Un respetuoso hasta luego a Luis Rivera López, un hombre bueno y Maestro digno y honesto.
*UN DÍA DE CICLOVÍA DERIVA EN CAOS VIAL
Con todo y que el último domingo la ausencia de estudiantes y maestros, así como de turistas, que ampliamente fue aprovechado por los practicantes del programa ciclovía educativa, utilizando las cuatro calles principales del ranchote en que está convertida la ciudad, el caos vial fue mayúsculo. La ciudad se volvió una casa de locos, el ir y venir de transeúntes se estrellaba con el correr de los automovilistas, que tuvieron que hacer una fila india muy larga en el corazón de Xalapa, hoy por hoy, vuelta un infierno. Las horas del mediodía fueron terribles. Enríquez y el entronque con Carrillo Puerto, Doctor Lucio, Zaragoza, Clavijero y Revolución, se convirtieron en un peligroso obstáculo para el pasode los automovilistas. Los claxonazos de los automovilistas crispaban los nervios del común de caminantes y los agentes de tránsito optaron por privilegiar la circulación a los ciclistas, cuando está claro que la ciudad, simplemente, no funciona si dala preferencia a unos, porque deriva en perjuicio de las demás unidades vehiculares. Lo cierto es que a raíz de promocionar el uso de la bicicleta en las calles de la ciudad, igual los conductores del vehículo de dos ruedas suelen hacerlo violentando todas las normas que pudieran existir en materia de tránsito y educación vial. El común de ciclistas viaja, pero en sentido contrario y a costa del derecho de otros para transitar por las arterias públicas de Xalapa, lo hace sin respetar las luces del semáforo en donde lo hay todavía, es un hecho la violación constante de aquéllos a la regla del Uno por Uno y le vale a la mayoría de ciclistas un comino el derecho que igual tienen los peatones para cruzar los puntos estratégicos de la topografía local, amén de que la constante de bajadas y subidas simplemente hacen imposible el tránsito de las bicicletas. En conclusión, el uso de la bicicleta seguramente sería uno de los temas trascendentales en una ciudad congestionada por automotores y gente por montones, sin embargo, debido a la posición topográfica de la capital, es menos que imposible considerarlo un vehículo que las mayorías vayan a utilizar como medio de transporte. Los riesgos serían mayores y los beneficios mínimos, con toda certidumbre. Al tiempo.
*UN INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL, EN PUERTA
Un instituto nacional electoral, que vea por las elecciones locales en el interior de la república, pero conducido desde la capital del país, con certeza que va a evitar las trampas, trastupijes, negociaciones bajo la mesa y los actos decorrupción que se vienen dando con el desarrollo de los procesos electorales de cada tres y seis años. Está claro que un imperio de poder, como es el que centraliza la licenciada Carolina Viveros García, ha hecho menos que imposible el desarrollo de un encuentro electoral de cara a la democracia, tan ansiada por partidos políticos y la gente común que hasta hace algunos años creyó y sufragó en urnas, de manera mayoritaria. La inclinación por determinados candidatos en la esfera de la sucesión municipal, hizo que los candidatos y partidos políticos en esta ocasión rebasaran la cifra de las doscientas impugnaciones y denuncias sobre coacción del voto, compra de conciencias, la intimidación sobre determinados grupos de electores y el embarazo de urnas electorales. Todas estas graves irregularidades de las que hizo caso omiso el IEV, atribuyéndole a este árbitro la comisión de las mismas y a que el ciudadano común no haya quedado satisfecho con un proceso, como el que acaba de darse sobre tierras veracruzanas. El ejercicio de preparar comicios electorales desde el DF, bien podría dar a las elecciones el resto de democracia que le está haciendo falta. Lo suyo en la sucesión gubernamental, que en la nominación de diputados federales y de senadores, las alcaldías y los cargos de síndicos y regidores, amén, por supuesto, de que una armazón semejante igual daría oportunidad a los actores políticos en los pleitos judiciales de ir a instancias no localistas, para brindar a todos por igual un mayor gesto de imparcialidad y justeza. Por lo menos así lo entienden Jesús Zambrano y Gustavo Madero, señorones participantes del Pacto por México, pero sin haber podido tocar ni baranda en la protesta contra vicios y fallas en los procesos electorales recientemente celebrados en 14 entidades del interior del país.
*NO LLEGAN LOS TURISTAS ANUNCIADOS
No llegan los turistas anunciados. Hay la percepción entre hoteleros y restauranteros de que dicha ausencia se debe a los síntomas de la descomposición social que provoca la inseguridad pública. Por toneladas llegan a las redes sociales, informaciones verdaderamente alarmantes y que propician en el común de avecindados en la entidad, notas que llaman a la preocupación colectiva, porque se mata, ultraja, roba, asalta, pero las voces oficiales, como los mariachis, callaron. Pareciera que a los timoneles del orden político y los cuerpos policiacos, vale un soberano cacahuate cuanto está sucediendo en su entorno. La violencia persiste, la inseguridad está en todas las calles y colonias. El miedo patrulla sobre ruedas de automóvil, la caminata del común de los peatones y el terror asoma cada que leen en el facebook y el twitter, que alguna pillería se salió del control y que cuando matan a un ciudadano, inmediatamente el operativo de información lo atribuye a la delincuencia organizada. Y en este último contexto, las páginas de los rotativos suelen imprimir el boletín de prensa oficioso, con el que alguna voz desde las catacumbas del poder policiaco o judicial, se procede a descalificar que se trate de un hecho fortuito o de la delincuencia común, observan los escribidores. Y entonces, se tiene derecho a masacrar a mexicanos, como suele ocurrir sobre territorio nacional, sin consideración alguna ni respeto alguno a la dignidad humana. Cálculos oficiales consideran que son mil las víctimas de asesinatos mensualmente en distintas partes del territorio mexicano, pero en todos casos se exculpa el poder diciendo que son delincuentes, sin mediar explicación, investigación o nada que haga sobrepeso a esta sentencia endemoniada, sin duda alguna. Luego entonces, los restauranteros y hoteleros de la ciudad tienen la razón cuando acusan que la afluencia de turistas es mucho menor en tiempo de vacaciones que en los lapsos normales del año, empero, lo que más duele, dicen algunos de ellos, no es el costo que incrementa los servicios respectivos a los viajeros en el escenario de los atractivos turísticos, sino que además, la ola violenta ensombrece el escenario nacional y que los políticos se empecinen en no querer ver la realidad de lo que está ocurriendo. No son menos, los establecimientos que aquí en Xalapa han cerrado puertas, porque su negocio dejó de ser negocio, ya no llegan los viajeros, precedidos de una serie de informaciones que al país invaden y nadie ha podido detener con la verdad. Hasta aquí
EfACICO 