el Gobierno: Jefe de la Oficina de la Presidencia a Ernesto Zedillo o Santiago Oñate. Jefe del DDF a Ernesto Zedillo o Enrique Jackson. Contralor general del DDF, Liébano Sáenz. En la Secretaría de Desarrollo Social del Departamento, a Margarita González Gamio. Director general de Servimet, Jaime Sancho Cervera. Delegado en Azcapotzalco, Enrique Díaz Michel. Delegado de Miguel Hidalgo, Luis Miguel Ortiz Haro Amieva, Subdelegado jurídico y de gobierno, Srio. general del Frente Nacional de Organizaciones y Ciudadanos (FNOC), Eloy Cantú Segovia, en lugar de Miguel Ángel Barberena y coordinadora ejecutiva, Paloma Villaseñor. Coordinador del Foro Nacional de profesionales y técnicos, Heriberto Galindo. Coordinador de la Coalición nacional de agrupaciones productivas y de servicios, José Murat Casab. Coordinador del movimiento sindical, Enrique Aguilar Borrego, secretario general del sindicato nacional de la banca y Secretario adjunto del CEN del PRI, Juan S. Millán Lizárraga”.

Colosio sabía que José Córdoba Montoya le era políticamente adverso. Lo había comentado a Juan Maldonado Pereda que era coordinador de su campaña en Baja California y por eso pretendía su separación de la Oficina de Gobierno.

Cárdenas se enfrenta a Córdoba Montoya

 

El fuero con el que gozaba Salinas de Gortari fue suficiente para no ser presentado ante las autoridades judiciales que investigaban el asesinato del candidato a la presidencia. Pero Córdoba Montoya sí fue llamado a declarar el 9 de junio en el Juzgado 23 de lo civil para un careo con el candidato perredista al gobierno de la Ciudad de México, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a quien responsabilizó de haberle causado “daño moral” por las afirmaciones de éste en el sentido de que tuvo qué ver con la ejecución de Colosio, Córdoba demostró que sufría de lagunas mentales o que fue el gran mentiroso que definió la prensa.

Se mostró cínico y hasta burlón, cuando se le preguntó si sabía que don Luis Colosio Fernández, padre de Luis Donaldo, “lo ha señalado pública, reiterada y directamente como el organizador del complot para matar a su hijo”, el ex casi presidente de México refutó el cuestionamiento señalado que “no me consta que sea una declaración auténtica y menos pública o reiterada”.

Colofón

 

La plazoleta en donde Colosio llevó a cabo su mitin, de Lomas Taurinas, en menos de un mes se transformó y erigido un monumento. Cuauhtémoc   Cárdenas logró ser regente de la ciudad de México. Carlos Salinas de Gortari, el autor intelectual principal y después de haber devaluado el peso, se recluyó durante mucho tiempo en Dublín, Irlanda.  Mario Aburto, el supuesto asesino, sigue en la cárcel y su familia vive bien en los Estados Unidos hasta gozan de carta de residencia. José Córdoba Montoya, está administrando su riqueza en sociedad con Raúl Salinas de Gortari, el famoso hermano incómodo del régimen. Los implicados en el magnicidio han desaparecido con excepción del “duende maldito”,  o “el innombrable” que desde que regresó de Dublín, está meciendo la cuna de la política priista y finalmente el papá de Colosio, don Luis (qepd), se conformó con una senaduría y su nieto, Donaldo Colosio Riojas, recorre la República viendo  lo mismo que vio su padre: a un México cada día más jodido y muerto de hambre y de inseguridad…

rresumen@hotmail.com



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