¿Qué está pasando?: Misóginos, máscara de muchos hombres


Por Gonzalo López Barradas, egresado de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Gonzalo López Barradas, egresado de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Nuestra intención fue escribir sobre las primeras damas que ha tenido Veracruz y que han acompañado a sus esposos, los gobernadores, como presidentas del DIF  (hay mucha tela para cortar), pero consideramos mejor tratar otro aspecto de las mujeres, dadas las circunstancias políticas que estamos viviendo en estos días, ya habrá otra oportunidad para escribir sobre lo demás. Hoy nos abocaremos (verbo pronominal) sobre los misóginos.

Comúnmente se confunde a la misoginia con una forma extrema de sexismo y aún de machismo: la misoginia no consiste en ser partidario del predominio del hombre sobre la mujer, sino en pensar que el hombre debe liberarse de cualquier tipo de dependencia del género femenino. La mujer, y como consecuencia la concepción y la familia, son consideradas como aberrantes y rechazables, o en todo caso, tal vez buenas o necesarias para otros, pero no para uno mismo.

La misoginia en la historia, nos enseña que en algunas épocas de diversas civilizaciones han sido más misóginas que otras; pero la raíz de la misoginia moderna es doble; por un lado, griega, a través de mitos como el de Pandora y de monstruos femeninos altamente simbólicos como las Sirenas, las Arpías, Escila y Caribdis o la Esfinge, o de filósofos como Aristóteles, quien escribió que las mujeres eran biológicamente inferiores al varón. En el Medievo el cuerpo desnudo de la mujer era contemplado en el arte como sinónimo de Eva y el pecado original, mientras que en el Renacimiento aparecía como Venus o representante del goce epicúreo de la vida. Alfonso X el Sabio consideraba a la mujer «la confusión del hombre, bestia que nunca se harta, peligro que no guarda medida».

Probablemente para muchas personas es nuevo escuchar este término. Etimológicamente la palabra misó-gino viene del griego antiguo, y está compuesto por las palabras “miseo” que significa “detestar, odiar” y la palabra “gyné” que significa “mujer”. La Real Academia de la Legua Española lo define como un adjetivo para identificar a los “hombres que odian a las mujeres, y manifiestan aversión hacia ellas o rehúyen su trato”.  Los hombres  misóginos son los que se caracterizan e insisten en mantener a “su mujer” bajo su autoridad, control y protección.

La palabra misógina tiene pocos años de estar de moda (en tiempos de nuestros abuelos ni siquiera se conocía el término). Sin embargo, pocas personas saben su verdadero significado. Si nos dedicáramos a hacer una encuesta para preguntar ¿qué es un misógino?, le aseguro que la mayoría de la gente dirá que es un hombre que odia a las mujeres. Si les pedimos que den una descripción más amplia de su conducta, lo más probable es que te describan las actitudes de un macho, sobre todo mexicano.

No obstante se ha considerado que un misógino es un hombre que necesita y teme a las mujeres al mismo tiempo y están obsesionados con el control de la mujer, ya sea su pareja o su secretaria o alguna que pide chamba. ¿Por qué la quieren controlar? Porque no quieren que los abandonen. ¿Por qué la humillan y maltratan?, pues para que ella no tenga una posición de poder. Estos personajes tienen tres personalidades: se sienten príncipes, son patanes (machos calados) o niños heridos, que necesitan cariño.

Este tipo de hombres por lo general no aceptan la superioridad intelectual de su pareja, disfrutan enormemente haciendo llorar a una mujer, y se sienten plenamente halagados y hacen alarde cuando sus compañeras sexuales le ruegan, le piden disculpas frecuentemente, le suplican, y le dicen que no pueden vivir sin ellos.

Los misóginos también se caracterizan por que ellos sí pueden ser infieles empedernidos, pero no son capaces de tolerar una infidelidad de sus parejas, y hasta las amenazan de muerte. Tienden a rechazar a las mujeres cuando son más inteligentes, independientes y realizadas. No son capaces de aceptar el cambio tradicional del rol de la mujer, y lo condenan como una amenaza a la violación de la naturaleza humana.

Muchos de estos hombres están convencidos, y porque así se los han hecho creer desde muy pequeños, que las mujeres son intelectual, mental  y espiritualmente inferiores. Cuando se casan, estos hombres son muy manipuladores con sus esposas, y las tratan de convencer que ellas son “la pequeña maravilla”, “la reina del hogar”, “que él la hace dichosa como mujer”, “que nadie la va a querer y hacer feliz como él”, “que él es el único que la complace en todo”, “Que otras mujeres la envidian por estar con él”, “que él es el amo y dueño de su ser”.

Algunos misóginos pueden aparentar ante los demás como los más románticos del mundo, pero cuando están solos en casa, por el más mínimo pretexto se convierten en  un  energúmeno, y fácilmente pierden el control, gritan, mientan la madre, madrean  y humillan a su pareja haciéndola sentir culpable de sus reacciones violentas. Luego “aparentemente” se arrepienten y buscan la reconciliación “perdóname gordita, mi amor, mi vida, mi cielo”), pero para sus adentros se dicen así mismos “qué bueno que reaccioné así, para que aprenda y la próxima vez me respete y sepa quién es el que manda y tiene el poder”. Como podemos ver, estos hombres son sumamente posesivos, controladores y celosos. Les exigen a sus parejas que renuncien a sus gustos, estilos, círculos sociales y trabajo para poder tener mayor control sobre ellas.

Tipos de mujeres que se relacionan con misóginos

Los misóginos generalmente van a dedicar su atención a las mujeres exitosas, inteligentes, muy trabajadoras y seguras de sí mismas. Esto es así porque ellos tienen un elevado ideal de lo que debe ser la mujer y por eso buscan lo mejor, pero también porque solamente ellas representan un reto a su inteligencia y habilidades de seducción, lo que convierte el proceso de conquista en algo muy emocionante e intenso.

De parte de las mujeres, si cuentan con esas características ¿qué las lleva a involucrarse sentimentalmente con un misógino?, ¿por qué no se dan cuenta del peligro que representan y más bien caen en sus manos con relativa facilidad? La respuesta tiene mucho que ver con que, pese a su éxito externo, estas mujeres tienen ciertas debilidades o carencias emocionales.

Algunas mujeres con éxito profesional lo han logrado impulsadas por la necesidad de salir adelante en la vida. Tal vez de ellas dependen unos padres ancianos o enfermos, hermanos más pequeños e inclusive hijos (si son madres solteras o divorciadas). En consecuencia, se han visto forzadas a superarse, trabajar, ganar buenos ingresos y a desempeñarse con eficiencia. Sin embargo, su debilidad radica en que les gustaría contar con un poco de apoyo, son tantas sus responsabilidades y las han sostenido durante largos periodos de tiempo que para ellas recibir ayuda y protección es inclusive más importante que recibir amor, o interpretan el apoyo como amor. Esto las hace especialmente vulnerables ante hombres como los misóginos políticos o del tipo exitoso triunfador, que ofrecen todo tipo de atenciones, cuidados y la satisfacción de sus necesidades.

El tema es muy amplio. ¿Usted conoce a  misóginos?, Sí, son esos que alardean en una reunión y dice inflamando el pecho “en mi casa mando yo”, “el mandilón es mi compadre”. ¿Cuántos políticos, buenos para la enagua, enrolan a mujeres jóvenes con el señuelo de que van a ganar mucha lana si trabajan con ellos? ¿Usted cree que no sean misóginos los funcionarios, el presidente del PRI estatal, Erick Lagos y el mexiquense Jorge Carvallo Delfín, secretario particular del gobernador y otros tantos que con  poder y  lana y la treta del  apoyo para alcanzar una regiduría, una presidencia municipal una diputación ‘u’ lo que sea, caen en las redes?

En fin…  Y como dice don Esteban: “Mis respetos para las mujeres”.

Postdata: este lunes que pasó creó el gobierno duartista, a través de la Subsecretaría, el “Comité de Enlace y Vigilancia Ciudadana de la Comisión Plural Estatal de Preservación del  Entorno Político de Equidad en la Competencia Electoral”.  ¡Pa’ su mecha! ¿Con qué se come eso? Sólo Mariana Aguilar, Manlio Fabio Cazarin, Juan Carlos Stivalet y Leopoldo Alafita lo saben, pues ellos son los encargados de ese rollo y de cobrar un buen sueldo por no hacer nada.

rresumen@hotmail.com

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