
* EL HOY NO CIRCULA,
A DEBATE PÚBLICO
Ni sacando la mitad de los vehículos que circulan todos los días en nuestras calles y avenidas, será posible acabar con el caos vial.
Suponiendo, sin conceder, que sean 30 ó 40 mil unidades automotrices las que salieran diariamente de las arterias públicas de esta capital, las complicaciones seguirían siendo las mismas. Obviamente, en ese contexto, tendrían que prescindir igualmente los políticos de sus automóviles, guardaespaldas con carros blindados y demás que les acompañan cotidianamente, porque de otra suerte no habría equidad ni nada que se le parezca.
La hora pico son todas las que tiene el día y a veces la noche también.
La falla la rinden nuestras angostas calles y la carencia de suficientes estacionamientos públicos.
Ni vuelta de hoja. El Hoy no circula al que están sometidos supuestamente mil 600 taxistas diariamente, ni se nota ni ha sido del todo cierto. Los taxistas libres, es decir, los que están fuera del grupo de prestadores de servicios a pasajeros, enlistados en siglas gremiales o de taxis tolerados, en mucho han incumplido con el acuerdo de no salir a «ruletear» en nuestras calles.
Si el propósito es poner fuera de la circulación a los camioneros y automovilistas particulares, que sea, pero equitativa y justamente que incluya a todos. Ciudadanos comunes y automovilistas con placas oficiales, porque no hay porqué distinguir a unos e ir en detrimento de los demás.
Por otro lado, la ciudadanía si va a opinar, lo haga consciente de que todos irán en esa buchaca, porque de otra suerte estarían solapando a unos y perjudicando a otros.
Empero, si aquélla se opone a la medida en cuestión, igual, que se respete la voluntad de las mayorías, pero sacando del tránsito cotidiano a particulares y conductores portando placas de los gobiernos estatal y municipal. Una medida correcta los debe incluir a todos y quizá el ejemplo lo deban exhibir, sobre todo, los llamados servidores públicos. Por favor.
* QUÉ VAN A OFRECER
LOS CANDIDATOS
La gente quiere saber qué ofrecerán los señores candidatos a alcaldes y diputados locales, que vaya a favorecer sus lastimosas condiciones de vida doméstica, laboral, en su seguridad y, por supuesto, en su confort en general, para gozar de la vida buena para la cual fueron inventados los distintos niveles de vida pública y social.
Hasta el momento, la voz de Dulce Dauzón Márquez la han considerado sus escuchas, cuando insiste en que pretende una labor al lado de la gente y en búsqueda de condiciones de vida mejores.
Al efecto, encontró ya que el 38 por ciento de mujeres en nuestras colonias populares son jefas de familia, que tienen dos, tres o más hijos y que sobreviven con 3 mil pesos familias completas al mes.
La pobreza en 300 colonias han acarreado igualmente la falta de escuela para 40 bandas juveniles de delincuentes que hay en la ciudad y, por otro lado, la capital no ofrece grandes expectativas, debido a que en su minoría son burócratas, académicos en los diferentes niveles escolares y, por otro lado, vendedores informales.
Aquí no hay industrias ni nada que se le parezca. Las tiendas departamentales, tendajones en los que se cruzan el dinero y las mercancías, pero que a las mayorías mantiene sólo como consumidores, no diferencian a Xalapa del resto de localidades con viejos o ancestrales problemas domésticos y materiales.
Ya hay candidatos y como precandidatos han abordado algunos rubros, pero nada que los haga consentir que serán salvaguardas de una vida satisfactoria para las mayorías.
La gente quiere saber qué harán para sacar del marasmo en que se encuentra la ciudad, debido a la carestía de los comestibles, la falta de empleos, la ausencia de parques y lugares para la recreación y el deporte, cómo hacer para que el encarecimiento paulatino de los medicamentos sufra un tope o se le coloque un muro de contención y qué hacer los automovilistas para conseguir la reparación de sus vehículos, cuando por la enorme cantidad de baches en nuestras calles se destruyen los neumáticos o las suspensiones son hechas añicos.
En síntesis, el mensaje que espera la ciudadanía sigue pendiente de un hilo. Hasta hoy, la voz de tiradores a alcaldías y curules ha sido para reseñar sólo sus personales ambiciones de ganar más, abatir los rezagos, pero se preguntan todos, si el de sus bolsillos personales o el de sus sueños al estilo Granier, el de Tabasco, cargados de fuerte dosis de cinismo e impunidad. Al tiempo.
* AL MAESTRO
CON CARIÑO
No hay profesión más humanista y llena de sensibilidad que la del maestro.
Los resultados, a diferencia de cualquier otro oficio o ejercicio, se pueden ver y materializar.
Una película, repleta de una impresionante carga didáctica escenificada por el actor de color Sidney Poitier, reflejó una etapa en la vida de este mundo donde las chiquillerías de los alumnos no pasaban de la broma natural surgida de entre los jóvenes, en medio del supuesto rechazo al académico, que orientaba a sus alumnos en lo que hace de su papel con el resto del mundo.
Nada de bullying, porros, gorilas ni simios en las aulas.
Tampoco el maestro que se ausentaba de sus aulas, para protestar y lanzar blasfemias en la plaza pública. El maestro Sidney Poitier, cuyo apostolado seguramente, a la manera como el cura hace de la religión, un trabajo de todos los días y en todo momento, dentro y fuera del púlpito, como el auténtico académico, dentro y fuera de las aulas.
Seguramente, el mejor homenaje para un profesor auténtico es saberse satisfecho con la obra consumada, sin esperar tributaciones que pretenden ser el agasajo del día quince de mayo de cada año. El docente genuino no ha de necesitar de festejos, diplomas ni regalo de libros, es su obligación y la entiende para ejercerla con humildad, con sinceridad y ver por los demás con vocación profundamente humanista.
Mucho en estos días se ha desviado la tarea magisterial, seguramente de origen inventada para formar a los nuevos mexicanos, con miras a ofertar profesionales en todas sus especialidades y considerando sus capacidades, hacia el porvenir de este país.
Maestros en toda la extensión de la palabra.
Un homenaje póstumo sin par, para la maestra Eleuteria Hernández, en la escuela primaria.
Docentes como Prisciliano Hernández, Joel Reyes Barradas, Esther Hernández, Lorenzo Fontecilla, también en aulas de primeras letras.
Josué Mario Montero, Enrique Lobato, Elfego Sánchez Granillo y Lucía Sánchez, en la preparatoria.
Académicos de la talla de Alfonso Valencia Ríos, Francisco Gutiérrez y González y Antonio Salazar Páez, en la ex facultad de periodismo.
Un Othoniel Rodríguez Bazarte, Faustino Vázquez Enríquez, Laura Ramírez González, Lauro Jácome Altamirano, entre otros, de la facultad de derecho.
Maestra con reconocimiento en la cuenca del Papaloapan, Mercedes López Hernández, y más académicos, que suscriben diaria
