Siete Párrafos: ¿A quiénes servirán los próximos mártires de México?


 Por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

(Por Rodolfo Calderón Vivar)México vive momentos críticos pero no difíciles de controlar. El problema es que el control apunta a la dureza en un escenario donde todas las miradas se enfocan en un solo hombre, Enrique Peña Nieto, quien asumiera hace no más de un año la presidencia de la república en el marco del retorno del partido más organizado y con más amplia cobertura estructural en el pais, el Revolucionario Institucional.

Con una enardecida multitud de profesores, que son unas decenas de miles que se manifiestan en la capital del país, comandados por los líderes más extremistas del movimiento magisterial, los de la Coordinadora Nacional de la Educación, la arremetida de la violencia es el principal recurso esgrimido para abonar a la causa de la desazón magisterial a raíz de una reforma educativa que no acaba de aclararse ni en lo pedagógico, ni en lo normativo, ni en lo ideológico, ni en lo político ni mucho menos en lo laboral.

Pero el panorama que se avizora tiene un margen de maniobra esperado para los grupos de poder que dominan los escenarios políticos nacionales  y en el que la aparición de mártires trae más beneficios a los dirigentes que a los que podrían ser sacrificados, de darse en las próximas horas una arremetida del poder gubernamental para reestablecer el estado de derecho en la capital del país.

¿A quiénes conviene que haya mártires? En primer lugar, a los opositores políticos del presidente que comandan partidos de izquierda. Con ellos, levantarán símbolos de heroísmo de la lucha social contestataria que pueden servir de estandarte para sus alicaidos movimientos partidarios frente a la imagen de un gobierno represor y autoritario. Por eso, la CNTE cuya afinidad izquierdista es evidente agudiza sus acciones de enfrentamiento bloqueando ya no solo edificios de gobiernos, sino vías de comunicación, aeropuertos, centrales de autobuses, además de dirigir a sus miembros a un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con las agrupaciones policiacas. Se trata de provocar, golpear, herir, a cambio de recibir el mismo trato, en su acción de sadomasoquismo político, disfrazado de lucha sin cuartel contra la injusticia.

¿A quiénes más conviene que haya mártires? A los poderes fácticos de los medios de comunicación y de las corporaciones empresariales opositoras a los controles que pretende establecer el gobierno de Peña Nieto a través de regulaciones en las telecomunicaciones, trato hacendario preferencial a las empresas y en la reforma fiscal. A ellos conviene disminuir la imagen del gobierno, convertido en represor, para demetirarle su fuerza moral al tratar de aplicar la fuerza regulatoria en sus negocios.

¿A que otros más conviene que haya mártires? A los políticos que integran cotos de poder dentro del propio PRI y de otros partidos, que abonan a la posibilidad de que el escenario político nacional se radicalice de tal manera que de paso a la ingobernalidad, para entonces, en el río revuelto, salgan a la palestra a reventar al grupo compacto México-Hidalgo que flanquea al presidente Peña Nieto. Piensan que si las cosas son tan extremosamente graves durante la represión, se debilitará la fuerza del presidente ante ellos, y entonces se abrirá la  posibilidad de un cogobierno ahora inexistente, o un golpe de estado, sueño ideal de sus mayores enemigos, plenamente identificados desde Gobernación.

¿A quién más, por último, le conviene que haya mártires? Al propio gobierno, quien está siendo acorralado por insistir en que la manera de conducir el país es por los cauces de la política pragmática y no ideológica, negándose la oportunidad de crear bases sociales de apoyo de sus reformas, y que ahora se verá obligado a usar la fuerza pública   ante los maestros del CNTE de manera ejemplar, quedando los mártires como ejemplo disuasivo de lo que pueden esperar , si no negocian antes,   las futuras movilizaciones que ya vienen en puerta por la reforma energética. Ojalá y me equivoque…

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