Siete Párrafos: Luis Videgaray tiene parte de la culpa de lo que pasa en Veracruz


Por  Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

A estas, alturas y conforme a las filtraciones que en su momento se hicieron rolar en diversos medios veracruzanos del regreso de Fidel Herrera a Veracruz, don Luis Videgaray, hombre más bien de corte tecnócrata y académico, se estrenó mal en su estrategia de hacer sentir su poder político en las elecciones de este estado al permitir que el ex gobernador jarocho volviera por sus fueros para coordinar las campañas priistas de este año.

Como era de esperarse, amén de la sombra gigantesca que hizo a su pupilo y recomendado nuevo gobernador, Javier Duarte, y romper el esquema de equilibios que, mal o bien, ya estaba amarrando en el estado con la presencia de Jackson y Murat, el de Nopaltepec vino a aplicar las artimañas, estilos de acotación por medio del dinero para comprar líderes de la oposición y uso de recursos de fondos públicos para operar con respaldo financiero en los nuevos acuerdos que vino a imponer, a troche y moche   en las candidaturas de todos los sitios en disputa, que a la postre están dando los resultado tan desastrosos, en lo político, tanto para el PRI como para importantes proyectos nacionales de Peña Nieto.

Precedido de una mala fama, por el rumor creciente e indicios indirectos de que vació las arcas estatales, poniendo contra la pared y en bancarrota a la administración del joven e inexperto gobernador veracruzano, fue sorpresiva su reaparición y hasta inexplicable, dada las líneas rotas que Herrera Beltrán tenía con Peña Nieto desde el atentado que costó la vida a los guardaespaldas de sus hijos, hecho que sucedió en Veracruz, y el enfrentamiento velado y persistente del político jarocho por generar un bloque de gobernadores que lo llevaran a contender por la candidatura a la presidencia del país.

Tan solo la ríspida y visceral relación entre Fidel Herrera y Miguel Angel Yunes era razón de más para impedir que el ex gobernador entrara a la contienda política, pues era de preverse el calentamiento del caldero político al grado de explosión que ahora está. Además, por usos y costumbres, así como por sabiduría tradicional de la política mexicana, nunca ha sido conveniente resucitar a exgobernantes en los gobiernos nuevos que les siguen, para no crear el síndrome del maximato, de tan graves consecuencias en una época de la historia de México.

Pero no. Videgaray, de acuerdo a las filtraciones dadas en sus momento, no solo no consideró esa proverbial costumbre, quizás estimulado con la oportunidad de también mojar su brochita en el estado de Veracruz, donde ya Osorio Chong tiene metida su brocha, en la figura de Ampudia -introducido también con torniquete en el gabinete duartista-, o en el que Gamboa Patrón tiene también da  su pincel en la figura de Adolfo Mota, o también  Manlio Fabio Beltrones mantiene en vilo, aunque lejos, la posibilidad de meter también su brochazo, en el supuesto de que se de el movimiento, para colocar a Héctor Yunes como el gobernador sustituto en tiempos venideros.

Pero es Videgaray el que está saliendo más raspado en el caso de Veracruz, por el padrinazgo evidente que vino a dar a un político que estando en el aparente ostracismo volvió a la vida al poder, con consecuencias tan desastrosas que están a punto de alterar el Pacto por México, no solo por las acusaciones de Gustavo Madero que están pegando duro y a la cabeza, con evidencias de documentos finacieros, al estratega Fidel Herrera y políticos veracruzanos que lo acompañan, sino porque ya en estos días el líder del PRD, Jesús Zambrano, apoyado por gobernadores y la dirigencia perredista, esta pidiendo una entrevista con Peña Nieto con obvias intenciones de subir los costos de ejecución del pacto mencionado.

Al convertirse Veracruz en un hervidero político, en donde la mano de Fidel ahora si resultó mas negra que lo acostumbrado, quizás es momento que el presidente revise el proceder sus allegados, pues todo parece indicar que hay una disputa de poderes entre ellos para influir con su poder en los estados de la república, lo  que, al menos en Veracruz, está generando un escenario que apunta hacia la convulsión y la  violencia, por la mala decisión de Videgaray de abrirle las puertas a quien ya incluso, con todo y maletas, tenía un pie en el estribo para marcharse del país.

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