La historia no la escriben los héroes sino los que ganan, por eso John F. Kennedy dijo que la victoria tiene mil padres, pero la derrota es huérfana. Y así se vive la debacle del PAN, principalmente, en estos días.
Todos recriminándose entre sí, todos acusándose entre sí, todos culpando al grupo ajeno sin asumir la responsabilidad emanada del propio.
Nadie dispuesto a revelar con claridad las causas detrás del derrumbe panista y perredista . Nadie dispuesto a reconocerlo, a señalarlo, a asumirlo. Le tienen miedo. Temor. No se atreven. Diluyen la culpa en ruedas de prensa con frases trilladas como: “fraude”, “fueron sustituidos los funcionarios de casillas en más de 68 por ciento”, “sobrepasa el porcentaje que exige la ley para decretar la nulidad, el cual corresponde al 25 por ciento”, “217 documentos para comprobar prueba plena para anular la elección”, “la autoridad electoral actuó en movimiento extraño, siempre favoreciendo al PRI, Panal y el Partido verde”, “gasto excesivo de campaña”, “en las casillas los votos no fueron computados por árbitro”, “el IEV actuó de manera parcial”, “coacción”, “seguirá el pacto siempre y cuando haya investigación sobre las pasadas elecciones”, etcétera…
Ambos perdedores se escudan pero no enfrentan; explican pero no entienden y padecen la derrota que sintieron y que les dio alguien que si tiene nombre y apellido: Javier Duarte de Ochoa.
Porque la derrota que sufrieron es un referéndum sobre su gobierno. Porque la contienda fue un juicio sobre la gestión que Duarte hace en Veracruz. Y he allí los resultados: 93 principales alcaldías ganadas y 35 diputaciones que indican que el PRI gobernará, a partir del 1 de enero de 2014 al 70% de los veracruzanos.
El regreso del PRI a Veracruz es indicativo de que seguirá siendo la primera fuerza política en México y es por de fault.
Los resultados para el PAN: más de 500 mil votos perdidos. La caída del PRD sin López Obrador y el crecimiento de Movimiento Ciudadano; porque hablar de los partidos paleros como el Verde Ecologista, Cardenista, Ave… sería perderse en el limbo político.
Ahora que el PAN y PRD se miran a sí mismos ojalá sean capaces de escudriñar a Miguel Ángel Yunes Linares, a Cambranis, y a los que dirigen al partido amarillo, (porque no se sabe quiénes son), con el ojo crítico que se merecen.
Ojalá surja una voz en el panismo y el perredismo veracruzano que comprenda que el yunismo, el cambranismo y los sergiorodriguismos que nada tienen qué hacer mirando hacia adelante.
Tanto el PAN como el PRD necesitan ser una buena oposición pero de partes de sí mismo. Necesitan alejarse del predominio de elementos negativos que han resultado ser tan dañinos. Necesitan alejarse de la garra férrea de personajes siniestros, de sus estrategias de seguridad que fue condenada en las urnas, rechazadas en las casillas, vilipendiadas por los votantes. Necesitan entender que la perseverancia en contra de quien manda en el Estado fue entendida como obcecación. Como obsesión. Como terquedad. Como inflexibilidad. Y esa visión fue la que llevó a perder la elección.
Desgraciadamente, como escribieron muchos analistas políticos y periodistas, la próxima Legislatura será manejada por el PRI en mayoría calificada, con 35 o 37 o más diputados y eso barrunta una era muy difícil porque llegará el autoritarismo que en nada ha ayudado a la democracia de los pueblos libres.
La costumbre del PRI de corromper a la oposición para aprobar las iniciativas de ley, pasará en esta LXIII a la historia. Los diputados paleros del Ave, MC, y Frente Cardenista se quedarán con las ganas de recibir prebendas.
Pero lo más delicado en la composición de las alcaldías y diputaciones son las gentes inexpertas en el manejo de las administraciones públicas y de iniciativas de leyes. Serán aprendices de políticos. Llegarán inexpertos sin idea de lo que es ser alcalde y legislador. Ignorantes, en la legislatura, de trabajos camarales que sólo seguirán instrucciones de su líder para saber cuándo levantar el dedo.
Lo más delicado será para los noveles legisladores cómo cumplir las promesas de campaña en las cuales prometieron de todo: pavimentar, construir escuelas, ayudar a los pobres con dinero, hacer más barcos, construir ríos, y puentes, hacer carreteras. Bajar los precios de consumo de luz, dar más empleos, crear industrias, regalarle un carro a quien esto escribe, etcétera…
Que no se ufanen, pues, ni Erik Lagos, dirigente del PRI estatal, ni Ahued, ni Américo, ni Poo ni el alcalde de Tuxpan, ni Brito Gómez y que ya dejen su embriaguez triunfalista porque al fin y al cabo el éxito se le debe a quien manda en Veracruz; aunque sí hay que reconocer que la victoria tiene mil padres, y que la derrota es huérfana.
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EfACICO 