
Platicando el otro día con un funcionario de la secretaría de gobernación federal, interesado por el estado de Veracruz, nos referíamos a que a la luz de un análisis, desde el punto de vista político- político, hay que reconocer que los resultados electorales en el Estado de Veracruz, el pasado 7 de julio fueron buenos, esto a pesar de que comentaristas televisivos nacionales hayan tenido reticencia en conceder a los gobernantes veracruzanos, esa habilidad innata para lograr mantenerse en el poder a toda costa.
Porque, hay que decirlo, el gobernador Veracruzano Javier Duarte, no entrega malas cuentas al PRI nacional y eso cuenta mucho en el cerrado ámbito peñista, donde siempre están apostando al fracaso y la equivocación del joven mandatario cordobés y hasta se regocijan cuando algo falla en e l desempeño cotidiano de la gobernabilidad que heredó Fidel Herrera Beltrán.
Por ejemplo, los resultados electorales de Veracruz no merecieron ni el más mínimo comentario de los domesticados periodistas de Televisa integrantes del programa tercer Grado, en cambio fueron enfáticos con otros triunfos electorales que indudablemente se lograron- vamos- con las mismas técnicas y estrategias de promoción del voto, toda vez que en las contiendas electorales, como en la guerra o en el amor, lo que importa es ganar y en Veracruz vaya usted a saber por que causas y les guste o no, ganó el PRI mayoritariamente en las alcaldías y para la integración del congreso local, lo que puso muy contento al gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Todo al parecer está aceitado para que el mandatario veracruzano continúe en esta etapa de su gobierno en armonía y pueda tener una transición del poder tranquila en el 2016 y mientras podrá continuar con sus planes y proyectos con el apoyo incondicional de 93 de los 212 presidentes municipales que representanta a la coalición Veracruz para Adelante ( PRI, PVEM y PANAL) y 36 de los 50 diputados locales de la próxima legislatura en el Congreso del Estado.
Hay que señalar que los buenos resultados electorales han sido producto de inteligentes y agudas negociaciones políticas entre los dueños del poder en Veracruz. Decir esto no es nada malo, es reconocer que los actores de las cúpulas de las diferentes fuerzas de alguna manera han intercambiado concesiones y prebendas, orillados por la inminentes circunstancias en que se reacomodan las plazas geopolíticas en el estado y la federación.
Veamos: En el estado de Veracruz los hilos del control del poder los mueven: Los empresarios con reminiscencias españolas, colonialistas y virreinales; Fidel Herrera Beltrán con e l gobernador Javier Duarte y algunos miembros clave de su partido-el PRI- que siempre piden su tajada del pastel y pago de facturas; Miguel Angel Yunes Linares montado en el atomizado PAN Veracruzano más los personajes blanquiazules de moral flexible o distraída; el ex convergente Dante Delgado Rannauro con la nostalgia de su pasado priista cuando fue buen gobernador y por ello todavía tiene seguidores y simpatizantes en el territorio veracruzano, esto sumado a que representa los restos del naufragio de AMLO que aun capta algo de las tribus del PRD y es imagen del PT. (nótese que ya no consideramos al sector magisterial ( SNTE) como fuerza integral y determinante en los sufragios del 2013).
En ese sentido, no hay que desdeñar la importante porción ciudadana compuesta por jóvenes adictos a las redes sociales y a Web, fáciles de convencer con señuelos propagandísticos como el del gato Morris; a las amas de casa, madres solteras, padres de familia, abuelitos , pensionados , sectores con preferencias sexuales diferentes, pequeños comerciales, maestros, burócratas, desempleados, obreros, trabajadores de las empresas y establecimientos comerciales privados quienes componen el grueso del gran conglomerado de población que es el clientelismo electoral efectivo, susceptible acceder al volátil y emotivo entusiasmo de votar..
En términos generales, se hizo política en el estado de Veracruz para mantener un clima de tranquilidad y paz social eso hay que destacarlo. Ganó el PRI, el PAN no quedó inconforme y el PRD solo impugnará por sistema. Del abstencionismo, ni hablar…
Al puerto de Veracruz, principal en importancia y presupuesto, lo gobernará un joven inexperto en política pero que representa a la clase empresarial de origen ibérico y en cierta forma al grupo del ex gobernador Dante Delgado Rannauro. Su padre, Gerardo Poo Ulibarri fue su secretario de Finanzas y acompañó en la cárcel a Dante en e l tiempo en que fueron internados en Pacho Viejo durante el régimen estatal de Patricio Chirinos (el padre del alcalde electo de Boca del Río: Miguel Angel Yunes Linares, era en ese entonces secretario general de Gobierno del estado siendo presidente Carlos Salinas de Gortari). “Don” Gerardo Poo, buscó reivindicar su imagen pública consiguiendo el nombramiento de presidente de la Cruz Roja de Veracruz y desde esa posición operó para impulsar a su retoño.
Como son cuestiones de honor, llama la atención que los hijos del odio, hoy se den la mano convertidos en alcaldes de la zona conurbada Veracruz- Boca del Río, pero en fin, lo que vemos es que los vástagos siguen automáticamente la trayectoria de los padres. Ahí tenemos el caso de Américo Zúñiga presidente electo de Xalapa, promovido vehementemente por su padre, quien también fue alcalde de la capital del estado y siempre ha tenido importantes cargos en el gobierno estatal, actualmente es rector de la … UPAV. Si él ya no pudo ser gobernador del estado, anhela que su hijo cumpla ese sueño.
Y es que la llegada de Américo al palacio municipal de Xalapa estaba pactada desde que apareció Elizabeth Moral con sus poderosos refuerzos para obtener la alcaldía y por tanto, Zúñiga junior -entonces secretario del trabajo con Javier Duarte- tuvo que aguantarse las ganas y esperar. Mientras aceptó la diputación local.

Los casos de emblemáticos triunfos fáciles con apellido libanés: Ricardo Ahued Bardahuil y David Velazco Chedraui en las diputaciones locales de Xalapa, se explican por esa presencia tranquila y alivianada que da el no tener la apremiante necesidad económica, ni el resentimiento social como incentivos para llegar al poder -que les encanta y lo disfrutan- y una vez ahí, se la pasan holgadamente y hasta si lo desean, pueden colocar en sus curules a sus esposas sin que ellas se despeinen siquiera, porque el votante común nunca dice no a los que les va maravillosamente porque representan lo que ellos quisieran ser. Así somos.
Claro que hay sus excepciones, porque dentro del esquema de los afortunados y descendientes de españoles le fue fatal a Salvador Abella en Córdoba, esto a pesar de que el excandidato perdedor a la alcaldía por el PRI es un empresario millonario y un soltero con novia joven, guapa y heredera del apellido Porres. En esa derrota, Abella arrastró a un político de carrera como Paco Portilla, obligado a dejar la alcaldía para buscar la diputación local en aras de acompañar en la formula priista al hermano de uno de los dueños de l diario el Buen Tono, José Abella, que para el colmo de males es panista recalcitrante, cienciólogo y tiene marcados distanciamientos con su fraterno.
Es que en Córdoba, desde siempre toda la gente decía: sí se lanza otra vez como candidato por el PAN el dueño de los Portales: Tomás Ríos Bernal, gana fácil. Al diputado federal priista Tomás López Landeros le prohibieron que se lanzara como candidato. A Paco Portilla, quien había logrado recuperar la confianza ciudadana en Córdoba tras los desmanes y corruptelas de Juan Antonio Lavín, (cuya esposa es diputada local e hija del poderoso empresario Domingo Muguira), le ordenaron dejar la alcaldía repentinamente a su suplente: el empresario Guillermo Rivas, un hombre negado para la política. De esa forma, todos los ingredientes se juntaron para un perfecto fracaso electoral.
De los otros casos electorales en el estado, se repite la misma historia de repartición de posiciones para los hijos de empresarios, de dueños medios de comunicación , familiares de caciques locales y todo tipo de componendas habidas y por haber, con tal de que los partidos políticos involucrados en las elecciones conserven o amplíen sus parcelas y cotos de poder .
