
El alimoche, el más pequeño de los buitres ibéricos, se cría en extensas áreas abiertas, donde busca su alimento, restos de carroñas de ganado y cadáveres de conejo y reptiles, lo que le confiere un papel fundamental en la naturaleza como sanitario del campo. Es un migrador transahariano, pasa el invierno en África. Los primeros individuos aparecen en la Península en marzo y regresan a sus cuarteles de invierno, en septiembre tras haber criado a uno o dos polluelos.
En España se localiza el 80% de la población europea (entre 1.320 y 1.475 parejas). Sin embargo, en los últimos 15 años se ha apreciado un fuerte descenso de sus poblaciones. La fragmentación de su hábitat, la pérdida de alimento y la mortalidad directa relacionada con el hombre (venenos, disparos y atropellos) son sus amenazas más importantes.
Esta semana un ganadero de la localidad de Siruela, España fue condenado a 18 meses de prisión y tres años de inhabilitación para ejercer su profesión tras matar a varias de estas aves rapaces consideradas especies protegidas. Al acusado también se le prohibió en tres años cazar y pescar, e indemnizar con 30.000 euros a los demandantes.

Del incidente ecológico ocurrido en 2010, no se hubiera conocido si no es porque entre las aves se encontraba “Atlas” que servía a la organización ambientalista WWF para conocer información sobre la migración de la especie. Al alimoche habían colocado un transmisor satelital que de repente dejó de funcionar, luego de comenzar su viaje de vuelta a la península. Llevaba más de 72 horas en el mismo lugar sin moverse.
El inculpado, que tenía su rebaño, utilizó cebos envenenados con la idea de matar zorros u otras especies que pudieran atacar al ganado; entre las víctimas encontraron los cuerpos además de 3 alimoches, 2 buitres negros, 4 buitres leonados y otras aves.
Hoy WWF sigue la ruta migratoria a Vega, Trigo, Sahel y Duna, que atraviesan zonas de gran peligro para su supervivencia, como tendidos eléctricos, aerogeneradores o disparos. Pero la gran amenaza sigue siendo el tóxico, colocado a través de la mano del hombre.
