60 Segundos: Va de todo en las listas ante el IEV


Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

* VA DE TODO EN
LAS LISTAS ANTE IEV

En realidad, va de todo, como en botica; de chile, manteca y frijoles.
Ningún personaje, nada de eso. Simples mortales que ansían las curules de regalo, ya que sin promover nada, gastar un peso, se embolsarán sendas curules ante el Congreso local.
La sigla partidaria es lo de menos, hay que llegar, reza un viejo priista, al advertir que en sus tiempos, cuando la oposición era menos real que la actual, pero dijo que había que hacerle al cuento y posteriormente, ya en la curul aplastados, levantaría siempre el dedito cada que el «capitán» del equipo lo ordenara.
Largas fueron las épocas en que se dieron las nominaciones de diputados que lamentablemente no sabían ni leer ni escribir.
Un día, don Agustín Acosta Lagunes, de gira por las calles de Tuxpan de Rodríguez Cano, conoció a un hombrecito del pueblo, campanero del único camión recolector de la basura, a quien apodaban como «El Cachetes», al cual trató, le cayó bien al mandatario estatal y éste le ordenó al dirigente del PRI, en ese entonces, que lo nominara candidato a diputado.
«El Cachetes» llegó a la cámara haciendo un verdadero show. Dicharachero, alegre, jovial, cantante, pedía algo a los periodistas: no me ataquen, yo no tengo la culpa de haber llegado…. Y en honor a la verdad, las líneas a su papel de representante popular eran para empujarlo a que hiciera de gestor, no más.
Cuando dejó de ser diputado, Lucio Martínez retornó a su natal Tuxpan, pasó a las lides burocrático-administrativas del sindicato en que militaba, porque ya no volvió a levantar una sola bolsa de basura en la tierra natal de Jesús Reyes Heroles y Demetrio Ruiz Malerva. Más tarde «El Cachetes» buscaría el abanderamiento el PRI para ocupar la alcaldía municipal, pero no la logró, culpando de este soslayo a su persona al padrino del momento de esa municipalidad, Pericles Namorado Urrutia.
Empero, fueran o no los diputados del PRI, la gente común los consideró parte de los equipos de gobierno del estado….. La trilogía de poderes eran, ojalá no siga siendo letra muerta dentro de la democracia a la mexicana en la provincia.

* SILENCIO DE
JUICIOS ORALES

La denuncia fue puesta, pero la respuesta no la hubo.
Las agencias del MP y los juzgados que conocerán de las investigaciones y comparecencias en los juicios orales, no cambiaron de titulares, son los mismos, que hicieron de la procuración de justicia y la aplicación de la ley un juego sucio, pero jugoso a la vez.
Los mismos vicios, mañas y las gratificaciones que se tienen que cobrar por los servicios prestados a las clientelas, en que se transforman los hombres y mujeres que claman justicia.
No hace falta ser sabihondos, clama un abogado postulante, para ser en esas condiciones, pero si se trata de romper con inercias y los tradicionales obstáculos, para conseguir la imparcialidad en el dictado de los veredictos judiciales, luego entonces tendrían que renovarse conductas y funcionarios.
La práctica de un juicio, con el moderno sistema en Veracruz, demandaría fiscales y jueces honestos, con conocimientos del ámbito jurídico y sobre todo con un acervo cultural respetable.
En esto no hay necesidad de contar con juristas cargados de medallas y posgrados, lo deseable es que sepan aportar las reglas menores de la decencia, la honestidad y el conocimiento de una sociedad sufrida y apabullada por todo, a la hora de rendir sus resoluciones. Porque de por medio se encuentra la libertad, la integridad y el patrimonio de las personas.
Ya hubo una voz que condenó a un rotundo fracaso el cometido de los juicios orales, cuando a su personal, fiscales y jueces –con sus honrosas excepciones–, culpan de que son los mismos que dieron la espalda a la impartición de una justicia expedita, clara, eficaz e imparcial en el pasado reciente laboral de esos personajes.
Sin embargo, el papel de escucha, pero sin hacer caso, suele ocurrir como contestación periódica a los reclamos más elementales de democracia, justicia y lealtad, cuando de reivindicar dignidades se trata.
O en su defecto, silencio sospechoso, cuando no hay los elementos para brindar a la sociedad los procuradores y jueces, que en un momento de transición y limpieza en el escenario de la ley y la justicia, no existen simplemente.
Bueno fuera saber la definición que pudieran rendir a los señalamientos que han hecho expertos en la materia en contra de sus instituciones, y que tienen bajo su cargo los señores Felipe Amadeo Flores Espinosa y Alberto Sosa.

* INDIGENTES, PEDIGÜEÑOS
Y AMBULANTES, LA PLAGA

No hay cabida para la menor duda, los indigentes, pedigüeños y ambulantes, además de constituirse en detonadores de mayor pobreza, igual se acusa que forman parte de los ejércitos de compatriotas que se atrincheran en los espacios que el grueso de la sociedad, política y social, mantiene en jaque.
Es decir, que contra indigentes, la mano dura de las instancias del poder público suelen proceder para retirarlos y hacer menos grotesca la imagen de nuestras ciudades, en el sentido de que son espacios para el trabajo, la diversión sana y, por otro lado, para ser punto de atención a los viajeros y turistas.
Ciertamente los esfuerzos de Edgar Portilla Salazar, el funcionario responsable de los arreglos legales del comercio y el ayuntamiento, han sido importantes con miras a limpiar de pedigüeños y vendedores informales las calles y avenidas de la ciudad, con el problema de que su faena se imposibilita ante el arrojo y aparición de mayor número de actores de los tres renglones que más lastiman la sensibilidad de la sociedad.
Cando se anuncia que se hará la limpia de este fenómeno que es social, aunque su fondo obedezca a razones de peso económico o financiero, lo menos que trasciende es el cómo, porque finalmente la imagen citadina es la importante, empero, las alternativas de respuesta que las instituciones tienen ante los pordioseros, los indigentes que pernoctan todas las noches sobre los quicios de edificios públicos y las banquetas del ramal de arterias públicas que se localizan en el centro de la ciudad.
El rechazo a la invasión de ambulantes tiene en el comercio establecido a su principal detractor. El conflicto que representan no ha sido asumido por ninguno de los candidatos a alcalde y diputados locales.
Cierto es que igual, como los indigentes, los comerciantes sin destino muestran el lunar negro y muy lamentable de una sociedad en creciente deuda con los sin nada, porque al final del día, el problema alcanza los extremos de la pobreza, la riqueza y los poderes públicos de la jerarquía burocrática que usted quiera.
El fenómeno se acrecienta, como el de los vándalos, que reciben el acopio de mayor número de muchachos sin ningún porvenir. O acaso nomás el problema es de pobres, pedigüeños y ambulantes.
A propósito de la monumental gresca suscitada en la zona de Los Cántaros, para festejar la quema de códigos que escenificaron los futuros juristas egresados de la Universidad Veracruzana, también se vieron invadidos por legiones de jóvenes que, como los ninis, ni estudian ni trabajan, pero sembraron por momentos de terror la noche de fiesta, debido a la cantidad impresionante de licores y el consumo de enervantes –según cuentan algunos asistentes– que se consumieron y acabaron con la tradicional muestra en una copia de Sodoma y Gomorra.

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