Reportajes: La Batalla de Ampudia y Gina


Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

ginayampudia*Sembró la vocera desconfianza contra subsecretario de Gobierno

*Juan Herrera Marín avisa a todos que el jefe pronto renunciará

*Feroz pelea política que llegó hasta el semanario Proceso, en el D.F.

Sábado 4 de mayo en la mañana. Xalapa. El gabinete próspero en pleno en palacio de gobierno. El gobernador anuncia la renuncia de Salvador Manzur Díaz a la Secretaría de Finanzas y Planeación. Cae el segundo titular del ramo. Apenas y duró 52 días.

Desde ahí, el filósofo José Enrique Ampudia Mello, subsecretario de Gobierno, avisa a su equipo de yunistas: “De un momento a otro nos iremos”.

Y como los peces y los panes, la filtración se multiplicó. Es más, 48 horas antes deambulaba por ahí.

Por ejemplo, en el puerto jarocho, el jueves 2 de mayo, Juan Herrera Marín, el porro del CDE del PRI con Gonzalo Morgado Huesca, director de Seguridad Pública del vicegobernador Miguel Ángel Yunes Linares, el agricultor cañero en Tierra Blanca, representante de Ampudia, congregó a su equipo y les confesó: “Si Ampudia se va de la subsecretaría, nos vamos todos”.

Fue aquel día cuando Leandro Castellanos, asesor ideológico del alcalde Efrén López Meza, perseguido por Yunes Linares por desfalco en las arcas municipales, delegado de Política Regional de Ampudia, gente del exdantista y yunista Luis Sardiña, “El coño loco”, fuera despedido y relevado por el líder de taxistas Mario Ortiz.

Amante del cine, la música, la soledad y los whiskies, 20 años el cuaderno de rayas de Yunes Linares, Enrique Ampudia anunció así su renuncia. Incluso, el domingo 5 de mayo la noticia llegó a la prensa escrita. Dejaría la subsecretaría de Gobierno, el tercer político en el cargo después de los ideólogos Erick Lagos y Tomás Carrillo, “El capulina”.

Pero, además, anticipaba que treparía al ferrocarril peñista, luego de que mirara flotar el barco próspero. La renuncia de Salvador Manzur, celebrada en grande en Tuxpan por “El cisne”, Alberto Silva, soñando con el 2016. Y la renuncia de Ampudia festejada a lo lindo por su enemiga pública número uno, María Georgina Domínguez Colío, la vocera próspera.

GINA DOMÍNGUEZ GANA OTRA BATALLA

De acuerdo con las versiones, la triste y desalmada historia de la cándida Gina y Ampudia inició en los días acaso, antes quizá, de las videograbaciones del “ranulgate”. Mejor dicho, habrían estallado.

Hacia el interior del gabinete la cantaleta era la siguiente: según la vocera, el subsecretario filtraba información a tirios y troyanos, políticos defeños, federales y una parte de la prensa.

Incluso, la vocera habría perdido la serenidad cuando en el semanario Proceso retomaron el asesinato de la corresponsal en Veracruz, Regina Martínez, ligado a las grabaciones donde el complot se encaminaba al secuestro del reportero Jorge Carrasco Araizaga, en un operativo planeado en Xalapa en una residencia del fraccionamiento “Las ánimas”.

Y más, por lo siguiente: el gobernador de Veracruz, con el procurador, la vocera, y al parecer como dama de compañía, la secretaria de la Comisión de Periodistas, Namiko Matzumoto, debieron comparecer en las oficinas de Proceso por órdenes superiores.

Todo, para desmentir el complot contra Jorge Carrasco, cuando en Proceso hablaban de tener pruebas, filtradas, según la vocera, por el subsecretario Enrique Ampudia.

Es más, días antes fue filtrada una foto de Ampudia, con chamarra de cuero, negra, el pelo alborotado, los ojos cerrados, cantando eufórico, con ademanes y rictus, acompañado por un trío, celebrando, se dijo, la victoria de su amigo Miguel Ángel Yunes Linares con sus candidatos panistas a las presidencias municipales y diputaciones.

En el búnker de Ampudia, los yunistas culparon a Gina Domínguez.

Y cuando el sábado 4 de mayo, el gobernador anunciara la dimisión de Salvador Manzur a SEFIPLAN, Ampudia filtraba en las redes sociales y en la prensa su salida del gabinete.

Horas después vendría el atentado a los migrantes de Centroamérica trepados en “La bestia” en el tramo ferrocarrilero de Coatzacoalcos a Medias Aguas, Sayula de Alemán, mientras en el altiplano, PAN y PRD insistían en un proceso penal contra los 59 funcionarios jarochos involucrados en el “ranulgate”.

Con todo, flotaba el barco duartista, pero el filósofo Enrique Ampudia alistaba su maleta para dejar la Subsecretaría de Gobierno.

Gina Domínguez, llamada la vicegobernadora, ganaba una batalla más:

Una: la renuncia del doctor Pablo Anaya Rivera a la secretaría de Salud, y quien nunca se le subordinó.

Dos: el aterrizaje del cardiólogo Juan Antonio Nemi Dib, su asesor ideológico, en la SESVER.

Tres: la renuncia de Tomás Ruiz González en SEFIPLAN y quien, también, jamás se le tiró al piso.

Pendiente para ser exhibido en la hoguera pública, Adolfo Mota Hernández, secretario de Educación, que siempre le ha llevado las contras.

Ampudia Mello estaría alistando, quizá ya tendrá listas las maletas… para irse.

La vocera sueña con el siguiente cargo…, camino al 2016.

En Tuxpan, el ginista Alberto Silva, “El cisne”, festeja el carnaval…

Publicado originalmente: http://www.blog.expediente.mx/nota.php?nId=3540#.UYkIS6LZbTo

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