
*Complicada elección para el PRI en distritos urbano y rural de Veracruz, Boca del Río y Xalapa advierte Carlos Brito Gómez
*Competencia pareja en tres municipios claves
*Aumenta coraje tricolor por candidatura de Joseratón
*Elites integran frente opositor
El priista más longevo de Veracruz, Carlos Brito Gómez, asesor político del gobernador, pone el índice en la llaga:
“En los municipios de Veracruz, Boca del Río y Córdoba la elección de candidatos de presidentes municipales está muy pareja”.
Sin rodeos, dice: en los distritos urbano y rural, tanto de Veracruz, como de Boca del Río y Xalapa rural, la elección se está complicando (La jornada, Jair García, 5 de junio, 2013).
Se trata del primer aviso, cuando faltan 23 días para el cierre de las campañas.
El dato, no obstante, choca con otra realidad, la expuesta por Gustavo Madero, líder nacional del PAN, cuando el fin de semana anterior anduviera en Veracruz y reclamara para su partido la victoria electoral en los municipios de Veracruz, Boca del Río, Orizaba y Córdoba.
De algún modo reprodujo el mismo reclamo que el jefe Diego Fernández de Cevallos planteara en 1995 al gobernador Patricio Chirinos Calero, diciendo, incluso, antes de los comicios, que exigían el triunfo en varias latitudes, y terminaran entregando al PAN los municipios de Veracruz, Boca del Río, Orizaba, Córdoba, Ixtaczoquitlán, Fortín, Ciudad Mendoza y hasta Banderilla, año aquel cuando el PRI perdiera 107 alcaldías.
Incluso, la realidad aceptada por Carlos Brito se complica por lo siguiente: una parte de la militancia priista, la elite, la clase gobernante en el poder, ha desatado una avalancha de inconformidad por el nombramiento de José Ramón Gutiérrez, el peor alcalde panista en la historia jarocha, como candidato del PRI a diputado local pluri en la posición número 4.
Primero, el diputado local, Enrique Levet Gorozpe reveló que “daba tristeza” la decisión del PRI porque en automático se marginaba a la clase priista con años probados de militancia, lealtad y eficacia.
Ahora, el diputado local, Tomás Montoya Pereyra, exlíder del PRI y también exlíder juvenil, exalcalde de Catemaco, inhabilitado por la secretaría de la Función Pública en su paso por CAPUFE, Caminos y Puentes Federales, casado en primeras nupcias con la senadora Cristina Díaz, exsecretaria General del CEN del partido tricolor, dijo lo siguiente:
“José Ramón Gutiérrez es un arribista. No dejará de serlo. Nunca será priista. Y nunca tendrá la convicción de un priista. Dónde quedan los priistas con años de lucha, trabajando con lealtad al partido, cuando ven cómo se impone a José Ramón” (Ibídem).
Pero además tronó contra el expanista, Leandro Rafael García Bringas, exdiputado federal, nominado por el PRI como candidato a diputado local pluri en el segundo lugar de la lista.
“Es un traidor a su partido”, en tanto el tricolor lo cobija, dijo.
Y es que el descontento de la militancia y la elite roja en contra de la decisión del CDE del PRI de incluir al par de panistas, Joseratón y “El pájaro” García Bringas en la lista de diputados pluris ha originado, además, que el llamado “G25”, un grupo de priistas jarochos inconformes se haya multiplicado a 45, y quienes cada semana se han reunido todavía con un destino incierto, pero decididos a operar en contra del partidazo.
“Yo empecé desde muy abajo y ahora reconozco que me causa enojo ver la manera tan fácil con que le entregaron la diputación pluri al exalcalde porteño panista” dice Tomás Montoya.
Y como Tomás Montoya hay decenas de priistas encorajinados.
PIDE BRITO GÓMEZ “ACEPTAR IMPOSICIONES”
En contraparte, el priista más longevo de Veracruz (mil años contemplan a Carlos Brito) recomienda como estrategia para sobrevivir que la militancia roja “acepte decisiones e imposiciones”.
“El priista debe entender que tiene que aceptar todas las decisiones que se toman, tiene que ser institucional y aguantar”.
Brito Gómez ha sabido aguantar. Ha aguantado, por ejemplo, que otros asesores del gobernador, Enrique Jackson y José Murat (en su momento) lo desplazaran.
Aguantó con la cabeza gacha las mentadas de madre de su jefe, el gobernador Rafael Hernández Ochoa.
Aguantó las ganas de noquear a Miguel Ángel Yunes Linares cuando lo retara a madrazos en el sexenio de Hernández Ochoa y Gonzalo Morgado Huesca, entonces presidente del CDE del PRI, su alumno, saliera en su defensa.
Aguantó en cargos menores, luego de la alcaldía de Coatzacoalcos, como sobreviviente de la política.
Incluso, enseñó con el ejemplo a “aceptar decisiones e imposiciones” a una parte de sus alumnos, entre ellos, Morgado, Flavino Ríos Alvarado y Fernando Charleston Salinas, aun cuando luego sus otros discípulos, Marcelo Montiel Montiel, Marcos Theurel Cotero y Adolfo Mota Hernández le salieron rejegos.
Es más, dos de sus discípulos (Montiel y Theurel) agarraron camino cada quien por su lado y cuando menos han caminado por encima de un par de sexenios, en tanto se han convertido en el par de sus discípulos más enriquecidos, a tal grado que hasta se asociaron para unos negocios mediáticos, TV Olmeca y Notisur, que ahora, se afirma, han vendido luego de su pleito sentimental.
