
Diego Rivera en el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, que data de 1948, aparece retratado con el aspecto que debía tener a principios del siglo pasado; pantalón corto y sombrero de paja, en los bolsillos una rana y una culebra, juguetes vivientes. Frida Kahlo, le impuso el apelativo de sapo-rana.
Historias de ranas, muchas. El rey rana o Enrique Férreo, de los hermanos Grimm. Las ranas, de Aristófanes. Y que, de aquellas que dicen que hay que besar 1000 ranas para encontrar al príncipe azul. Esto aquí en México, no sería ningún problema.
México ocupa el primer lugar en el mundo en riqueza de reptiles. Y las ranas situadas en el grupo más numeroso de anfibios. Cerca de 3500 especies de sapos y ranas en diferentes hábitats que van desde desiertos, pastizales y altas montañas hasta bosques tropicales lluviosos.
Las ranas a diferencia de los sapos, tienen desarrolladas las patas posteriores para dar enormes saltos, sus manos y pies están provistos de una membrana en sus dedos que facilita la natación. La piel de la rana es lisa y suave al tacto. Mientras que los sapos tienen piel rugosa y llena de verrugas. Los sapos son venenosos. Solamente algunas especies de ranas tienen glándulas parótidas productoras de veneno como mecanismo de protección.
Son ampliamente usadas en la alimentación, la enseñanza y la investigación. Los estudios de su anatomía y fisiología han contribuido al entendimiento de la evolución de los vertebrados. Así como en trasplantes de órganos y pruebas de embarazo en mujeres. Pero, en México la devastación de áreas naturales junto con la contaminación, amenazan extinguirse a 90 especies de sapos y ranas.
Hoy 20 países a nivel mundial, entre ellos Alemania, Japón y China, recibirán de Estados Unidos, ranas creadas en estanques de México. De enero a junio serán 60 mil y de septiembre a diciembre, como 100 mil animales, para los fines anunciados. Creatividad en los negocios. Esto es aprovechar la biodiversidad de México.
Periodista y Docente de Desarrollo Sustentable
