Paradigmas:


 María Guadalupe Rico Martínez, egresada de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (Desde Tampico, Tamaulipas)
Por María Guadalupe Rico Martínez, egresada de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (Desde Tampico, Tamaulipas)

KIVALINA, HAMBURGUESAS Y EL CALENTAMIENTO GLOBAL

(Por María Guadalupe Martínez Rico) Pequeño poblado costero de Alaska llamado Kivalina, está siendo tragado por el océano, Ingenieros estadounidenses en 2008 construyeron un muro a lo largo de la playa para detener el fenómeno, lo cual ha sido imposible. Ese año el pueblo demandó a nueve compañías petrolíferas, 14 empresas de alimentación y una compañía de carbón por los gases de efecto invernadero (GEI) que generan. No obstante, en mayo pasado, la Corte Suprema de los Estados Unidos rechazó estudiar el caso. En consecuencia, nadie pudo probar la «relación causal» del calentamiento global y el accionar de las empresas.

     El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sostiene que la ampliación observada del promedio mundial de las temperaturas desde mediados del siglo XX se debe en su mayor parte, muy probablemente, al aumento de las concentraciones de Gases de efecto invernadero (GEI) antropógenos; una de las causas tal vez del aumento de 0.6°C de la temperatura media global observado en el período 1910 – 1995.

   Las fuentes antropogénicas incluyen industria, agricultura, minería, transporte, construcción y deforestación. Los gases de efecto invernadero de larga vida (GEILV), por ejemplo, el CO2, el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), son químicamente estables y persisten en la atmósfera durante escalas de tiempo desde décadas hasta siglos o más, de modo que sus emisiones ejercen su influencia en el clima a largo plazo.

  Vacas, ovejas y cabras son ejemplos de animales rumiantes que durante su proceso natural de digestión crean desmesuradas cantidades de metano. La primera “hamburguesa probeta” del mundo se sirvió en Londres, esta  semana. El producto podrá comercializarse en unos 10 o 20 años, según calculó el autor principal del “invento”. Pudiera ser una solución para bajar los índices de consumo de carne natural y por lo tanto del GEI.

   Mientras, los ciudadanos de Kivalina tendrán que sentarse a esperar nuevo informe sobre la razón del cambio climático o bien emigrar a una zona más segura.

lupitarico@hotmail.com

http://www.verde-claro.org

 

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