Crónicas: Los mercenarios


Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

*Elites políticas de Veracruz negocian cargos públicos con sentido patrimonialista

*Othón Porres, el magnate cordobés con más fuerza priista en sexenio próspero

*El último premio a un tricolor que amenazara con refugiarse en el PAN jarocho

Los mercenarios de la política les llama el maestro Carlos Ernesto Ronzón Verónica; también, en otros casos, “productos desechables”.

Son aquellos que convierten todas y cada una de las acciones de la política es negociación, lícita o ilícito, limpia o sucia, pues el objetivo es uno solo: mirar, vivir, ejercer la política, la administración pública, con sentido patrimonialista.

Ramón Ferrari Pardiño, magnate turístico, exalcalde de Boca del Río, exdiputado federal, exsecretario de Desarrollo Agropecuario en el alemanismo, titular de la CODEPA, Comisión de Desarrollo del Papaloapan, luchando de manera feroz por imponer a su nieto, Aldo Rebolledo Ferrari, de candidato a regidor en la planilla del priista Sergio Pazos junior.

Fernando Arteaga Aponte, director del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Veracruz (CECyTEV) de la Secretaría de Educación, cortándose las venas para imponer a un hijo de candidato a regidor en Boca del Río y a la hija en el puerto jarocho.

La AVE del biólogo Alfredo Tress, exdantista a cuyo líder emblemático abandonara luego de que lo ungiera líder estatal de Convergencia y diputado local al servicio del expanista Manuel Espino, para tejer y destejer con las candidaturas (muchas, la mayoría, nacidas para perder) de alcaldes y diputados locales.

Unos panistas icónicos, habilitados como candidatos bajo sospecha del PRD rojo, en el puerto jarocho, por ejemplo, Julio Saldaña para alcalde y el doctor Leandro Rafael García Bringas para candidato a diputado priista pluri.

En tanto, otro panista desertor por conveniencia, José Ramón Gutiérrez de Velasco, extesorero municipal y exalcalde, quien “en la plenitud del pinche poder” edilicio impusiera a su esposa de diputada local, cobijado ahora como ideólogo del CDE del PRI del Jesús Reyes Heroles del siglo XXI en la tierra jarocha, Erick Lagos Hernández, antiguo espadachín de placeres con Harry Grappa, secretario de Turismo.

El priista Dalos Ulises revela que el PAN y otros partidos, sin precisar datos, nombres, fechas, propuestas, le han tentado con una candidatura en Xalapa y, entonces, despiden como “producto desechable” a Eduardo Aubry de Castro de la Procuraduría Estatal del Medio Ambiente (con fama pública de haber desbordado el vaso) y ahí entra de relevo cuando, caray, todo indicaba que el cargo estaba destinado para Ainara Rementería Coello. Pero bueno habrá otro espacio.

Juan Manuel Díaz del Castillo deja la secretaría particular del gobernador por la candidatura a la alcaldía de Córdoba, se promociona hasta con su boda en las redes sociales con una mesa de regalos en Nueva York y, de pronto, como “producto desechable”, lo bajan del caballo a la mitad del río y aparece, ni modo, premio de consolación, como candidato suplente de Francisco Portilla Bonilla para la diputación local, convirtiéndose el exalcalde en el nuevo “Pinolillo” cordobés, el Silvestre Aguilar Morás, quien toda la vida se encaramó en el poder político.

Y bajan a Díaz del Castillo porque de pronto se le atraviesa Salvador Abella, el yerno del magnate azucarero Othón Porres Bueno (quien ya lleva dos secretarías al hilo con Juan García y Erick Porres) y hermano del dueño del periódico “El buen tono” José Abella, y lo apuntalan como candidato a la alcaldía.

¡Ah! y todavía, de ñapa, la prensa rosa de Córdoba cacarea que los hermanos Salvador y José tienen malas relaciones, tipo Caín y Abel, tipo Rubén y Humberto Moreira en Coahuila, tipo Cuauhtémoc y Tonatituh Pola Estrada en el puerto jarocho.

LUNA DE MIEL ENTRE LAS ELITES

Mercenarios, productos desechables, apenas la campaña de los candidatos a los cargos edilicios está por iniciar y Ramón Poo Gil ya lleva dos, tres coordinadores. El primero, el hermano de Luz Carolina Gudiño Corro, depuesto; Fernando Arteaga, depuesto; ahora, la silla está lista para el diputado federal Fernando Charleston Hernández, aquel que en los años defeños solía cantar en las noches a los amigos Salvador Manzur y Javier Duarte en un departamento las canciones de José José, intercambiables con sueños futuros.

El presidente del CDE del PRI, Erick Lagos, fiel a las lecciones de su maestra Anahí para guardar secretos, carga como un tesoro la lista de los candidatos priistas a la diputación pluri, por si de aquí al 3 de junio, fecha del registro en el IEV, Instituto Electoral de Veracruz, necesitan seguir efectuando más ajustes pues la política, ni hablar, así es, acuerdos y pactos de última hora, aunque de por medio la palabra del jefe máximo se traicione a sí mismo.

Los políticos, repartiéndose Veracruz, los cargos públicos, el erario, el dispendio, el derroche, la obra pública, las concesiones, los subsidios, las becas, el tráfico de influencias, multiplicando una historia de desigualdad donde un 20 por ciento de la población de un total de casi 8 millones de paisanos son dueños de más del 60 por ciento de la riqueza estatal.

El vértigo político, social y económico: con fama pública de millonario y de coleccionar chambas, el alcalde sustituto de Boca del Río, Anselmo Estandía, impuso a su hijo como candidato suplente a regidor, en tanto él mismo cabildea para blindar al “Festival de la salsa” para quedar instituido, digamos, como el festival Tajín, de Miguel Alemán Velasco, y promoverse desde ahora como el titular.

Claro, con todo el apoyo oficial desde cuando manipulara al síndico único para una iniciativa de ley prohibiendo limosneros, migrantes, franeleros, anexos, conexos y similares en la “gran tierra de oportunidades” que descubriera el panismo cuando fuera autoridad municipal Adrián Ávila Estrada, Ángel Deschamps y Miguel Ángel Yunes Linares.

Mercenarios, productos desechables, de cara a la elección de alcaldes el 7 de julio, una parte en unos casos, todos en otra, los partidos políticos de Veracruz de oposición han quedado como partiditos satélites del PRI, atrás de las prerrogativas y las canonjías presupuestales.

Y si de eso se trata el ejercicio del poder, el reparto de las mieles entre las elites, que siga la migración de paisanos a Estados Unidos, mientras soñamos con nuevos Mixtlas de Altamirano donde por decreto se acuerda la extinción de la pobreza y la miseria que nunca pudieron lograr ni Jesús muriendo en el Gólgota ni Carlos Marx soñando con la dictadura del proletariado…
Publicado en: http://www.blog.expediente.mx/nota.php?nId=3668#.UaYOlNLZbTo

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