60 segundos:Auténticos priistas, posible voto en contra


Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

* MIGUEL ÁNGEL MANCERA
Y LA SEGURIDAD EN EL DF

Cuentan en el DF, a nivel doméstico o casero y en el café, que la llegada de provincianos a la ciudad de México, prácticamente huyendo de sus tierras de origen, incluye a familias completas sobre todo de tres entidades del interior de la república. Sea o no sea cierto, esos viajeros insisten en que se debe al estado de inseguridad que viven en sus lugares de origen quienes se quedan.
En oficinas públicas lo saben.
En los centros de trabajo privados, igual comentario se corre de voz en voz.
La ciudad de México goza de prestigio en cuanto a seguridad pública.
El nombre de Marcelo Ebrard sigue pesando en el gobierno de turno. Entre éste y el doctor Mondragón y Kalb, mantuvieron el orden seis años. Nadie se salió del huacal, sus policías fueron capacitados por los más eficaces instructores venidos de Estados Unidos y algunos más de países árabes.
Así que el abogado Miguel Ángel Mancera recibió una administración perfectamente aceitadita hasta donde se puede observar y, en ese tenor, la seguridad de ciudadanos es el tema en la agenda capitalina que más luce nacionalmente para el gobierno defeño.
Tanto, que para los habitantes de la ciudad más poblada del mundo, su gobernante ha dedicado buena parte de sus primeros meses de su gestión política y administrativa a concurrir a cortes de listón, salir en eventos más sociales que políticos, fotografiarse en todas las poses y repetir que hará la obra monumental en su gobierno, que no llega y ni siquiera ha iniciado.
Las entrevistas en televisión se han vuelto una costumbre que no tuvieron Andrés Manuel López Obrador ni Marcelo Ebrard Casaubon y comienzan a surgir las dudas entre los propios perredistas y los demás grupos y hombres de izquierda, al grado de que algunos, de manera perversa o temeraria, coinciden en que con su actuación el otrora fiscal de hierro estaría abriendo la puerta al PRI en el porvenir, que necesariamente tendrá que llegar un día.
El secuestro de once jóvenes en un antro de la Zona Rosa, pero que habitan en el conocido barrio de Tepito, aparece como la gota que derramó el vaso de agua y que de pronto paralizó a la capital del país, porque en su ciudad no quieren que se den los sucesos, que allá se conocen ampliamente por los informes que reciben a través de las redes sociales, sobre todo.
El propio Mancera se detuvo en su carrera de actos sociales y hasta suspendió su viaje a Nueva York, donde impartiría una conferencia en su calidad de experto del derecho, para quedar al frente de las pesquisas más policiales que políticas, para esclarecer el secuestro del año en la ciudad de México. Esperemos.

* AUTÉNTICOS PRIISTAS,
POSIBLE VOTO EN CONTRA

La maquinaria del PRI comienza a sufrir algunos desencuentros, que bien podrían llevarle a enfrentar probables derrotas electorales el próximo 7 de julio, si persiste entre los auténticos militantes la percepción de que las cosas en este proceso repiten aquel episodio de cuando el ex partidazo vendió a sus adversarios, inclusive, las chambas políticas, creyendo que la ciudadanía a ciegas votaría por sus candidatos.
La última selección de candidatos a diputados locales y alcaldes municipales deja un amargo sabor de boca a quienes consideran que se violentan derechos de ser siempre socios priistas, atentos a sus menores órdenes y obedientes con las comisiones que sus jerarcas les vayan a dictar.
Pero sufragar por Joserra (José Ramón Gutiérrez), apenas hace una semana panista y que resentido salió del partido albiazul para convertirse en priista, los porteños no soportarán la afrenta y se irán con el PRD o el PT seguramente, pero nunca más con el PRI. Si a tránsfugas, los priistas los repelen, cómo presumir su dirigencia que van a aceptar las últimas componendas.
Por otro lado, la percepción de numerosos socios tricolores es de que en esta ocasión, como en los mejores tiempos del priismo bajo un Manuel Ramos Gurrión, como ejemplo al canto, la venta de pre-registro de candidatos, que se dio en esta ocasión y que a decir de los mismos fue de los ocho mil pesos como arranque, hasta los 35 mil, 40 mil pesos o más, pero que todos aportaron su cuota de rigor –conste, eso dicen–. 
Por ende, el descontento fue mayúsculo cuando se supo de quienes quedaron enlistados como candidatos a padres conscriptos y a alcaldes municipales.
Y es que a la par de este desorden interno, en las trincheras tricolores se cuela el informe consistente en que los delegados y coordinadores que cuenta el PRI, todos distribuidos estratégicamente en la entidad, que con o bajo la dirección de Héctor Yunes Landa, a los primeros les pagaba 60 mil pesos y 80 mil pesos, respectivamente, bajo el concepto de percepciones salariales.
Empero, esas cantidades incluyen la necesidad de los delegados y coordinadores de pagarse comidas, hoteles y pasajes en taxi y autobuses. Esos mismos delegados y coordinadores, o varios de ellos que siguen siendo los mismos ahora, se encuentran altamente indignados porque les redujeron a la mitad sus salarios y culpan particularmente el líder Jorge Callejas de tal «atentado al bolsillo».
Lo que sumado a muchos de los candidatos cirqueros a diputados y alcaldes municipales, confirma la sospecha de muchos, en el sentido de que la elección del siete de julio, como quiera no vaya a lograr los numeritos que anuncia con bombo y platillos el dirigente estatal Erick Lagos.

* UN CENTENAR DE LOS
ALCALDES, BAJO PICOTA

Cada tres años ha sido lo mismo y los aspirantes a presidentes municipales demandan la ampliación del cargo que ostentan a cuatro años.
Tal vez, desde el punto de vista que todos los ediles fueran honestos, progresistas y vieran por el futuro de sus terruños, quizá lo más conveniente fuera que democráticamente se aumentara un añito a sus gestiones.
Pero vea usted, que una mayoría aplastante de gobernados de ayuntamientos municipales no sólo muestran incapacidades para administrar bienes públicos, sino que además se alejan del compromiso social que juraron tendrían con sus gobernados, porque en muchos casos, más de cien sobre tierras veracruzanas, desviaron recursos, se negaron a rendir la cuenta pública y se ensañan con las nóminas bajo sus manos, metiendo a cobrar a toda su parentela.
En la entidad veracruzana, el fenómeno no ha sido menos.
La comisión legislativa, conformada para investigar a los alcaldes municipales, encontró, como suele ocurrir cada tres años, que hay buen número de munícipes rateros, ignorantes y otros más, que olvidaron la tarea que juraron llevarían a cabo en beneficio de sus comunidades, repletas de mujeres, hombres y niños, con mil carencias materiales y sociales.
Y como cada tres años, los diputados, que encontraron este zipizape de alcaldes, los pusieron en manos de las autoridades de rigor, llámese Orfis y Contraloría, pero vea usted que a ninguno se ha metido en cintura, es decir, los amagos de imponer el orden en sus finanzas públicas, lo cual habla muy mal, debido a que las municipalidades, las veracruzanas, si algo enfrentan son rezagos, abandono de obras materiales y promesas incumplidas.
Y esto es cada tres años. Difícilmente uno de ellos se salva, pero lo verdaderamente preocupante es que persistan sus ejemplos, como lo que no debiera ser más sobre la vida cotidiana de los ayuntamientos, constituido en el primer contacto de autoridades públicas con la ciudadanía, ahora más que nunca desangelada, porque igual ocurre en cada elección y sobre todo cuando los veracruzanos están a punto de elegir nuevos ediles, pero esperan que esta vez, la primera, sus alcaldes, si no son honestos, reciban el castigo de rigor.

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