
* SEGURIDAD, EMPLEO,
SALUD Y DEPORTE
A los xalapeños no les importa que un candidato les diga que hará lo imposible por entenderlos y que encabezará las tareas que esperan de aquéllos que, más políticos, se contentan con elevar promesas, declarar acciones tronantes, pero que a la postre son sólo discursos.
La ciudadanía le dijo a Dulce Dauzón Márquez que los xalapeños tienen hambre, que la enfermedad avanza y, por ende, que la desnutrición, la diabetes, la tuberculosis y el sida ensombrecen aun más su complejo porvenir.
38 por ciento de cabezas de familia son mujeres, madres solteras, y en algunos casos una fila de hijos que también comen.
Es decir, que el desempleo aparece como fantasma en las colonias periféricas inclusive, sin que aparezcan los milagrosos proyectos que saquen de la pobreza a una mayoría aplastante.
Son muchos los candidatos a los puestos de elección locales, tres para ser concretos. Las curules rural y urbana y la chamba de alcalde están en juego, sin embargo ninguno de los habitantes de la ciudad ha podido distinguir entre justicia social, hambruna con desolación, un pueblo que se hunde en la inseguridad, porque sus representantes difícilmente abordan los temas lacerantes y que duelen a cada uno de los habitantes de la otrora ciudad de las flores.
El mensaje de los políticos suele ser hueco, nomás para salir del paso, cuando la problemática que más afecta a la ciudadanía se deja intocada.
Hay 40 bandas juveniles de delincuentes y las potenciales alternativas de respuesta a dichos muchachos, nadie ha rendido.
Los hospitales carecen hasta de lo esencial en sus equipos de cirugía y tratamientos especializados, pero igual, la salud pública no luce a ningún político.
Xalapa, junto al puerto de Veracruz, se disputan los primeros lugares por cuanto a la cantidad de pacientes de sida, quienes son ejemplos impuestos de manera contundente, pero el tema sigue siendo tabú y ahora en absoluto ninguna iniciativa de ley que vaya a regular la convivencia entre personas del mismo sexo.
Es decir, los hombres públicos no son congruentes con la realidad social y los aspirantes también siguen sin tocar la agenda que más duele en días como éstos a la sociedad en su más amplia acepción.
* PANISTAS SIGUEN LA
RUTA DE PERREDISTAS
Con la salida de Ernesto Cordero de la coordinación de senadores panistas, pero quien cuenta con una mayoría entre sus iguales en el Congreso de la Unión, puede avizorarse que los panistas seguirán la ruta que están cubriendo en forma apabullante los perredistas.
Posiblemente, la ruptura entre los calderonistas y los maderistas sea la razón de peso para romper con esta luna de miel que duró los doce años de gobiernos albiazules desde la residencia oficial de Los Pinos.
No se conforman los panistas con haber perdido la tercera búsqueda de poder presidencial en este país.
Es evidente el pleito que mantiene Gustavo Madero, a quien han bautizado con el mote de El Tibio, por aquello de su disciplina abyecta al régimen tricolor, y que Ernesto Cordero estaría haciendo el papel de oposición con congruencia desde la cámara alta del Congreso de la Unión.
Ciertamente, la sociedad mexicana se encuentra hasta el asco escuchando de divisionismos y encuentros estériles, porque nada aportan a un sistema que se precia de ser democrático, empero la esperanza de millones, seguramente de panistas, es que su partido ostente con dignidad su papel de ser ahora oposición.
Ruptura sobre todo, cuando buena parte del país tiene en puerta la celebración de procesos municipales y la desbandada seguramente amenaza las trincheras albiazules, lo cual pareciera imposible, pero que puede ocurrir, virtud a los divisionismos que evidencian a un Madero nada parecido a su pariente histórico, y la otra corriente que encabeza Cordero, en nombre del ex presidente Calderón Hinojosa.
Cisma en las trincheras y filas de Acción Nacional, que más parecieran acercarse al proyecto autodestructor que han mantenido los perredistas sobre todo en las últimas semanas.
Lo cual a la distancia, refleja igualmente la cauda de ambiciones, desencuentros y encuentros que en aras de conseguir el poder tienen que enfrentar y cruzar las familias partidarias, en días como estos cargados de fuerte dosis de miseria política y humana, en que se debate igualmente la familia política, no importa la sigla o membrete al cual pertenezcan los ejércitos de rijosos políticos.
* REGLAMENTO PARA
PROTEGER A LAS MASCOTAS
No bien se sabe que el reglamento que rige, ordena a los dueños de mascotas y que salen a la calle y los parques con intenciones de pasearlos, deberán cuidar y recoger las heces fecales que vayan dejando a su paso los perros y gatos, sobre todo.
Obviamente nadie respeta esta disposición, o si lo hace, constituye una minoría aplastante.
Un ejemplo lo impone el parque de Los Berros, hasta donde llegan numerosos canes jalados por sus propietarios, pero que no recogen las heces fecales, sembrando un césped de porquerías, pero sin considerar ni el medio ambiente que se enturbia y, por otro lado, el resto de la ciudadanía tiene que enfrentar un fenómeno que pareciera no cesar.
Ahora se sancionará a quienes afecten, dañen o golpeen a los animalitos callejeros sobre todo, aunque nadie sabe cómo le hará la autoridad municipal para estar atenta a dichos actos y que reverdecen la fea época de las cavernas, en que la fuerza bruta se imponía a los débiles y, en este caso, que se propone exterminar a las mascotas, sin aparente conducción de sus propietarios.
A ciencia cierta, el combate que muchos han emprendido contra las mascotas comienza en la calle y concluye en la casa, es decir, cuando el jefe de familia opta por el maltrato de los animalitos que ya no son vistos bien, que nadie los quiere, porque empezaron a envejecer.
Hay asociaciones dizque destinadas a proteger la vida de mascotas, sin embargo las condiciones en que se desarrollan sus actividades no son las adecuadas ni consecuentes con la vida animal, y queda vacilante o pendiente la respuesta a la interrogante que lleva a cualquiera que ama los animalitos, ¿quiénes se encargan de cuidar que no haya heces fecales regadas en nuestras calles y avenidas? Y la otra: ¿Quién va a sancionar a los malosos, que igual son vistos maltratando y golpeando a los animalitos domésticos en las calles de la ciudad?
Porque en ambos casos, ni una ni otra reglamentación se aplican, ni cumplen, pero más aun, nadie las sanciona ni corrige. ¿Entonces?
