Los valores básicos de la sociedad sueca se enseñan en los centros de preescolar.


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Por Ninfa Estrada Orozco, egresada de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (Desde Götemborg, Suecia)

Nada más reconfortante que el abrazo de un niño, esto lo he comprobado en los últimos meses, gracias a mi actividad laboral en un centro preescolar de la ciudad de Göteborg. Recuerdo la mirada curiosa de los pequeños el primer día que llegué y las palabras de las educadoras resonando en mi mente sin ningún sentido para mí.

En los últimos años se han creado numerosos centros de educación preescolar en la ciudad, debido a la creciente demanda de los mismos, la “förskola” es opcional y atiende a niños de 1 a 5 años, obviamente divididos según su edad.

Seguramente más de un padre de familia en México diría: “no hacen nada, sólo jugar”,  y realmente es así como aprenden los chicos a desenvolverse en la escuela, con pocas, pero firmes reglas de disciplina, que los ayudan a formar su carácter y tomar decisiones desde pequeños, en las escuelas ellos tienen la opción de decidir las actividades que desean realizar, los  profesores y cuidadores solamente fungen como guías, es decir el niño debe sentir la libertad de elegir entre pintar, cantar, armar, leer, construir, pegar, recortar, ver una película, jugar con la ipad, moldear, todo esto con la ayuda pedagógica del adulto responsable del grupo.

La educación está enfocada en lograr la actividad grupal, la tolerancia, respeto y consideración, en una atmósfera relajada y agradable para cada uno de los infantes.

Por lo general los grupos se componen de 12 a 15 niños atendidos por cuatro profesores, cada grupo cuenta con dos amplios salones, una cocineta, baños comunes para ambos sexos, un área de cambiador, una pequeño estudio para los profesores y por supuesto un espacioso patio muchas veces con jardín.

Los infantes se forman dentro de un ambiente tranquilo e integrador, con respeto a sus creencias y raíces familiares, pero buscando en todo momento la igualdad de trato. Es de vital importancia las actividades al aire libre y el contacto con la naturaleza, aún en los fríos días invernales.

Los pequeños con los que estoy tienen entre dos y tres años, cada día los comprendo y quiero más, pero sobre todo aprendo muchísimo de ellos, nada más halagador que escucharlos pronunciar mi nombre, porque dicho de paso, aquí en todos los niveles los alumnos les hablan de manera informal a sus profesores, de esta manera los empiezan a instruir en los conceptos del socialismo, ya que todos son tratados de la misma forma, cabe mencionar que en los centros laborales jefes y empleados se hablan por su nombre sin diferencia alguna,   Suecia ha trabajado mucho en la integración de su sociedad, sin distinción entre las clases sociales, alcanzando un estado de bienestar, que ha sido modelo a seguir en muchos otros países, estos son valores básicos que se enseñan desde temprana edad.

Creo firmemente que en cualquier parte del mundo, la educación de niños y jóvenes es de vital importancia,  esto conforme a la situación de cada país, por algo siempre escuchamos que los niños son el futuro del mundo.

Busquemos inculcar en los pequeños los valores que nos identifican como sociedad, de esta manera tendremos asegurado no solamente el porvenir de ellos, sino también del país, que necesita desesperadamente evolucionar en sus conceptos de igualdad social y honestidad.

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